28: Pérdida

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Hermes

5 meses después...

Frustrado, angustiado, furioso, impotente, molesto, muchas emociones negativas juntas, sin poderlas expresar, pero el rencor se apodera de mí y no lo puedo detener. Odio es lo que siento y venganza es lo que quiero.

Salgo del hospital con toda la oscuridad que emana de mí. Todo lo que hay a mi alrededor es muerte, sin embargo, no me importa, es hora de hacer lo que mejor hago.

Matar.

Abro el baúl de mi auto y saco el estuche oculto de allí. Me siento en el asiento del conductor, dejando todas las armas en el del acompañante.

Cuando voy a arrancar, Edgard corre hasta la ventanilla.

―¿Qué vas a hacer? ―pregunta preocupado.

―Matar a padre.

Malya

3 horas antes...

Empecemos desde el principio, estoy nerviosa en una casa desconocida, desde que me enteré del embarazo, Hermes me ha ocultado en diferentes lados, por la seguridad del bebé. La estrategia es estar en movimiento, para que nadie me encuentre, pero me frustra estar así. Su padre es un psicópata, piensa que el niño arruinará todo el entrenamiento que Hermes ha tenido como "máquina de matar".

Bueno, un bebé trae emociones, pero querer matarlo es horrible, aterrador, no sé cómo describirlo.

Camino de un lado a otro, siempre estoy nerviosa, es como si supiera que algo malo va a pasar. El miedo me consume todo el tiempo, siento que la oscuridad está al acecho. Solo me gustaría pasar más tiempo con Hermes y que los problemas desaparecieran.

¿Por qué soy tan débil? Solo puedo huir.

Toco mi vientre, cielos, ¡qué está enorme! Muy pronto llegaré a los siete meses de embarazo. Estoy a poco tiempo de llegar. Solo dos meses más y mi bebé ya estará entre mis brazos.

Y los de Hermes también. Aunque no lo parezca, está contento, su rostro sin expresión sigue intacto como un robot, pero eso no quita sus acciones. Como cuando nos vemos y lo primero que hace es tocarme la pancita.

Sonrío y me abrazo la barriga, pronto seremos una familia feliz.

Te amo, mi pequeño Tobías. Así se llamará mi niño. Significa bondad de Dios, ya que desde allí arriba, me han traído el mejor regalo, gracias.

Mi tranquilidad se borra cuando oigo un ruido en la puerta.

―¿Quién es? ―pregunto directo.

―Señorita Malya... ―Reconozco la voz del guardia detrás de la puerta―. Me han mandado a decirle, que Edgard viene para acá, cambiaremos de casa otra vez, hay movimientos raros.

―De acuerdo, gracias ―le agradezco sin abrir, porque obviamente sigo el consejo de Hermes de ser cautelosa.

Cada vez que me mudo, viene Edgard. Es confiable, es la única persona que tiene permitido entrar.

Vuelvo a escuchar que golpean la puerta.

―¿Qué más tienen que decirme? ―digo curiosa. ¿Para qué van a hablarme otra vez? Ya me dijeron todo, y no creo que Edgard haya llegado tan rápido―. Si no responde, no respondo ―exclamo cantando y me giro, alejándome de la puerta.

Perversa Oscuridad: Imperio [#2]Where stories live. Discover now