cap 2 carne roja

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Alexa no entendía que es lo que pasaba en su vida... todo había sido tan repentino, su madre y su "padrastro" habían muerto hacia un año y ella había apelado al gobierno la patria potestad de sus hermanos, afortunadamente había encontrado un trabajo bien remunerado aquí en Japón y podía mantenerles, brindándole a ambos jóvenes una vida estable y tranquila.

Alexa tenía 5 años cuando su madre, quien la criara sola esos años había conocido a Himuro padre y su precioso hijo recién nacido Tatsuya, cinco años despues de casarse había nacido Taiga y desde ese entonces los 5 habían sido una pequeña familia parchada de "los tuyos, los míos y los nuestros".

Vivir en América era divertido, los 3 hermanos habían convivido de manera sana compartiendo sus gustos en el surf, el basket, las playas, los campamentos.

Pese a que entre cada uno había 5 años de diferencia eran muy unidos, y aunque no corría la misma sangre a través de sus venas eran auténticos hermanos.

Ahora, con la situación actual comenzaba a tener sus dudas.

Al parecer sus dos hermanos menores estaban entrando en su etapa rebelde.

Himuro tenía 15 años, era tan sensual y provocativo natural que los alfas no dejaban de acosarlo. Pese a que usaba los inhibidores la belleza de su hermano era un imán para los problemas... pues para Tatsuya no eran ni bienvenidos ni deseados los halagos y menos aún los "roces" que osaban a darle algunos atrevidos... y Tatsuya era un omega pero no tonto, vivir en las calles americanas te sacaban cayo en las peleas, ahí aprendías a defenderte o morías en el intento, ella misma había tenido que usar algunas patadas rompe huevos para deshacerse de algunos acosadores.

-¿te duele?- indagó mientras ponía una compresa fría en el rostro bello y ultrajado. El último acosador de Tatsuya se había atrevido a darle una bofetada que le había roto el labio, era estudiante de la preparatoria y estaba segura que le habían llamado "Haizaki"... mañana iría a hablar duro y tendido con el director de la escuela, nadie tocaba a su hermano...

-no mucho... y no quiero que vayas a la escuela, ya no soy un niño, puedo defenderme solo...-

La rubia sabía que su hermano no diría nada más y no aceptaría ningún acuerdo... los niños crecían tan rápido...

-estoy aquí si me necesitas...- acarició la pálida mejilla del moreno y le sonrió con camaradería. Alexa era su hermana mayor, al morir sus padres ella había temido no ser una buena madre para ambos chicos... y había acertado, nunca podría ser una para ellos, pero tendría que ser mejor hermana...

-Taiga no está otra vez...- se percató Tatsuya al ver el reloj y notar la ausencia de su hermano menor.

-me pidió permiso para estar con Tetsuya-kun...-

Y ahí yacía su segunda preocupación. Taiga normalmente era muy huraño con las personas, pero había desarrollado cierta amistad con su vecino que no lograban entender del todo. Esperaba de todo corazón que Taiga no molestara al pobre chico... el tigre era lindísimo con ellos pero solía ser muy insistente con algunas cosas, además Tetsuya era un omega... Alex nunca podría despreciar a una persona por su clase, ella algún día se uniría a un omega, su hermano Tatsuya era uno... y por eso mismo sabía que si Tetsuya estuviera en celo muchos alfas le acecharían y podrían lastimarlo a él y en caso de estar acompañándole también a Taiga.

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Tetsuya miró con vergüenza como el agua del retrete giraba y giraba llevándose con ella su humillante prueba de lujuria.

Tenía 15 días de haber conocido a los tres hermanos y Taiga cada que podía estaba con él en su departamento, de vez en cuando Tatsuya le hacía compañía, pero en ocasiones como esta Tetsu no podía controlar su excitación y tenía que masturbarse rápidamente en el baño.

Había caído en lujuria... por un niño de 10 años...

Los inhibidores funcionaban bastante bien normalmente, pero cuando Taiga se le acercaba mucho o se emocionaba, el aroma fresco y lleno de feromonas  que desprendía el cuerpo infantil hacia que el libido de Tetsuya aumentara.

Era una verdadera tortura...

-Onii-chan... ¿Qué haces?-

Tetsuya se lavó meticulosamente las manos, arreglo sus ropas y se humedeció un poco las mejillas para calmarse. Se acababa de masturbar pensando en el aroma de su pequeña pareja.

-pues si estoy en el baño no creo que este construyendo un edificio...- contestó apenas salió del baño y se encontró con la curiosa e infantil mirada.

El pelirrojo rió divertido.

-Tatsuya se pone a leer el celular... a lo mejor estabas haciendo lo mismo...-

Los dos sonrieron y Tetsu acarició la roja cabecilla.

-eres un malcriado... tus hermanos me dijeron que te escapaste de la escuela ayer...-

El pequeño tigre pucheo y juntos caminaron a la sala donde continuaron jugando.

-es que los niños de mi escuela son raros... me gusta estar más aquí contigo... tu eres divertido, hueles rico y aunque cocinas feo juegas bien... si te veo estudiar a lo mejor aprendo más rápido y me gradúo antes.-

¿Era el vínculo? ¿Sería probable que Taiga pese a tener 10 años sintiera el vínculo que compartían?

Los golpes en su puerta hicieron que los dos se sobresaltaran, sin darse cuenta habían caído en un cómodo silencio en el que se estuvieron viendo detenidamente el uno al otro.

-deben ser tus hermanos, nos vemos luego...-

-mañana sin falta vendré a verte... y al día siguiente también, y el siguiente, y el siguiente y todos los días hasta que sea mayor y...-

Los mofletes del pelirrojo se pusieron igual que su cabello, Tetsuya se sintió enternecido a más no poder y acarició el cabello rebelde.

-mañana nos vemos entonces...-

Tetsuya se sintió estúpido e infantil por sentirse feliz ante esa promesa... ¡pero era tan tierno!

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Taiga no entendía lo que pasaba con el... había conocido a Tetsuya cuando se había sentido mal y se acercaba a auxiliarle, apenas lo toco sintió que algo había cambiado en él, era como si él fuera un metal fuertemente atraído por un imán.

Pero también había algo raro...

Tetsuya olía a perro.

Y no en el mal uso de la palabra, era textual, olía a perro, era un aroma "cálido" de esos que te atraen porque te hacen sentir en un hogar calientito, con un buen plato de estofado con mucha carne y poquitísimas verduras ... o un enorme bistec apenas cocido.*

Taiga no lo podía explicar a ciencia cierta pero Tetsuya le era extrañamente familiar, confortante y tenía la necesidad de estar con él.

Por eso zapateo y pucheo todo el camino de la sala a la entrada del departamento de Tetsuya, saludo a su hermana mayor no muy contento y siguió con el berrinche hasta llegar a su hogar.

Quería estar con el... lo quería... Tetsuya era lo más bonito que había visto y tenía que ser suyo.

El tigre, mi alfa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora