cap 21 espia de amor

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Taiga parecía gato enfurruñado mientras era observado detenidamente por Alexa, Riko y Tatsuya. ¡Ya no era un niño! ¿Por qué se estaban enojando con él?

Trató de verles con su mirada más letal, desafiándoles, pero las pupilas verdes de su hermana, encendidas por el enojo, el frio glacial de Tatsuya y la preocupación mezclada con enfado de Riko le amedrentaron efectivamente para hacerle sentir la basura más grande y asquerosa del lugar.

-recapitulemos por favor...- comentó Tatsuya con dramatismo, como si fuera un detective pasando su informe - ayer despues de platicar con el cliente y que este solicitara ropa, un taxi y decidiera marcharse, tomaste mi moto y le seguiste a mitad de la noche, sin licencia, sin casco, solo, arriesgándote a sufrir un accidente y...- Tatsuya guardó silencio cuando supo que sus palabras estaban entrándole por un odio y saliéndole por el otro, Taiga ya era un adolescente y como tal solía hacer a veces cosas tontas. La noche anterior había ganado el premio a la pendejez de la vida, pero Taiga no se veía arrepentido, para nada.

Alexa le estaba visitando para verificar como estaba, pero en cuanto se había enterado que Taiga había conducido una moto de una prefectura a otra, solo, sin realmente saber cómo manejarla casi había sufrido un infarto.

-me disculpo por tomar tu moto... y por salir en la noche sin avisarte... pero era urgente... algo así como de vida o muerte...

Había seguido a escondidas a Tetsuya y ya sabía dónde vivía, también se había percatado que vivía solo y que en la comodidad de su casa el peliazul usaba ropa chiquita y holgada que le hacía verse sexy como el infierno... le había dado un calambre en la mano por estarse masturbando tanto de tan solo recordar al adulto, pero después de la emoción post-orgásmica se había dado cuenta que tan vulnerable y que fácil de espiar era el pequeño ojiceleste, se aseguraría de cambiar eso...

-¿y no se te ocurrió grandísimo Bakagami pedirnos a nosotros su dirección? ¿Si sabes que Tetsu- kun es ex compañero de mi Atsushi y de Riko- nee verdad?-

Taiga bufó con sarcasmo, como si le fueran a decir las cosas de buenas a primeras, como regla general uno no podía involucrarse de ninguna manera con los huéspedes del Ryokan... aunque Aomine... bueno... había hablado con él en la mañana y para sorpresa de todos comentó que había encontrado a su pareja y habían optado por irse a vivir juntos ese mismo día.

Maldito cambia formas... si tan solo Tetsuya se hubiera dejado querer un poquito y en vez de patearle las bolas se hubieran ido a una habitación desocupada y estaría probablemente igual que ese idiota de Ahomine...

-tsch....- tronó la boca molesto, berrinchudo y obstinado... si fuera necesario tomar la moto otra vez, lo haría, sin dudarlo, le estaba matando la idea de que alguien fuera tan estúpido y osado como el en la noche y espiara a su chico.

Alexa sacó un abanico a saber de dónde y le dio tan fuerte en la cabeza que le ardió de inmediato.

-¡no rezongues! ¡Y si vas a hacer las cosas hazlas bien! ¿Qué hubiera pasado si Tetsuya hubiera pensado que estaba siendo acosado y llama a la policía? –

Taiga se sobó el golpe... bueno... en si realmente había acosado a Tetsuya, pero la policía nunca había pasado por su mente. Típico y estúpido adolescente.

-¡cuando uno va tras su presa lo hace rápido, veloz, hasta dejarle si aliento, y una vez le alcanzas no lo dejas ir jamás!-

-¡Alex!- le amonestaron al mismo tiempo Riko y Tatsuya, todos sabían que tarde o temprano su hermano y Tetsuya se reencontrarían, pero que la tigresa lo alentara tanto a conquistar al ojiazul era un poco perturbante. Para Taiga era o frio o caliente... solía inclinarse más hacia lo caliente y si a eso le agregaban el entusiasmo de Alex... era la receta perfecta para un desastre.

-procuraré no volver a tomar la moto...- ni a golpes iba a prometer algo que sabía que probablemente no iba a cumplir.

-pero cueste lo que cueste... tengo que verlo... necesito verlo...-

Todos sonrieron apoyando al menor. El Taiga de antaño estaba regresando.... Y no querían evitarlo

Tetsuya sirvió las tres tazas de té, colocó un plato pequeño con galletas y bocaditos y se sentó en el sillón individual de su pequeña sala mirando con mucho interés los trazos de su alfombra y las motas de pelo que había en el sillón.

Sentía que su rostro ardía y procuraba no pensar en su amigo excitado y su amante o peor aún en la desnudez de ambos.

-Kurokochii... te quiero presentar a Daiki... mi pareja...-

El rubio canturreó con emoción, dando saltitos como niño pequeño, en los 4 años que se conocían, Tetsuya nunca había visto tan feliz a su amigo.

-¿tu pareja?... ¡felicidades! –

Era inevitable que la emoción burbujeante de su amigo rubio no se le transmitiera, como si la exudara por cada poro.

Aomine Daiki era muy joven, pero la cara de satisfacción al saberse el causante de aquellas reacciones le decía a Tetsuya que como bien sabia por sus amigos un alfa sería feliz si su omega lo era.

Los tres platicaron por un par de horas de la vida en general, las ambiciones de Daiki, las fantasías de Ryota, el desastre por el que había pasado Tetsuya para conseguir un taxi, una muda de ropa y llegar a su casa a mitad de la noche.

-lo siento tanto Kurokochii... me olvide de ti... para compensarte Daiki te puede presentar a su mejor amigo... dice que es soltero, no tan guapo como el pero que es buena onda-

Tetsuya tuvo el extraño sentimiento de que las personas que se acercaban a él tenían la intención de emparejarlo si o sí.

-bueno... pues no es por presumir pero...-

Un coqueto guiño lleno de travesura por parte del rubio, dándole a entender a Tetsuya que se retiraba para seguir con las suyas y lleno de promesas para Daiki fue suficiente para que ambos entendieran que aquella reunión se daba por terminada y se verían si se podía hasta el lunes.

-felicidades a ambos...- les despidió Tetsuya, en la entrada de su departamento.

De pronto un fuerte escalofrío recorrió su columna, como si estuviera siendo observado... no había nadie en el pasillo y no se veía nadie desde el balcón... probablemente estaba imaginando cosas...

A varios metros de ahí, en las ramas de un árbol Taiga, vestido de negro, con binoculares en mano sonrió satisfecho... su mamá, sus hermanos, sus cuñado y el mismo rubio le habían dado información de vital importancia con respecto al ojiazul que rondaba en su mente...

La misión: conquistar a Tetsuya Kuroko.

El tigre, mi alfa.Where stories live. Discover now