25- Me haces feliz.

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Siempre le tocaba lo difícil, sería capaz de cambiar todo lo poco que tenía por una vida normal, por una familia, por ser una típica adolescente, por sentir que su padre la quería. Querer venderla no era aceptable, como pretendía usarla de esa forma. En toda su vida le tocó sufrir desamores por parte de su padre pero está vez el la humilló, la chantajeo y ni siquiera le importó lo que sentía o quería.
Las lágrimas se hicieron insostenibles y ahí sentada en el suelo de su habitación lloró. La poca luz que entraba por la ventana se hizo imperceptible para sus ojos, sentía la soledad y la tristeza junto a ella. Lloraba cada vez más, abrazaba sus rodillas pensando que tal vez así no se sentiría tan sola.

-Caro ¿Estás bien? ¿Porqué lloras?- sintió que la abrazaban. Miró esos ojos profundos y se hecho a llorar abrazandolo aún más. Justo aparecía cuando más lo necesitaba.

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Agustín salió de su trabajo justo cuando el reloj dio las una, ni un minuto más, ni un minuto menos.

-¿A dónde vas tan deprisa?- Mike lo frenó en la entrada.

-A mi casa, muero del sueño- mentiras y más mentiras.

-Si claro, ¿tú piensas que me voy a creer eso hermano?- lo miraba gracioso.

-Estoy apurado Mike, tengo que irme- fue lo único que dijo para que éste le diera el paso.

-Luego pides que confíe en ti- Agustín rio y salió. Hoy debería tomar el bondi, como casi todos los días de semana. Pronto llegaría su nuevo transporte, una moto. Insistió a sus padres para que se la regalarán y tuvo éxitos, todo un niño mimado.
Cuando estuvo sentado pensó en Carolina y sintió terriblemente ganas de verla, una necesidad prácticamente. Miró la hora y según sus cálculos ya tendría que haber salido del colegio. Quizás podía darle una sorpresa.

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-Caro, necesito que me digas que tenes- levantó su rostro para mirarla.

-Tuve una pelea con mi papá- dijo en sollozos.

-Bonita, mira como estas - La abrazó.

-¿Qué haces aquí?- le preguntó cesando su llanto.

-Tenía ganas de verte un poco antes- le sonrió apenas - ¿Querés hablar de lo que pasó?- le preguntó tomando su rostro entre sus manos.

-No- negó con la cabeza -Quiero que me abraces un rato más - eso era lo único que necesitaba, sentir que alguien la acompañaba, y eso hizo. Agustín la abrazo y la abrazaria lo que fuese necesario, cuanto ella se lo pidiese.

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Por primera vez estaba nerviosa y asustada. Hoy sabría si su audición fue exitosa o no, y para eso necesitaba a Carolina con ella. También sería su primera clase sola ¿Porqué le pasaba esto? Caminaba lento como si no quisiera llegar a su salón jamás, pero tenía que hacerlo, debía de hablar por su amiga ausente. Apuró el paso y cuando se acercó vio en la puerta algo que no la animó mucho.
¿Qué hace Ruggero con esa rubia? Una razón más para odiar a Valentina y a todas las rubias como ella. Trató de esconderse detrás de una planta pero al parecer no tuvo éxito.

-¿Karol? ¿Qué estás haciendo?- se reía Rugge.

-Eh... estoy, estoy....- excusa, una excusa, necesitaba una excusa- Estoy viendo aquí a la planta- trato de sonar convencida- ¿Y tu? Es raro verte por aquí- Ruggero no tenía nada que hacer en el Instituto a menos que fuera a buscar a Agustín.

-Vine a buscarte- eso la tomó por sorpresa- y... eh.. bueno también vine a inscribirme- ella lo miró sonriente.

-¿Para que o que?- le preguntó.

-Abrieron unos talleres de teatro y... me voy a anotar- ya le había contado que le gustaba cantar y actuar.

-¿Y yo que tengo que ver con todo eso?- le recordó lo que dijo hacía unos minutos.

-Bueno eh... yo quería preguntarte si tu quisieras anotarte conmigo- le parecía atractiva la idea de compartir algo con ella.

-Es una gran propuesta y neta me encantaría- sus ánimos volvieron a ser los mismos.

-¿Entonces aceptas?-

-Claro que si Rugge- se dedicaron una sonrisa.

Karol entró a su clase prometiendo verlo cuando saliera. Quizás éste día no sea tan malo.

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Dieron la vuelta a la plaza como tres veces pero aún así seguían caminando, charlaban sobre sus intereses, como música, películas, deportes.

-¿No tenés que estar en clase?- al fin se sentaron.

-Tendría...- sonrió Agustín -Pero me necesitabas- era tan tierno.

-Necesitaba que me enseñes a escapar de mi casa- rieron ambos, esto de saltar por la ventana no se le daba mucho.

-¿Qué decís, adelantamos el helado?- le preguntó.

-Bueno, si ya estamos aquí - caminaron hasta la heladería y pasaron el resto del día juntos.

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-¿Vas a estar bien?- le preguntó por milésima vez cuando se detuvieron en la entrada de la casa de Caro.

-Si Agustín, ya te dije que si- ella sonreía por su insistencia.

-Bueno, yo sólo digo... sabes que podes llamarme no importa la hora yo...- repetía el mismo discurso.

-¡Ay sos más pesado que collar de melones!- rieron por la imitación que Caro hizo de él -Voy a estar bien, créeme- se miraron cómplices y se despidieron con un beso en la comisura de los labios. Agustín moría de ganas de besarla pero no quería apresurar las cosas, no con ella.

Era ella la chica que podía hacerlo faltar a sus clases, la que lo hacía caminar interminables veces por la misma plaza; también era esa chica que le insipiraba confianza y tenía necesidad de proteger, Carolina llenaba sus expectativas de chica linda pero también las de chica interesante y una nueva casilla que no definía aún. Ella era la que provocaba sensaciones en su interior y las sonrisas más sinceras. Carolina era simplemente lo que no buscó jamás, pero lo hacía feliz.

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Hola, Hola mis chicos 😙 aquí les dejo otro capítulo, espero que lo disfruten.

Y bueno... para no perder costumbre les recuerdo lo de siempre, sugieran lo que se les ocurra, todo será valedero. Soy re pesada con eso jajaja

Nos vemos en la próxima, besitos 😊😗😙😘😚

Eres Lo Que Necesito | AguslinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora