Capítulo II: "Shenu"

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Capítulo II

Wonwoo suspiró desilusionado mientras frenaba su cepillado en uno de los tantos pasillos de aquella oscura obra del antiguo Egipto. Simplemente no podía creer en lo que se había metido, él había firmado con aquellos hombres para realizar una excavación de fines educativos pero, se encontró con un trabajo ya hecho y solo faltaba un idiota que supiera leer jeroglíficos para llevarlos a un tesoro. Así empezaba su sueño de toda la vida, siendo amenazado por unos alcohólicos roba tumbas que seguramente también habían engañado al Museo Británico.

Se apoyó en la negra pared que aun tenia los restos de pintura de siglos y, para no dañar lo que había en ella, no quiso golpearse la cabeza.

—Wonwoo, jamás vuelvas a confiar en nadie. —se reprochó a sí mismo. —Y menos si tu madre te ha dicho que te ibas a casar en seis meses.

Tenía que admitir que su sueño se presentó no tan solo como una gran oportunidad, sino que también le daba la cantidad de meses suficientes para librarse de las locas ideas de su viuda madre que, para él, tenía demasiado tiempo libre.
Desganado y forzándose a pensar en una forma de escapar de allí, miró a sus pies y encontró algo que sobresalía del suelo, pero era casi invisible a los ojos debido al polvo.
Miró hacia atrás, los demás estaban jugando cartas en la sala por donde bajaban esperando a que él realizara su trabajo; así que, mordiendo un poco su labio inferior, barrió el polvo del suelo.

— ¿Shenu?

Su corazón comenzó a latir rápido, aquel símbolo no era para nada común en las tumbas al menos que aquello tuviese que ver con una persona muy querida o tan respetada que en el suelo estaba el símbolo de la protección. Cepilló un poco más hasta que el bloque de piedra estuvo completamente limpio y, sus cejas se juntaron. No había nombre. Por lo general aquellos símbolos tenían el nombre de la persona a quien protegían pero este no. Y, que estuviera en un bloque en el suelo, no era común.

—¡Jeon! —gritó Akins desde atrás, su voz retumbó entre la oscuridad. —Deja de vaguear y traduce el camino.

—Hazlo princesa. —burló Rusty. —No tenemos toda la eternidad de tus amigos los egipcios.

Wonwoo volvió la vista a la pared y como si algo mágico naciera, los jeroglíficos le dijeron el camino. Miró a sus espaldas, ya empezaban a sacar Ron de una de las cajas así que aprovechó para seguir solo por el camino que le había sido revelado. Tomó su equipo, lo metió en su mochila con cuidado y tomó la antorcha para adentrarse más en aquellos pasillos llenos de olor a encierro y humedad.

No sabía que estaba haciendo, se supone que esta persona no tenía que ser encontrada pero ¿qué eran esos símbolos en el suelo? Llegó a otra pared, contaba lo que seguía de la primera y se arrodilló para pincelar. Sus ojos se abrieron, aquel jeroglífico no era común al menos que fuera un templo, pero no estaba solo, esta vez si había inscripción.

Wonwoo no pudo ver, era como que aquella roca se borrara ante él. Acercó la antorcha para leer pero se dio cuenta que, él era quien tenía la vista nublada. Sin querer, la antorcha quedó enfrente de él, iluminando aquel símbolo y su cabeza dolió.
Se tomó las sienes mientras sostenía un grito de dolor, como si fueran relámpagos, miles de imágenes aparecieron ante él, si sonidos. Solo el golpeteo de su corazón latiendo con fuerza y pesadamente era lo que captaban sus oídos. Cerró los ojos, era una reacción ante tanta información y se ordenó a si mismo detenerse, frenar aquella locura que estaba pasando por su mente ¿estaba sufriendo algún problema cerebral?
Recobró el sentido de la realidad pero ya estaba apoyado con rodillas y manos en el suelo. Su respiración era agitada y el calor era enorme. Tomó con dificultad el fuego y levantó lentamente la mirada, pero todo se iluminó para él. Las paredes negras o descuidadas eran de oro, la pintura estaba fresca y lo supo porque sus dedos se tiñeron de rojo al tocar. Tomó la cuerda de su bolso, todo estaba iluminado ¿luz de día o fuego? No lo sabía, solo pensaba que estaba completamente loco o que talvez Akins lo hubiese golpeado en la cabeza y aquello era un sueño.
Varias personas pasaron delante de sus ojos, se asustó e intentó ocultarse pero solo era como un fantasma. Caminó siguiendo a aquellas cabezas rapadas con vasijas, con la antorcha en la mano a pesar de ver perfectamente sin ella, sus pies estaban respondiendo a una orden que él no dio.

HISTORY [Meanie]Where stories live. Discover now