Capítulo #3

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-Ya te dije muchas veces que no, Locura –menciono una vez más Sabiduría, ya molesto por aquella petición- ¿Cuántas veces debo de decirte que no es no?

-Las veces que sean necesarias para convencerte –se cruzó de brazos-

-Sé que me quieres engañar, dime ahora mismo... ¿Dónde esta Vida?

-Esta con Amor, no ha salido de su jardín desde que Muerte se fue. Le rompió el corazón y ella debe volverlo a acomodarlo.

-Esa es una torpe excusa, si él no está con ella juro por el señor Ithis que te daré una buena paliza –menciono molesto una vez para salir de su casa-

Locura suspiro una vez que el otro se fue, sabía que esa paliza se la daría sí o sí. Una por detenerlo y la otra por haberle mentido, y aunque no le gustaba que le mintiera estaba harto del comportamiento de él a Vida. Tomándose la cabeza, se acercó a su habitación para pegar tres veces.

-Vida, soy Locura. Ya puedes irte...

-¿Seguro? –Se asomó un tanto miedoso- No quiero meterles en problemas.

-No te preocupes, siempre me meto en problemas y no sería la primera vez –sonrió para darle paso- Ve con Muerte, salúdalo por mí.

Vida con algo de temor asintió y se dispuso a abrazarle, para después salir de aquella situación rumbo a la puerta y por fin salir de Ithis rumbo al mundo de los humanos. En cambio, Amor estaba plácidamente hablando con Fortuna y Vanidad; las cuales iban todos los días a probar un nuevo te o café de esta. A lo cual, antes de que las tres dieran un sorbo a dicha taza; Sabiduría entro azotando la puerta así llamando la atención de las tres. Amor dudo un poco en ir a saludarlo, pero si no lo hacía muy probablemente sospecharía más de ella y querría una explicación clara.

-Hola Sabiduría, Bienvenido a casa –sonrió tiernamente con algo de preocupación-

-¿Dónde esta Vida, Amor?

-Él no ha estado aquí –musito Fortuna para esbozarle una tierna sonrisa- Hemos estado las tres desde altas horas y no hay rastros de él

-Y porque has venido a interrumpirnos así de la nada, –Vanidad gruño al ver la actitud del otro- no sabes que es de mala educación hacerlo.

-Me importan poco mis modales ahorita. –Menciono enojado sorprendiendo a as tres chicas- Amor, dime dónde demonios esta Vida.

-L-lo siento... no puedo decírtelo. –Le miro con tristeza mientras se levantaba- Le prometí que no se lo diría absolutamente a nadie.

-Traicionas a nuestro señor Ithis por una basura como Muerte y Vida.

-Sabiduría, basta. –Amenazo Vanidad levantándose- Aunque ese dúo no te caiga bien y a los demás Muerte, debe haber una razón por la cual Amor no te quiere decirlo.

-Ellos deben estar juntos. –Suspiro para después mirarle- Vida no ha estado bien, debes de dejarlo que ame a su contrario... así como Lo... –callo en seco para negar- asi como alguien te ama a ti.

-Si se vuelven a reencontrar, tu tendrás la culpa Amor –menciono Sabiduría un tanto molesto- Ellos no pueden estar juntos, Muerte acabara por destruir a todos y a nosotros también.

-Lo siento, Sabiduría. –menciono casi en lágrimas aquel Dios del amor- S-solo quería que Vida ya no estuviera triste y que pudiera volver a verlo.

-Eso ya no importa Amor, lo único que hay que preocuparnos es en traer a Vida de nuevo. Ese idiota recibirá unos buenos golpes.

-Tiene razón Sabiduría, aunque la suerte no este de nuestro lado por el momento; hay alguien más que si la tiene. –menciono Fortuna viendo a su amado cuervo- Por el momento no hay que preocuparnos por Muerte, Vida va a hacer una estupidez.

-¿Qué tan grande es la estupidez de Vida para hacer una de sus acostumbradas idioteces? –menciono Sabiduría aun molesto-

-Amor, infórmale a Locura que tiene menos de media hora para ir con nosotros al mundo de los humanos –se arregló el pelo Vanidad-

-Y, ¿Qué pasa si se rehúsa? –Menciono ya en la puerta de su casa-

-Dile seriamente que si no viene, -se arregló las gafas Sabiduría- que iré por él y lo torturare tanto que decidirá venir con nosotros.

La chica simplemente asintió mientras se disponía a ir a la casa de Sabiduría, estaba muy molesto este último pero todo se hacía para un bien y un equilibrio por los otros dos. ¿Cuál era el problema que se amaran y se quedaran uno al lado del otro? ¿Cuál era el problema de amarse tanto, que hasta la misma Muerte daría su existencia por la verdad y el amor? Toco tres veces la puerta, esperando que aquel otro Dios saliera; lo cual no tardo mucho. Asomándose por la puerta, se dispuso a abrazar a la pobre chica que ya tenía ciertas lágrimas en su rostro.

-Tranquila todo se resolverá, ellos volverán a estar juntos. Pero mientras, tú y yo hay que detenerlos.

-Nos reprenderán si lo hacemos, es demasiado arriesgado. Sobre todo, si se entra Sabiduría que Vida estaba en su casa a sus espaldas.

-Tú no te preocupes, por el momento es necesario que vayamos con los demás.

-Vida ya debe estar por llegar al mundo humano. –Se pegó a este aun en un cálido abrazo-

Ambos se quedaron quietos y en silencio, habían provocado la segunda guerra mundial y todo se debía a un amor que no tendría frontera e impedimentos; no habría nada que los impidiera.

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Y una vez más, Muerte yacía en aquella casa gimiendo por el inmenso dolor que sentía en sus heridas aún abiertas. Había por lo menos cambiado el vendaje unas tres o cuatro veces diarias, y el caminar cada vez le era mucho más difícil. A lo que este permanecía en una pequeña colcha viendo las estrellas, sus jadeos y gemidos de dolor se podían escuchar únicamente si estabas a unos cuantos metros; pero, en sus pensamientos siempre venia la viva imagen de su amado. No podía negar que con tanto dolor, sintiera tanto alivio de tan solo pensar que aquella persona amada descansaba y podría encontrar otro Dios mejor que él; lo cual derribaba pequeñas lágrimas tanto por el dolor y con aquella simple idea.

-T-te amo... tanto... -se cubrió con su antebrazo su mirada para sentir como moría por dentro-

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Dreams between the rainWhere stories live. Discover now