De lo cotidiano

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Espero que sirva de compensación y para que me odiéis un poco menos por las eternidades entre capítulos y lo cortos que están siendo. Mi creatividad como arma está un poco desgastada y espero dejaros la historia en un punto decente hasta que vuelva a retomar esto. ¡Gracias por acompañarme!

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Lexa se despertó y miró el reloj de su mesilla aturdida. Recordó a Clarke y las malas jugadas que le pasaba su cerebro últimamente cuando se dio cuenta de que estaba abrazada al torso de una mujer. No quiso ni recordar quién era esa persona, solo pensaba que tenía que irse y en lo que le apetecía estar sola.

- Yo te dejé durmiendo entre mis brazos con una super camiseta y unas super braguitas y no mantienes nada de nada, pensé que con los años se te pasaría- se incorporó rápidamente al escuchar la alegre voz de su ángel burlándose de ella- Buen despertar bombón.

- ¡Clarke! Creí que...- titubeó la morena.

- Y no, no soy producto de tu imaginación. Suficiente he pasado para llegar hasta ti para que me consideres no real- siguió con su tono alegre.

- Dios...- dijo abalanzándose sobre la boca de la rubia y fundiendo sus labios por fin.

- Clarke, sí quiero- confesó entre sus labios.

Se tumbó sobre ella disfrutando de su anhelado cuerpo mientras disfrutaban ansiosamente de sus labios. Comenzaban a perderse en las sensaciones que sus cuerpos producían al encontrarse de nuevo el uno con el otro cuando Clarke sintió una humedad excesiva sobre su cara, que correspondía sin lugar a dudas a lágrimas de su compañera. Se separó de ella con delicadeza con mucha preocupación.

- ¿Qué ocurre mi amor?

- Clarke ¿esto está pasando? ¿No es un sueño?- dijo con la inocencia de una niña pequeña y la rubia se enterneció, limpiándole las lágrimas con sus cálidas manos.

- Está pasando, tú y yo sin ningún drama a la vista, sin predicción de tormenta, puede incluso que nos aburramos- dijo divertida y Lexa no pudo evitar reírse.

- Pensé que era el final, que no volvería a verte y esta vez de verdad... Tienes que saber que he estado con otras personas...

- Shh, está bien. Quizá no hemos dado lo mejor de nosotras pero las circunstancias lo justifican. Yo podría haber intentado comunicarme.

- Sí, habría sido un detalle- respondió realmente enfadada Lexa.

- Tú también podrías haber venido con Juno o no se, no esperarme follándote a todo San Diego- dijo Clarke ya elevando la voz e incorporándose mientras se quitaba de encima a Lexa que estaba flipando.

- ¿Esto es broma verdad?- dijo atónita Lexa mirándola a los ojos que desprendían furia.

- ¿El qué Lexa? Qué te parece broma.

- Que nos puto reencontremos después de tanto, que por fin podamos ser felices y vivir tranquilas y lo primero que hagamos sea discutir- comenzó a andar por la casa nerviosa- si ni nos ha dado tiempo a follar joder, esto es increíble.

Lexa se asomó a la terraza tras coger una manta del sillón para despejarse, lo necesitaba. La casa era una amplia estancia decorada absolutamente por la morena y sin ningún muro, exceptuando lo que correspondía al baño. Clarke la observaba inmóvil desde la cama mientras aguantaba su ataque de furia, veía cómo se encendía un cigarro y se servía una copa de pacharán, viejas costumbres que la encendieron aun más. Se levantó y se llevó consigo el edredón de la cama para no congelarse a la que salía a la terraza.

- ¿Estás de coña?- empezó a gritar- ¿Te parece el mejor momento para pillarte uno de tus pedos?

-¿Qué Clarke, ahora me vas a controlar?

- No, pero esto no funciona así- Lexa se estremeció por sus palabras, nunca se había sentido así de asustada en su relación y al ver su cara Clarke rebajó el tono- No puedes huir cada vez que discutamos ni puedo estar siempre atenta de que haya alcohol en casa para que no huyas a un bar a por él. Las cosas no se solucionan así y lo sabes.

- Joder Clarke creí que me ibas a dejar- respondió Lexa dándola en el hombro con la mano en la que sostenía el cigarro.

- ¿Dejarte? Tú alucinas. Tendrás que ir acostumbrándote porque discutiremos mucho a lo largo de nuestras largas vidas, y eso no significa que te vaya a dejar, estás flipando- dijo volviendo a gritar.

-¿Por qué me gritas enfadada si me estas diciendo algo tan bonito?- le recriminó la morena en el mismo tono.

- ¡Porque sigo enamorada de ti! ¡Y no pienso dejarte escapar, y porque no tengo derecho a recriminarte absolutamente nada y me arrepiento y lo siento! ¿Vale?- continuó gritando.

- Clarke- dijo Lexa tranquila con una sonrisa en la cara.

- Pero es que llego a casa después de tanto y no me dejaban verte y al encontrarte aparece otra mujer en tu cama y mira, ya es lo que me faltaba...- continuaba la rubia echando espuma por la boca.

- ¡Clarke!- gritó la morena.

- ¡Qué!

- Que te amo.

La rubia no pudo evitar derretirse y se le bajó el enfado en ese instante, se acercó a besarla con furia mientras la estampaba contra la puerta que daba a la terraza.

- Cama, ya- dijo sobreexcitada.

Lexa la cogió en sus brazos y con sus piernas rodeando sus caderas mientras no separaban sus bocas consiguió el gran reto de llegar a su cama. Estampó a la rubia contra el colchón y sin más miramientos introdujo dos dedos en su interior. Disfrutó de tal manera de la cara de Clarke en ese instante que sintió que inundaría la cama.

- Joder- gimió la rubia- así, sigue, no pares.

Lexa lo dio todo de si, hasta que sintió que el orgasmo de la rubia se avecinaba.

- Así que mucho tiempo sin sexo, ¿no rubia?- dijo con voz ronca y Clarke asintió enérgicamente- Pues este orgasmo merece ser especial.

- Lexa no pares, lo será, da igual cómo lo hagas.

La morena levantó una ceja retándola y cogió una mano de Clarke posicionándola en su centro. Se inclinó hasta su oído para susurrarle.

- Entra en mi Clarke.

Sintió que se corría en ese mismo instante pero procuró aguantar. Lexa se movía lento disfrutando del tacto de su interior y mirándola fijamente a los ojos, disfrutando de las expresiones faciales de su angel con cada punto que tocaba dentro de ella. En poco tiempo sintió cómo sus dedos se aprisionaban en su interior y cómo la rubia cambiaba su expresión, poniéndose tensa y colorada y dejando de hacer ruido alguno durante el tiempo que duró el orgasmo, se aferró a los costados de Lexa y cuando creía que estaba terminando de sentirlo dejó escampar un gemido que estremeció a la morena, que se desplomó sobre Clarke y entrelazó sus dedos con los de la rubia.

- Brindo porque nuestras máximas preocupaciones sean discutir, que por cierto, ¿desde cuando discutimos tú y yo? ¿Quién eres y qué has hecho con mi ángel? - dijo juguetona la morena.

- La vida nos ha cambiado y esto es lo que somos ahora- respondió seria Clarke jugando con sus manos mientras Lexa acomodaba su oído para escuchar su corazón.

- Cierre de comillas, palabras de la expresidiaria Griffin- dijo burlona ganándose un manotazo en su hombro.

- Cada una tenemos nuestro pasado.

- Sí, no te enfades linda, siempre puedes llamarme borracha- dijo riendo.

- Anda que...- hizo la croqueta en la cama quedando sobre la morena- Lex.

- Qué.

- Has dicho sí quiero, ¿significa que nos casamos?- dijo emocionada recibiendo una sonrisa muy pura de parte de Lexa.

- Eso parece leona, nos casamos.

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