La revelación

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- ¿Embarazada?- preguntó anonadada Raven mientras acariciaba el pelo a Lexa que estaba tumbada en sus piernas en el sofá del estudio.

- Sí...- dijo Lexa con voz vaga- La he perdido para siempre, ahora si que si.

- Lexa hasta ahora te he dejado un tiempo de duelo. Se que esta noticia ha venido muy rápido y las cuentas temporales realmente no me salen...- reflexionó en voz alta.

- Joder, es que en qué momento ha pasado esto... no encuentro explicación- se incorporó confusa.

- Vale, no me interrumpas, ¿tú sigues enamorada de Clarke?

- Hasta el día en que me muera Raven- dijo rotundamente.

- ¿Qué te hizo salir corriendo?

- No lo se... simplemente mis pies corrieron solos.

- ¿Aún no te has preguntado por qué?

- A cada minuto. Yo tampoco le encuentro la explicación y no tiene sentido, solo se que ella no se merece esto, no me la merezco.

- ¿Y no crees que es mejor solución reconstruirte? Ofrécele una Lexa que sí se merezca.

- Es demasiado tarde Raven, ya lo sabes, y no pienso volver para que ella me reconstruya, no otra vez, siempre lo hace. Además, va a formar su propia familia...

Raven estuvo con ella un rato más escuchando sus lamentaciones hasta que se le hizo la hora de volver a casa, Lexa decidió que pasaría allí la noche.

A la mañana siguiente tenía a un grupo de rock a primera hora, no había dormido pero se sentía emocionada con comenzar su nueva labor y lo que más necesitaba era meterse de lleno en la música, la que también solía hacer función de salvadora para ella. Disfrutó a lo grande escuchándoles, atenta y escribiendo las cosas que necesitaban arreglar para mejorar y perfeccionar sus canciones.

- Os esperaba más desastrosos la verdad, pero tenéis buen nivel musical y sabéis jugar muy bien con las armonías- dijo con profesionalidad cuando le enseñaron el último tema.

- Gracias - respondió tímidamente la cantante- La verdad es que estaba bastante inspirada cuando compusimos el disco. Fue una mala época que enfoqué en la música y... perdona, no se por qué te estoy contando mi vida.

- No me importa, está bien, continúa- dijo Lexa con interés- Me gusta saber de dónde salen las cosas y las emociones que transmites.

- Está bien...

- ¡Chapón va!- dijo divertido el bajista.

- Chicos podéis esperar fuera, contamos con muchas instalaciones y seguro que podéis entreteneros en la cafetería, esto es importante- contestó Lexa y todos menos la cantante se levantaron y se fueron- Continúa.

- Pasé una mala época con mi chico, dejamos de entendernos en todos los aspectos y finalmente le dejé, aunque él quería seguir luchando. Tardé un tiempo en darme cuenta pero le echaba mucho de menos, todo me recordaba a él y aunque no sintiera lo mismo que cuando estábamos bien sentía la necesidad de estar cerca, así que intenté volver a su vida.

- Esto es básicamente de lo que hablan tus letras.

- Sí, porque él me dejó estar a su lado. Nos veíamos, reíamos muchísimo y finalmente pudimos construir la relación de amistad sana que tenemos ahora. A veces nos esforzamos en que las cosas funcionen y si no resulta nos alejamos pero en muchas ocasiones no es la respuesta, hay muchas maneras de tener a las personas en tu vida y con él la relación amorosa no era. Pero así nos hacemos mucho bien, es la persona en que más confío. Nos llevamos tan bien que siempre bromeamos con que si nos van mal las cosas en el amor y a los 40 estamos solteros nos casaremos- dijo risueña, y a Lexa se le encendió la bombilla, igual esa era la solución.

Echaba dolorosamente de menos a Clarke, y quería intentar estar en su vida porque no creía saber vivir sin ella, y la rubia le dijo que la aceptaría a su lado de la manera que fuera.

Despidió a la cantante y salió del estudio, era jueves y hasta el martes siguiente no tendría que volver, así que con un impulso característico de Lexa se fue al aeropuerto para abandonar Nueva York e ir a San Diego. Escribió un escueto mensaje a Raven para que no se asustara diciéndola que estaría todo el fin de semana fuera y apagó el teléfono, no quería saber nada de nadie más.

Cuando llegó a su ciudad natal era prácticamente de noche, aun faltaban un par de horas para el amanecer y cogió un taxi directo a su casa, la casa que compartía con Clarke, la que se compraron a las afueras unos meses atrás. Buscó la llave de emergencia que tenían escondida en el jardín y abrió sigilosamente su puerta principal. Comenzó a andar de puntillas y subir las escaleras hacia su habitación cuando se quedó paralizada. Clarke podría estar con alguien, nadie la culparía pero ella no quería ver esa imagen, o puede que estuviera sola. Tenía que averiguarlo. Siguió subiendo hasta que llegó a la habitación que se encontraba abierta y se paró en la puerta.

No era consciente del tiempo que llevaba ahí paralizada observándola dormir, sola en su lado de la cama, transmitiendo la paz que tanto amaba. Intentaba con todas sus fuerzas verla como una amiga más, ese era su plan desde que cogió el avión pero le estaba resultando imposible. Se derretía de amor con cada respiración, solo quería desnudarse y acariciar su piel desnuda y sin ser consciente de lo que hacía comenzó a desvestirse. Justo cuando empezó a andar hacia su cama Clarke comenzó a respirar más fuerte y a agitarse bruscamente, estaba teniendo una pesadilla y ella conocía todas y cada una de los malos sueños que la carcomían por su pasado tan complicado.

- Lexa...- gimió la rubia en mitad de un llanto.

Rápidamente la morena se metió en la cama y la acunó entre sus brazos.

- Shh Clarke estoy aquí, estoy bien- dijo sabiendo que esas palabras consolaban a la que iba a ser su mujer como la mejor medicina.

- Se que es un sueño, pero no te vayas nunca- la rubia abrazó con fuerza todo su cuerpo y escondió su cara en su cuello, inundándose de su olor.

Lexa solo pudo darle un beso en la cabeza, intentando no quedarse dormida y poder disfrutarla, ya que en cuanto Clarke se despertara el sueño que ahora ella estaba viviendo se terminaría. Acarició con cuidado su barriga intentando buscar sin sentido alguna señal de la vida que estaba creciendo dentro de ella sin éxito.

-Qué difícil va a ser mi amor, pero tengo que intentarlo, es la única manera de estar en tu vida, seremos amigas- le susurró Lexa procurando no despertarla.

El Mundo a nuestros piesWhere stories live. Discover now