Un caballero...

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"No lo sé... ¿y si no encuentro al correcto?"

Horas después de que todos los alumnos se instalaran en sus respectivas habitaciones y se informaran de otros datos, se había efectuado la charla del primer día en el gimnasio de la academia, en la que, además, se había dado la noticia de las alianzas. La gente estaba atónita. No podían creer que invadieran sus vidas de esa manera, que la directora lo anunciara como quién explica las reglas de un juego, o que se le hubiera permitido hacer eso, en primer lugar. Muchos se quejaban y hasta hubo quienes amenazaron de irse de la academia a estudiar a los miles de otros lugares a lo largo del continente.

La temperatura había subido y eso los agobiaba aún más. Se percibían fugaces zumbidos en el aire, y el cielo estaba completamente despejado. Todos salían del gimnasio, hablando del mismo tema. Entre ellos, un par de amigas.

---no. no puedo. No voy a hacerlo.--- se negaba la chica de cabellos blancos y ojos de un suave tono rojizo, vestida con un vestido negro con volantes blancos, mientras se cruzaba de brazos y meneaba la cabeza.

---Vamos, Valerie. Es una regla y hay que obedecer.--- una chica de cabellos anaranjados atados por una trenza ordenada pero algo suelta, con gafas de marco color negro y ojos color azul oscuro, vestida con un vestido sencillo verdoso, intentaba tranquilizar a su amiga.

---¡Ha! ¡Sueña que voy a hacer esa estupidez, Mirei! ¡no van a obligarme! ¡¡es ridículo!!--- replicó enojada la chica llamada Valerie.

---ay, Valerie. Cálmate. Ya verás que no es para tanto.--- la dulce voz de Mirei sólo alteraba más a la chica de ojos rojizos. Era una de las pocas personas que mantenían la calma, aún depués de la noticia. Y no era casualidad, pues su gusto por la lectura la había llevado a conocer la efectividad y leyendas del pacto, como otros alumnos sabían también.

---¡¡Pues acéptenlo ya!! ¡¡me niego!!--- insistió Valerie.

----¡QUE TE CALMES DE UNA VEZ!--- la dulzura de Mirei fue reemplazada por unos ojos azules encendidos y una expreción de furia, perdiendo la paciencia.

---está bien.--- dijo Valerie en voz baja.

La pelinaranja suspiró e intentó calmarse.--- perdóname, ya me conoces. Pero, enserio ---dijo con una voz suave mientras tocaba el hombro de su amiga.--- si una amemaza se presenta, ambas sabemos que no sobrevivirás tú sola. Esto es por tu bien y lo sabes.---

Valerie suspiró.

---c-creo que tienes razón. Lo intentaré. Es solo que... ¿y si no encuentro a nadie...?---

---ya verás que no es así.--- replicó su amiga sonriendo y acomodándose las gafas.

Pasan las horas, la gente se conoce entre sí, los estudiantes viejos le enseñan la escuela a los nuevos, los alumnos se acomodan en sus respectivas habitaciones, algunos van al bosque a practicar con sus poderes, otros, simplemente no saben como matar el tiempo.

La tarde pasó tranquilamente entre los estudiantes ese primer día del año escolar, nerviosos por que al día siguiente comenzaban las clases oficiales, hasta que, luego de haber cenado en la cafetería, la mayoría se dirigió a sus habitaciones para acabar el día.

En la habitación 342, Chiara se encontraba leyendo a la luz de una vela en el momento en el que Amy se presentó allí.

---¡Hola Amy!--- saludó la vampireza apagando accidentalmente la vela. Lanzó un resoplido de frustración.

---hey, ¿por qué no enciendes la luz?--- preguntó Amy buscando a tientas el interuptor.

---la lámpara se ha quemado. Vienen a repararla mañana.--- respondió la chica, encendiendo la vela nuevamente.

Pelea Junto a Mí (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora