Capítulo 10

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(Ojos de Brooke)

Esa noche en Almack's, vio cómo un gran un número de caballeros se reunían alrededor de la señorita Abercon, por supuesto. Era la inalcanzable de la temporada, varios de los varones ya habían visitado a la señorita, y también habían salido a pasear en un faetón, acompañados por lady Abercon obviamente. Otros ya habían sido rechazados por Marion, pero incluso así, permanecían a su alrededor.

En cuanto a ella, bueno, se encontraba cerca de los refrigerios. Ya había bailado con Charls y Lord Herdford, y este último llamaba su atención, puesto que pese de ser uno de los solteros codiciados, solicitaba bailes con ella; era bastante extraño, pensaba, hasta que alguien a su espalda, preguntó.

— ¿Nuevos anteojos, señorita Henderson?

— Lord Standford —se inclinó en una reverencia, la cual correspondió —no en realidad, tenía unos de repuestos en casa.

— Me alegra no perder su compañía por tanto tiempo —ella bufó— aun mas debido a la noticia que quiero compartir con usted.

— ¿Qué noticia?

— Primero hay que bailar — propuso al escuchar el inicio de una melodía.

— ¿Me va a dejar en suspenso, milord? —preguntó sorprendida.

—Me atreveré a decir que sí — Brooke lo miró con los ojos entrecerrados por un momento, y al ver que no daba su brazo a torcer, de manera resignada aceptó su mano.

— He encontrado un lugar perfecto para nuestra pequeña carrera —comentó el señor Jefferson, después de finalizar el primer baile.

— ¿En serio? —su voz transmitía la emoción que sentía — ¿Dónde?

— A las afueras de la ciudad, podríamos invitar a los Lansdowne para que juzguen nuestro desempeño.

— Es bastante interesante lo que propone, milord — ya quería volver a correr, pero intentó parecer calmada — ¿Por qué no vamos inmediatamente a plantear a nuestra querida lady Lansdowne esta propuesta?

— Me parece bien— le ofreció el brazo, el cual Brooke casi arrastró para hallar a su amiga.

Al divisarla junto a su esposo camino rápido hasta su encuentro y le expusieron lo que habían estado hablando

— No lo sé, son muchas las cosas que aún tengo que hacer—Tessa pronto iba a dar un baile en su residencia.

— Cariño, debes distraerte de vez en cuando y será divertido ver cómo derrotan a tu hermano — Charles susurró esto último cerca de su esposa.

—Bueno si lo ves de esa forma, es bastante tentador.

— ¿Eso quiere decir que irán? — su emoción ya no se podía ocultar.

— Iremos, además a los niños les encantará.

— Está decidido entonces, será una semana antes del baile— propuso el señor Jefferson y entonces sonaron los compases de un vals — y hablando de baile ¿me concedería el honor?, recuerde que me debe un segundo baile— miro a la señorita Henderson.

— No se preocupe milord, le estoy muy agradecida por la ayuda que me prestó en esa ocasión, pero...

— Si está tan agradecida, acepte bailar conmigo— sonrió acercándose.

— Pero...

— Insisto— la miró fijamente, y Brooke tuvo que apartar la vista sus ojos, pues eran muy penetrantes.

— Está bien, pero le advierto que tenga cuidado con sus pies.

— Pensé que estaban a salvo al usar sus lentes —la contempló con expresión perpleja.

— Prefiero advertirle, sé que no soy una bailarina innata —mencionó un poco cabizbaja.

— Hasta ahora ha demostrado completamente lo contrario — le ofreció la mano, y ella la tomó un poco reticente, tenía el presentimiento de que esto no era una buena idea.

Al estar a un metro de distancia Brooke tenía que ver hacia arriba para observarlo a los ojos, para encontrarse con esa mirada plateada tan cercana, que podía apreciar algo distinto en ella.

Se sintió incomoda, por lo que prefirió mirar su corbata por el resto del baile. Por su parte, el señor Jefferson era capaz de apreciar los ojos de su acompañante sin la barrera de sus lentes. Mientras ella no sabía por qué la miraba fijamente ¿tenía algo en el rostro?, se preguntó mortificada. Para la joven era extraño que la vieran a la cara, a menos que le estuvieran hablando.

Bailaron alrededor del salón, girando al ritmo del vals.

— Ha intentado engañarme señorita Henderson.

— Se equivoca usted señor, es mi humilde opinión la que he dado.

— Me pregunto si será infundada por la opinión de otra pareja de baile.

— Más bien la falta de una. No me sorprendería que usted no volviera a solicitar este tipo de baile —miró hacia la izquierda al escuchar unos aplausos, y entonces se dieron cuenta de que ya no había música de acompañamiento.

Brooke contempló a su pareja y se topó con una mirada de acero

— ¿Milord? — él la vio con los labios apretados.

— Si me disculpa. — En su voz se apreciaba enojo. Realizó una rígida reverencia y se alejó, dejando a Brooke perpleja, ¿estaba enfadado con ella?

Lord Standford se retiró hacia una terraza en el jardín, tomó una gran bocanada de aire.

Había bastantes personas, por lo que se fue a un extremo donde se encontraba a solas. Pese a que muchos lo vieron llegar, prefirieron no acercarse debido a la expresión de su rostro.

Estaba furioso, no podía creer que la señorita Henderson lo tuviera en tal consideración, ¿cómo era posible que llegase a pensar, que no volvería a solicitar un vals?, no era como los demás, pensó para sí. De verdad había disfrutado bailar con ella, tenerla entre sus brazos... se extrañó ante ese pensamiento, de modo que prefirió desecharlo inmediatamente. ¿A quién debía dirigir su furia? La señorita era tan amable que no dijo quiénes eran los caballeros, aunque en su opinión no merecían ese título.

La señorita Henderson se tenía en tal desprecio siendo que era una joven bastante simpática e inteligente, no merecía quedarse sentada en un rincón el resto de la velada y mucho menos desperdiciar su talento en ese tipo de baile, más aún cuando se notaba que lo disfrutaba.

Al parecer debería quedarse todavía más tiempo en la terraza, pensó al sentir un impacto en la mano. Había golpeado la pared sin notarlo.

No le gustaba cómo algunos trataban a la señorita Henderson.

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Me dan ganas de zarandearlo y decirle ¿y como la tratas tú?, ¿les gustaron los ojos? imaginen que son cafes, se me olvido pintarlos -.-, gracias por leer y por las estrellas.

¿Te casarías conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora