Capítulo 14: El Cura, La Monja Y La Madre

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Christopher

Salimos de la habitación de disfraces con Mara y vamos directos a la habitación Hospital Secreto, pero al entrar, vemos que Morgan no se encuentra allí.

-Esto me dá mala espina -dice Mara.

-Quizás esté mendigando por otra habitación -contesto un poco nervioso.

Volvemos a la sala común y nos preguntamos en qué habitación estaría Morgan, pero no sabemos contestar nuestra propias preguntas.

Nos dirijimos a todas las habitaciones a las que hemos entrado, pero no hay rastro de él, hasta que escuchamos un grito seguido de otros.

-Lucila... -dice Mara a ella misma.

-¡Lucila! -Grito como si mi grito ayudara en algo.

Escuchamos más y más gritos, así que salimos de la habitación en la que nos encontramos y esperamos más gritos para saber en qué habitación se encuentra, pero no escuchamos nada.

Luego de unos segundos, un grito débil se escucha. Está en la habitación 3. Sala de maquillaje.

Abro la puerta de la habitación y vemos a Morgan arrastrando a Lucila. Ésta está demasiado herida.

-Suéltala Morgan! -Grito y éste me hace caso.

-Pa... pa... -empieza a tartamudear. Traga saliva y continua-. Padre.

Se saca la máscara y la tira al suelo. Lucila se desmaya y Morgan también.

Sacamos a Lucila de allí y la llevamos a la habitación de disfraces que es dónde está Michael escondido. La acostamos en el suelo y abrimos el armario para que Michael salga, pero éste no está aquí ni en la mini habitación secreta.

-Mierda -digo entre dientes.

-Lo encontraremos -dice Mara acariciándome el hombro.

Nuestra conversación es interrumpida por los movimientos de Lucila, nos acercamos y vemos que abre los ojos y se alegra de vernos. Sangre corre por su herida aun abierta, pero no le da importancia.

-Ustedes -dice sentándose en el suelo-, ustedes me salvaron cuando yo los traté mal.

-Una vez, aunque no lo recuerdes, yo te traté de la peor manera y tú seguiste conmigo, así que debía volverte el favor -dice Mara sonriendo. Es tan dulce cuando sonríe.

-¿Tú eras mi amiga?

-Tu mejor amiga.

-Disculpa por olvidarte mejor amiga -dice Lucila abrazando a Mara. Ésta le devuelve el abrazo y empieza a sollozar.

Dejo que se abracen por unos segundos y luego digo:

-No quiero ser un aguafiestas, chicas, pero hay un loco suelto por la casa y se nos ha perdido un amigo que también es tu primo -señalo con la cabeza a Mara.

-Tienes razón -contesta ésta-. ¿Tienes algún plan?

-Claro que tengo un plan -digo sentándome en el suelo-. Miren, yo no creo que Morgan sea una mala persona, sólo creo que es una buena persona que ha hecho cosas malas.

-Es una broma, ¿cierto? -dice Lucila sarcásticamente.

-Para nada -respondo.

-¿Qué quieres que hagamos? -Pregunta Lucila.

-Bien, lo que quiero que hagamos es que probemos disfrazándonos de las personas que viven en su cuerpo, y así ver si surge un efecto en él. Yo creo, que al vestirme del doctor Marco, éste desapareció de su cuerpo, y creo que pasó lo mismo con el violador hace un instante.

-Aguarden -dice Lucila confusa-. ¿O sea que la persona que me quiso violar no es la verdadera persona?

-Exacto -digo yo afirmando con la cabeza.

-Demasia información -dice Lucila tocándose la herida de la cabeza-. ¿Qué quieres que haga?

-Bien, Mara se vistió de la monja que tanto quiso Morgan de niño, y yo me vestí del cura al que tanto odio. Lo que quería que hicieras es vestirte de la madre de Morgan. Creo que causaría mucho más impacto en él. Pero claro, si es que tu quieres hacerlo, ya que no te obligaremos.

-Vale -contesta Lucila luego de haber pensado la respuesta unos minuto-. A propósito -dice sacando algunas llaves de su bolsillo-, ¿saben para qué servirán éstas llaves?

-Son para poder escapar -digo tomándolas y guardándolas junto con las otras.

Lucila está a punto de ponerse el traje de la madre de Morgan, pero se detiene y cae al suelo, y vomita.

-Disculpen -dice débilmente-. Me siento mareada.

-Toma -dice Mara dándole un pañuelo-. Átalo en tu cabeza así detenemos la hemorragia, que no es mucha pero igual.

-Gracias -responde Lucila.

Lucila se ata el pañuelo y se pone el traje de la madre de Morgan. El traje está constituido con una remera manga larga de color blanco, y una pollera larga, junto con unos zapatos de cuero y un "rosario" en su cuello.

-Definitivamente ésta mujer no sabía vestirse -dice Lucila sarcásticamente.

-Estoy de acuerdo contigo -responde Mara.

Salimos de la habitación y vamos hacia la habitación en la que Morgan se desmayó. Al entrar vemos que todavía está desmayado, en plena habitación. Nos quedamos parados esperando a que se levante, y cuando lo hace se nos queda mirando con asombro,

-Ustedes... ustedes... ¿qué hacen aquí?

-Hola hijo -aproxima a decir Lucila.

-¿Mamá? -pregunta Morgan confundido.

-Hola Jason -decimos Mara y yo a coro.

-Padre, Hermana, ¿qué hacen aquí?

-Sólo quería ver cómo estabas -dice Mara con su voz dulce.

-¿Listo para otro retiro espiritual? -Le digo con voz apagada.

-No... no... no...

Morgan se agarra la cabeza y comienza a gritar y a llorar.

-Jason -dice Lucila-. Es hora de ir a tu retiro.

-¡No! -Grita Morgan-. Ustedes no pueden obligarme. ¡No voy a ir a ese estúpido retiro!

-¡Callate! -Grita Lucila-. Harás lo que yo diga.

-¡No!

Morgan empieza a arañar su cara, y sin previo aviso, se lanza arriba de Lucila y comienza a golpearla. Yo lo derribo y le golpeo tan fuerta que se queda inmóvil.

Se levanta y comienza a mirar hacia todos lados. Se agarra la cabeza y empieza a tirarse del pelo, y mucho de éste cae al piso. Morgan está sangrando y llorando pero no se detiene.

Empieza a golpearse la cara con la pared, y en un abrir y cerrar de ojos, éste cae al suelo desmayado.

Lucila, Mara y yo nos miramos y luego miramos a Lucila quien está sangrando por su herida.

-Ayudenme -dice Lucila-. Me siento mareada y débil. Creo que estoy perdiendo mucha sangre.

Y entonces cae al suelo, golpeándose la cabeza fuertemente.

-¡Ayudame a sacarla de aquí! -Grita Mara y yo alzo con mis brazos a Lucila.

-Cambio de planes -digo dirigiéndonos a la sala de disfraces-. Sólo salgamos de éste maldito lugar.




El Hombre De La Cabaña  [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora