Capitulo 4: ¿La primera muerte?

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que andan ansiosos de ver Frans (Pues el título habla principalmente de aquel shipp) pero se va a demorar un poco, pues como ven, aún falta gran parte de los personajes principales en la historia.
Pero no se preocupen, intentaré como compensado hacer varias juntas de ambos para que el amor no demore y tenga que hacer saltos temporales. He aquí el capítulo. ❇

La llamada era desconocida, Frisk se preguntaba de quien podría ser pues nadie sabía que tenía un teléfono más que Toriel, y a ella la tenía con su nombre grabado en la máquina.
No tuvo nada que perder, contestó.

– ¡Hola humana!

– ¿Papyrus? ¿Cómo sabías que este es mi número?

– Bastante simple, hice todas las combinaciones hasta dar con el tuyo.

Frisk resopló risueña, vaya que era extraño.

– ¿Qué deseas?

– Puede que te hayas saltado mi gran batalla épica donde obviamente caerías con sencillez, pero... Undyne es un hueso duro de roer, traté de convencerla pero no tuve buenos resultados...

– ¿Qué debo hacer?

– Una manera es seguir adelante, tus habilidades te salvarán de ella. la otra es esperar a que venga por ti, cual no es la recomendable.

– Sigh. Supongo que tendré que seguir adelante.

– Sí, ¡en waterfall encontrarás la tranquilidad soñada!, nos vemos más tarde, Frisk.

Y colgó de una.
Frisk guardó su teléfono, y miró el cómo la nieve se convertía en suelo común de un azul marino, se adentró al nuevo cuadro para ver como unas flores grandes y azuladas estaban por el sector. Habían dos monstruos, uno al lado de las bellas flores y el amarillo que estaba hace un rato en Snowdin.

Todos se teletransportaban o qué.

– Hey! ¿Vienes conmigo a ver a Undyne? ¡Escuché que iba a estar contra una humana!

– Humm, te alcanzo después, Monster Kid, t-tengo que hacer algunas cosas antes.

Como enfrentarte contra un pescado.

– Oh, está bien, ¡Nos vemos!

El monstruo ya no tan niño se fue por donde su camino Frisk debía seguir.
Ella miró más detenidamente, había un puesto de centinela pero vacío, suponía que ahí estaría Sans por lo que se organizó.
Iba a avanzar para hacerse amiga de Undyne esperando que sea con éxito el resultado para después a la hora de la comida ir al bar junto al esqueleto mayor.
Todo estaba destinado a ser perfecto.
Con determinación avanzó por el camino.

✴❇✴❇✴❇✴❇✴

Estaba cansada.
Frisk había corrido más de lo que habría corrido en carreras escolares, sentía su corazón latir a mil mientras que el sudor le empañaba la frente, había solo una vez que se encontró contra Undyne en el traje pesado de metal inoxidable.
Una lanza le hizo un tajo en el abrigo y rozó con fuerza su brazo, estaba sangrando pero eso era de menos, lo peor era no tener ningún punto de guardado a la vista ni alimento.

Ésto está tardando mucho. –Se quejó Chara indiferente al dolor que tenía Frisk.

No puedo hacer mucho... No me da tiempo de hablar ni si quiera para... Respirar. –Frisk se levantó con la energía que le quedaba, aquella energía era suficiente para una carrera más pero la herida que realmente era grave la debilitada.

Mátala y ya está.

– No.

– ¡Pero te hizo daño Frisk! ¡¿No te llena de coraje eso?!

– No, ella es una guardia, la líder, estará haciendo su trabajo como se debe.

Pues síguele el juego y ataca.

– Lo seguiré, pero de un ladrón cobarde, de seguro falta poco.

Pero no era así.
Frisk se colocó una venda improvisada bajo la ropa para ocultar la herida y no preocupar a su acompañante amarillento.
Una vez ambos se separaron empezó el segundo problema.

Oh maldita sea, Frisk. ¡Corre y salvate!

La llamada se dio vuelta, no había nadie, pero del suelo de madera se iluminaron varios casilleros turquesas, era mejor huir antes que las lanzas le atravesaran el cuerpo completo y tenga que avanzar de nuevo.
Frisk no había muerto aún y no desea tampoco sentir su alma separarse de su cuerpo.
Esquivó las lanzas filosas varias veces, el lugar era un laberinto y la luz no dejaba ver más que al frente, lo que sí pudo ver fue que abajo había otro camino donde la criatura peligrosa la acechaba y al fondo no había más que oscuridad, era mejor tener equilibrio.

– BOBA, CUIDADO.

Si no fuera por el grito de la demonio que sólo flotaba siguiendo a Frisk, la última hubiera sido atravesada por la filosa punta por completo.
Levantó su pie para esquivar una que vino de la nada y en ésta acertó en su pierna.
Frisk gritó cayendo al suelo y casi rodando, había llegado tan lejos, sin embargo no se rindió, se arrodilló y con un dolor agonizante pero determinada avanzó a cojeando, esquivó como pudo y pudo ver una salida al fondo, pero...
Era un camino sin salida.
Los ataques habían frenado, pudo respirar, pero por el cansancio y dolor no pudo sostenerse en pie, arrodillada, una sombra la paralizó.

– N-No me hagas daño... Por favor...

No hubo respuesta.
La armadura muda no tenía intenciones de hablar, sólo de matar.
Hizo una lanza que se detuvo en la mano metálica y con un ademán amenazó a la humana con matarla de una vez, de acabar el sufrimiento sangriento de ella.

Se le colaron unas lágrimas en los ojos, no deseaba morir aunque sabía que iba a despertar en el nuevo día, tendría que pasar nuevamente por todo, ¿Y si acababa peor que ahora? Su determinación bajaba por el miedo más tabú de todos, morir.

Aguantó los sollozos, aún así el dolor era insoportable, no obstante, la mujer pez había frenado su ataque al ver la sangre que ya se notaba en la ropa que no lucía su lindo color azul.
¿Por qué no se mataba y empezaba de nuevo? ¿Por qué la adrenalina le incitaba a suicidarse? Tenía que intentarlo miles de veces si quería ser su amiga.

La lanza partió el camino flotante.
No fue a ella.
¿Acaso tuvo compasión?
¿Asco de ver más sangre humana?
Sólo pudo ver como la fuerza de gravedad la tomaba presa en su ley, y observar como el ser metálico se retiraba mientras ella caía.
En el abismo.

Heya, Sans. • Frans •Where stories live. Discover now