No es el fin del mundo

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Lucio suspiró mientras detenía el auto en un semáforo en rojo, ya todo estaba hecho y dicho, ahora solo quedaba volver a su casa y seguir adelante, como siempre lo hacía. La vida siempre era un poco dura con él, pero ya estaba acostumbrado a sus vueltas e idas, no es como que si no pudiera superar a Teo Oidon  ¿Verdad? Por supuesto, no lo había superado en estos últimos meses mientras compartían la cama pero las cosas, ahora que el rubio estaba casado, podían ser distintas.
-No es el fin del mundo- susurró para si mismo mientras se concentraba en el camino, aunque trataba de que su rostro mostrara tranquilidad en el interior sentía muchas emociones al mismo tiempo, decepción, tristeza, angustia, furia y mas angustia.
Teo la había elegido a ella y él no iba a aceptar, ni siquiera para él mismo, que había una parte de él que esperaba que el rubio cambiara de opinión, que llegara a amarlo de la forma como lo hacía él. Pero Lucio sabía que había cosas que no cambiaban y al parecer, esta era una de ellas.
Tampoco era como que si Teo le importara tanto...
Al pensar eso, Lucio sintió una punzada en el pecho, si fuera tan fácil mentirse a si mismo, no estaría sufriendo lo que estaba sufriendo en su interior. Pero podía a engañar al mundo y eso, por ahora, le bastaba.
Poco después de una media hora de manejar, estaciono el coche en el estacionamiento del edificio y se dispuso a subir a su departamento. Por suerte con Daniela no tendría que encontrarse hasta el día siguiente, cuando la viera en la Universidad, ambos estaban en el segundo año y él estaba bastante firme en su decisión de no dejar que sus dramas amorosos afectaran la carrera que estaba estudiando.

AdiósWhere stories live. Discover now