Algo Normal

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—Al menos podría ser peor.

Habíamos terminado un examen de matemáticas, pero mi cerebro se las dio de especial y cuando había que utilizar una formula uso una diferente.

Si, algo típico.

—¿Dices peor?— preguntó Gilgamedh cruzando sus brazos sobre la mesa —, debería bajar la cantidas de exigencia para revisión.

—Vamos, no era tan ma...

—La última era quince no nueve — dijo Nico volteandose.

—Ya estamos muertos, fue un gusto pelear con Gilgamesh e intentar tocar a Nico sin morir.

Un chico delante estaba oyendo nuestra conversación, se acercó a nosotros y me di cuenta de que su pelo era de color azulado o celeste.

—Tranquilos, los problemas no eran realizables según la materia enseñada.

—Eso no nos tranquiliza, Hans— dijo Gil algo molesto —. A menos que cancelen este examen.

—Oidos sordos a palabras necias — dijo para luego mirarme —, ________ ¿Quieres ir a una cita conmigo?

—Espera ¿Qué?— preguntamos Gil y yo al tiempo que Nico se posicionó correctamente en su silla y no volvió a mirar atrás.

[...]

—Reaomente me asustaste en la escuela— reconocí a Hans mientras paseabamos por la biblioteca.

—Si, era una excusa para contarte algo— respondió Hans Christian mientras buscaba algunos clásicos para analizar.

Yo solamente iba sacando algún título que sonara trágico o de tiempos medievales.

—¿Qué era?— le susurré en voz baja cuando noa pusimos a trabajar.

—Di Angelo esta buscando a la persona que le escribe cartas y acudió a mi debido a que usualmente puedo deducir todo lo que ocurre. No era un misterio tan grande que lo haces tú— finalizó centrandose en su libro.

Di un respingo.

—Dime que no le dirás, digo, no lo hago porque sienta algo por él, sólo lo vi deprimido— expliqué sin dejar la calma de mi voz.

—Ya es tarde para eso— respondió el susurrando —, le dije antes del examen.

[...]

—¡¿Cómo haré para no parecer una acosadora?!— dije al día siguiente cuando llegué y vi a Gilgamesh en su asiento usual.

—No me preguntes, aún estoy riendo por la situación en la que te has metido— dijo sacando su celular dorado y revisando nuevamente la conversación.

—Eres maldito, sabes que mi intención era no parecer una acosadora...

—¡Silencio!— exigió la profesora al entrar —. La clase inicia ahora.

Me preocupe en demasiado por el tema de Nico y esperaba que cuando llegara no me hiciera preguntas y dejar estar el tema, definitivamente tendría que tener mucho más cuidado. También algo de precaución con respecto a Hans Christian, realmente luego al escuchar los rumores de su persona me asusté un poco al respecto.

—Al parecer te salvaste— dijo Gilgamesh una vez acabó el día escolar —, ¿te parece si vamos al parque o algo así?

—No pienso hacer tu tarea de historia— le dije anticipandome.

—Maldita seas, se supone que eres mi amiga.

—Esta bien te acompañaré al parque— accedí —. Pero aún así no haré tu tarea.

Cuando llegamos al parque mi amigo se comportó mucho mejor que de costumbre, se me estaba haciendo extraño todo este comportamiento, no deje aquella duda y le pregunté al chico que me acompañaba en ese minuto.

—Pues la verdad, Di Angelo y yo tenemos que llevarte a un lugar.

—Se supone que no lo tenías que decir— dijo Nico apareciendo.

—Pues ya que estamos hazlo rápido.

En ese momento me encontraba muy confundida como para entender que pasaba y Nico con algo de molestia tomó mi brazo y el de Gilgamesh que estaba cerca, unas sombras nos envolvieron y luego estabamos en un especie de campamento al aire libre.

Me aferré con toda mi fuerza al brazo de Nico, sentía que en cualquier momento me caería y tenía un gran mareo.

Nico me dejo afirmarme —aunque eso le incomodaba bastante — a su brazo hasta que me tranquilizara, me enojó un poco que Gilgamesh se riera de mi en ese minuto.

Cuando ya estuve bien me explicaron la situación, algo de campamento para semidioses y protección, tu padre reclamandote y cosas por el estílo. Nunca me había preocupado por tener familia, ya que casi siempre estuve a cargo de diferentes personas hasta vivir sola.

—Gilgamesh es descendiente de Ares e hijo de Apolo— explicó Nico tratando de suavisar el tema —, era tu protector mientras se procesaba a alguien para la busqueda definitiva para traerte aquí.

—Entiendo— no había entendido.

—Bien, ahora se realizará el procedimiento normal. Por tu propio bien no me hables aquí ¿entendido?— finalmente se mostró duro aunque sus ojos mostraban que no deseaba decir aquello.

—Si tu quieres eso— respondí sin muchas ganas.

Me dejó en la casa grande y una vez dentro unos señores me atendieron y explicaron mucho mejor las cosas. Me sorprendí mucho con lo del centauro y trate de no molestarme con el director del campamento. Debo decir que era muy agradable de alguna forma, en especial porque mostraba que no tendría un falso interés en mi o que pretendería tratarme bien.

Que agradable sujeto.

Aunque un rubio tonto lo supera.

Y ese tipo de pelo negro me tiene enojada.

Por alguna razón aparente me enojé con Nico, no es como si pasaramos mucho tiempo juntos o conociendonos, pero de algún modo siento traicionada mi confianza.

Cuando me instalé en la cabaña de Hermes me fue a buscar Gilgamesh, como no tenía más ropa que la de colegio me habían prestado en la cabaña y èl se rió de mi. Me hubiese gustado conocer a los jefes de cabaña, pero estos no estaban.

—Puedo hacer algo con respecto a tu ropa— dijo sacando unas prendas de un espacio extraño.

—¿Qué es eso?— pregunté algo impresionada.

—Es la razón por la que soy mejor incluso que los heroes del olimpo— presumio sin ninguna modestia —, Gate Of Babylon, es una gran tesorería con todos los tesoros de distintas épocas.

—Si hay heroes aquí espero que al menos no existan muchos como Nico, ese chico de cabello azabache cree que pierdo mi tiempo con cualquier persona, él lo necesitaba pero que hizo, viene y dice "no hables conmigo es mejor para ti"— imité con mucho enfado, la verdad, aunque actuara de esa forma era para no mostrar lo herida que me encontraba porque alguien rechazara mi ayuda de esa forma.

—Te gusta— dijo Gilgamesh con seriedad —. Y tu cara esta roja ahora.

Al último me comenzó a charlar de distintas metas que se planteaba ahora que regreso y sobre si sería el que tuviera el honor de tener la dedicación de la futura —según él— boda mía y de Nico. Sin olvidarme que dijo aue yo seguiría escribiendole cartas con consejos.

En lo último puede que no se equivocara.

Dear NicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora