Esta vez me ha despertado el sol de noviembre. Pero he de admitir que al ser domingo y ser las 9, el amanecer merece ser la pena visto.
Me asomo a la ventana y me quedo embobada mirando el paisaje. Desde aquí se ve todo Madrid y las parejas bajo la lluvia, agarradas de la mano.
Ya me gustaría tenerla a ella de esa forma.
Mierda, ya está otra vez en mi mente.Miro el reloj para calcular a qué hora debería salir para estar puntual en el avión que sale hacia Italia.
El viaje del curso es por todo Italia : Roma, Venecia, Florencia, Milán, Bolonia y Verona. Una preciosidad.
Vamos casi todo el curso y algunos profesores, pero como bien dijo ella hace unos meses, no iría al ser su aniversario...
Me dirijo al baño a asearme y ducharme para poder cerrar luego la maleta. Estoy pensando lo que ponerme para ir cómoda cuando aparece Lidia y me da un abrazo por detrás.
- ¡Eh peque! ¿Qué pasa? -la abrazo girándome-.
- Te voy a echar de menos, eso es todo
- Yo también, pero volveré pronto con un montón de sudaderas y recuerdos de esos que te gustan ¿vale?
Asiente y me da otro abrazo. Le digo que se marche para poder terminar la maleta y cerrarla.
Al final me decidí por un vaquero y una sudadera con el logo de Batman en grande, y mis converse negras.
Cierro la maleta y la bajo al piso para colocarla cerca de la puerta.
Me acerco a la cocina dónde están mi madre y mi padre hablando y les meto prisa, no quiero llegar tarde y quedarme aquí en Madrid sola.Una vez en el coche, subo mi maleta y nos dirigimos a Barajas, el aeropuerto, donde espera todo el alumnado y parte del profesorado.
Al llegar encuentro a Aida en la entrada y me abraza.
- ¡Al fin has llegado! -me saluda junto a mis padres- ¿vamos entrando y pasando el pasaporte? Te tengo que contar un par de cosas...
- Claro. Papá, mamá-digo dirigiéndome a mis padres- ahora debería de ir a entregar el billete y el pasaporte, ya os podéis ir, están todos dentro esperándonos -les aseguro-.
Ambos se asoman para comprobarlo y una vez que ven a todo el curso en la cola de chequeo, se despiden de mí con abrazos y besos.
Aida y yo entramos y nos colocamos a la cola.
- Cuenta -la obligo-.
Se ríe y comienza.
- Bueno, primero quería hablarte sobre Enrique -se pone nerviosa- verás, es que el otro día volví a discutir con él.
- ¿Por qué?
- Ay, espérate y déjame contarte todo -me dice a modo de regalo- bueno, el caso es que estaba hablando con Elena y viene y me coge sin decir nada y se pone a preguntarme que de qué voy y qué hago con Tomás. Entonces, le digo que nada, que es un amigo más, al igual que Rafael y Juan y me dice que no le parece bien que sea su amiga. Total, que empezamos a gritar porque me trata como si fuera un objeto de su pertenencia y no soy nada de él así que le dije que no quería saber nada de él porque me estaba cansando.
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La astrónoma pelirroja
RomanceSupongo que es lo que quiero que ocurra, o tal vez lo que ha ocurrido. El caso es que yo te cuento la historia de Aldara y Sofía. Una alumna y una profesora que descubrirán que, cuando una ama, es capaz de hacer lo imposible.