Capitulo 16 - Miles veces más

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Jorge se puso encima de ella. La miró en los ojos y comenzó a besarla. Comenzó a besar sus mejillas, pronto le dio un suave beso en sus labios y le mordió. Bajó a su cuello y pronto llegó a sus pechos. Ella lo ayudó a quitar el sostén y quedó pocos segundos admirando sus pechos.


-Eres perfecta. ¡Me dejas loco!

Llevó sus labios hasta su pecho izquierdo y Silvia se estremeció de placer. Comenzó a pasar su lengua suavemente alrededor del pezón y empezó a succionarlos, alternaba entre un pecho y otro y le daba pequeñas mordidas en su piel. Silvia ya estaba loca de placer y no podía contener sus gemidos.

En ese instante, él se volvió y la puso sobre él, sentada en su abdomen. Cuando tocó su abdomen Silvia sintió que Jorge ya estaba bastante excitado y esto la dejó aún más llena de placer . Ella bajó su cabeza y le besó. Sus lenguas expresaban todo deseo que tenían en ese momento. Jorge la suspendió  para que ella quitase sus bragas. Al sentarse otra vez ella puso su mano en su ropa interior y en ese momento él no pudo evitar un gemido.


Ella lo ayudó a bajar su ropa interior mientras eso él quitó un condón de una cajón de mesa que estaba al lado de la cama, ella rasgó el paquete con los dientes y le puso, sosteniendo su pene y colocando entre sus piernas. Cuando él penetró ella sentió una oleada de placer en su espalda que subía hasta llegar a la parte posterior de la cabeza. Ella se sentía en éxtasis.


Comenzó a hacer movimientos arriba y abajo, primero lentamente y luego les hizo más rápido. Se inclinó para darle un beso y mientras tanto hizo movimientos circulares con sus caderas. Sintió una ola de placer tan fuerte que no pudo evitar morderlo en él labio.

Se retiró por un momento y dejó que él tomara el control una vez más. Él sonrió y bajó sus labios para besar su vientre lo que causó en ella escalofríos. Él le pidió que subiera más y se colocó entre sus piernas, luego las suspendió y puso en sus hombros y la penetró. Esta posición hizo con que el contacto entre ellos fuera aún más profundo. Aumentó la velocidad de los movimientos y Silvia llevó la mano a su boca y la mordió, tratando de evitar gritar por tal placer que la invadía.

Él declinó y los movimientos se convierteron en más suaves. Hacía con que su pene casi se retirar de su cuerpo y luego lo introducía otra vez. Pasaron unos minutos hasta que sentió que estaban llegando al orgasmo. Aumentó los movimientos una vez más y esta vez Silvia no pudo contener los gemidos. Por fin llegó al orgasmo y él se retiró de ella y se acostó a su lado. Le dio un beso en la frente y en los labios. Miró sus ojos, los verdes ojos que lo dejaban hipnotizado.

-Eres lo mejor que me ha pasado en los últimos años - él dijo.

- No sé si puedo vivir sin ti.


Ella se acostó de boca abajo y colocó su cabeza sobre la almohada, él la cubrió desde la cintura hacia abajo con las hojas y empezó a acariciar su espalda.


- ¿Fue lo que esperabas? – Él preguntó.


- No esperaba tanto.

-Estoy feliz.

-¿Qué dirías se tomamos un baño juntos? Creo que mi frío se fue para siempre. Tengo mucho calor - ella dijo con una sonrisa.


-Silvia, ¿qué hiciste con la mujer ingenua que conocí? – Dijo, mientras se ponía de pie y arrodillaba en la cama para la suspender en sus brazos.


- La corrompiste. – Dijo, soltando una carcajada.





A la mañana siguiente, todavía en la cama, al despertar Jorge preguntó:


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