Capitulo 5- Félix

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Esperamos un par de segundos que parecieron eternos, la rubia y yo nos miramos estallando en carcajadas—¿Qué fue eso?

—no se—no podía hablar de la risa—yo solo...—no supe gesticular nada o darle un sentido, fue como si algo se apoderara de mí.

Detuvo su risa mirándome con atención, con nostalgia y algo de aquello que llaman amor—has cambiado—por alguna razón su melancolía me hacia cuestionarme si nuestra amistad se había marchitado. Deje de reír y me concentre un poco en ello, lo que me hace pensar en como la presencia constante te hace pasar desapercibido en cambios importantes. —¿Qué te parece si...

—¡Leslid! —aquel grito retumbo como cuevas abandonadas—Ven conmigo—voltee encontrando a Félix con cara de pocos amigos, me tomó de la mano llevándome con él, no sabía a donde me llevaba hasta que note que nos dirigíamos a los baños del club de natación, al entrar cerro con pestillo acercándose a mi como un maniático y eso solo significaba algo, estaba celoso, nos volvimos novios hace un tiempo y de alguna forma se enamoró de mí, ¿Cómo? No tengo idea, pero lo hizo, retrocedí hasta quedar contra la pared de las duchas

—entonces volvió—enarque una ceja un poco confundida y claro, le había hablado de Charlie hace un tiempo y al verme con el seguro pensó de más, me acorralo con la pared del baño tomándome del cuello, saboree mis labios llevando su mirada a el anterior mencionado—no hagas eso —musito con ese aliento a menta y café que estremece mis sentidos

—¿hacer qué? — posé mi mano en su pecho bajando sutilmente por el mismo, recorrí su abdomen hasta los bordes de su sudadera misma que llevo la mirada hasta subirla y encontrarse con los mía.

—eso que haces con tus labios, sabes que me vuelve loco—esquivo la mirada—y esto es serio

—no, si no significa nada para mí.

—pero el...

—Es parte de mi pasado—intervine intentando calmar su crisis de celos—¿A que le temes? —me balanceé depositando un beso sobre sus labios—no tienes nada que envidiarle.

—eres mala

alce mis cejas con una sutil sonrisa con la comisura de mis labios—Así, que soy mala—baje el tono deshaciéndome de su sudadera, deje su torso al descubierto y debo admitirlo esta para chuparse los dedos, sus clavículas se lograban apreciar muy bien, su pecho perfectamente trabajado, ese abdomen que parecía esculpido por los dioses, las entradas que daban la bienvenida a sus venas unas que se lograban apreciar aun con el Jogger gris puesto—quieres que te muestre en que soy buena— la expresión en su rostro cambio por completo, escondió sus labios y oculto su mirada.

Es físicamente un hombre, pero se comporta como un niño en algunas ocasiones—depende—me volvió a mirar con esos hermosos ojos verdes que me consumen lentamente—¿Qué gano si no me gusta?

Lo giré acorralándolo de la misma forma que lo hizo conmigo—pues...—escabullí mi mano por debajo del elástico hasta llegar a su miembro ya erecto y extremadamente duro, apreté con fuerza provocando que tomara un poco aire, deposité un beso en su cuello para entrar en calor, seguido de dos más, absorbí un poco marcando territorio en su piel, mientras lo observo de reojo, sus ojos se cerraron dejándose llevar. deje un camino de besos recorriendo su pecho pasando por su abdomen y vientre, ambos tensos por la sensación húmeda, suave y delgada de mis labios, me acerque a sus pezones mismos que estaban duros como si tuviese frio, los lamí y chupe a mi antojo sin dejar de estimular allí abajo, cogí su mano llevándola a mi intimidad dejándola justo en aquel lugar , le di una mirada para autorizarlo a usar sus dedos, me mostro una sonrisa de picardía que me calentaba más, movió tímidamente sus dedos provocando que se me escapara un pequeño gemido, mordí su pecho sin dejar de marcar el ritmo, subí depositando un beso en sus labios, su lengua tomo el liderazgo por un momento aun entres jadeos de placer que se escapan en el transcurso.

Sonreí mostrando su perfecta dentadura y aquellos hoyuelos que me vuelven loca—Quizás, pueda que me guste.

Empecé a bajar hasta quedar a la altura de su miembro, tome el elástico por ambos costados acompañado de su ropa interior, hasta dejar a su amigo al descubierto, esa cosa debería pagar impuesto, pensé al verlo, era la verga más bella que había visto, morena y de unos 24 centímetros, el taño tiene venas sutiles que le daban un toque de rudeza, su piel es lisa como la tonalidad de su abdomen, calculo unos cuatros dedos míos y tres de él de ancho, la cabeza y el taño estaban perfectamente equilibrados, la punta era rosada, de un rosado intenso y oscuro, no tiene mal olor a pesar de venir de entrenar, eso esta limpiecito.

—sé que te va a gustar—lo tomé con una mano introduciéndolo en mi boca, lamí el glande sin previo aviso, contrajo su abdomen al mismo tiempo que tomaba aire profundamente, sus labios se abrieron intentando recuperar el aliento, llevo su mano a mi cabeza, empecé a juguetear evitando usar los dientes, esos que escondí con mis labios apretando de esta forma el tallo, controle los movimientos para no ahogarme escuchando sus quejidos de placer, lo saque volviendo a lamer la cabeza sin meterlo, juegue con mi lengua deslizándolo un poco y saboreando el líquido preseminal que expulsa, no es agrio, ni salado, muy al contrario, es extrañamente placentero.—así que mucha piña—bromee debido al sabor, sus mejillas enrojecen y no pudo evitar reír un poco

—mucha piña—repitió, mostro sus dientes blancos y relucientes, humedeció sus labios tomándome del pelo mientras me miraba desde arriba y aun desde este Angulo se ve hermoso—me estaba preparando para este momento...—lo introduje a mi boca escuchando un pequeño gemido el cual contuvo, empezó a controlar los movimientos hasta lograr que me ahogara, soporte mi mano de su abdomen para evitar que lo metiera más a fondo, aunque de ser sincera no me incomoda, me dejo respirar un poco y luego volví a meterlo, a saborearlo—me voy a venir—advirtió intentando quitarme, lo detuve dejándolo dentro de mi boca hasta sentir todo el líquido seminal dentro de ella, mismo que trague de golpe para evitar el aroma y sabor excesivo, me miró desde arriba, me levanto de inmediato uniendo nuestros labios sin ningún tipo de asco, era tan diferente a Charlie, el me daba la atención que quería y sin buscar nada a cambio.

—Félix—alguien hablo, se separó subiendo el jogger tan rápido que Flash se queda pendejo—está cerrado —hablo uno de sus amigos—el entrenador pregunta por ti. —dijo del otro lado de la puerta y lo mire atenta.

—tenemos una conversación pendiente—soltó colocando su sudadera de nuevo

—Félix.

—nos vemos luego—deposito un beso casto en mi frente— Te amo.

mis ojos se abrieron de par en par con sus palabras hasta verlo desaparecer en el acto, no supe que responder, siendo sincera no sabía si la llegada de Charlie significaba algo.

Soy una estúpida.

—no sabía que los baños se usaban para estas cosas

Mi corazón se detuvo al escuchar su voz, fue como si un pequeño Click dentro de mi resonara por cada pared de mi cuerpo y sé que no es la manera, pero siendo sincera no sé porque estoy pensando esto, porque me importa lo que él llegue a pensar, puedo hacer lo que quiera, al final es mi vida ¿o no?; pensé esperando que fuera cualquier otra persona, pero desafortunadamente si era él.

Charlie C. 

Mi enamorada secreta (en edición )حيث تعيش القصص. اكتشف الآن