Capítulo extra

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Sí, ese fué el momento más incómodo
en el que he participado en mi vida.

Y todo por no haber cerrado la maldita puerta con seguro.

Les contaré lo que pasó con mas detalles...

Mientras Hunter se encontraba sobre mi haciendo lo suyo y yo: volando al pais de las maravillas con sus besos y caricias, Claire, estaba teniendo pesadillas en la otra habitación.

¿Cómo explicarle a nuestra hija que estábamos "fabricando" a su "nuevo hermanito"?

Pues nunca esperé tener que hacerlo.

Ella abrió la puerta y mi corazón se abrió con ella, mis ojos salieron de sus órbitas y empuje a mi ardiente esposo a un lado.

La luz nos cegaba y él parecía confundido hasta que se dió cuenta de la situación, mi hija de 4 años se encontraba con el ceño fruncido y al vernos se llevó ambas manos a sus ojos tapando su vista.

- ¿Ya? - Preguntó aún sin vernos después de unos segundos, Hunter me dirigió una mirada de preocupación y yo a él. Pero la mía era más preocupada.

Se levantó rápidamente y se puso los primeros pantalones que pudo conseguir y yo una bata rosa que uso de vez en cuando.

- Ya. - dije firme, aunque por dentro me sentía avergonzada y terrible.

Ella quitó una mano de su ojo izquierdo y luego destapó el derecho, bajo su cabeza apenada, se abrazó a si misma y comenzó a llorar.

Me giré hacia Hunter que tenia la mirada en el suelo y su mandíbula y espalda se tensaron.

¿Qué hacer? Ese era el dilema.

Corrí hacia ella y la abracé, cerré mis ojos con fuerza al oir su zolloso, Hunter se acercó y la cargó con un brazo y su mano libre se enlazó con la mía, caminamos hacia el dormitorio de Claire y en silencio, ella ya no lloraba pero mantenía los ojos cerrados. La dejó sobre su cama y tendió la manta sobre ella, le dió un beso en la frente y me dirigió una mirada diciéndome que era mi turno, asentí y él salió de la habitación.

Acaricié su cabello unos segundos hasta escuchar su voz entrecortada.

- Lo... siento.

- ¿Por qué? - Pregunté.

- No lo sé. - Suspiré y asentí.

- ¿Estás bien? - Pregunté guardando un mechón de cabello atrás ds su oreja.

- Pesadillas. - Allí lo comprendí, quería meterse a dormir en nuestra cama. - ¿Por qué tu y papá no usan pijamas al dormir?

No pude evitar sonreir a eso, pero luego mi expresión regreso a la misma.

- Verás Claire, tu padre y yo si usamos pijamas, pero estabamos tan agotados por el trabajo que olvidamos usarlas esta noche, pero ya no pasará, no tienes que preocuparte por ello. - tome su mano y la acaricié - ¿Está bien?.

- Está bien. - Me sonríe y me relajo un poco, tal vez si la convencí, o eso creo. - Duerme conmigo mamá por favor. - Pidió con ansias y sus ojos azules se iluminaron.

- Claro.

Ella se movió y me hizo un espacio a su lado, me acosté y la observé en silencio, ella hizo lo mismo hasta que minutos después, sus ojos se cerraron, ella era una hermosa niña, se parecia un poco a mí, pero tenía los ojos de su padre, sonreí, su piel era blanca como la nieve y sus cabellos rubios eran preciosos. Me sentía culpable aún por aquella escena, pero ella se quedó dormida de nuevo, esperaba que al amanecer ella lo olvidara todo.

Perfectas ImperfeccionesWhere stories live. Discover now