Cap.8

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Hayame corre todo lo que le den sus pierna, sabe que sus amigas la están siguiendo. Tiene que traer de vuelta a Tsuna, aunque sea lo ultimo que haga. 

-¡Hayame! -escucho el grito de Takemi, la agarro del brazo dándola vuelta, haciendo que sus lagrimas y cabello se muevan. -¿Que estas por hacer? 

-Tengo que buscar a Tsuna. -las demás se miraron entre ellas. -¡¿Que?! ¡Díganlo! 

-Hayame, ir a buscar a Tsuna es como ir en contra de las ordenes. -dijo Takemi. 

-¡Me importa poco! ¿Ustedes lo vieron a Juudaime estos días? el era verdaderamente feliz, no actuaba. -apretó sus dientes. -No necesito su ayuda, si quieren quedarse como una cobardes en los brazos de sus novios entonces quédense, puedo ir yo sola. 

-No soy ninguna cobarde. -dijo Kyomi apretando los dientes y sacando sus tonfas. -busquemos a esa herbivora. 

-Ku fufu, yo menos. -dijo Mukuri dando un paso a delante. -Voy

-¡YO EXTREMADAMENTE TAMPOCO! -Grito Ryoko. -¡HAY QUE BUSCARLA AL EXTREMO!

-Yare, yare baja el tono. -pidió Layla con los ojos rojos y dolor de cabeza. -Yo voy contigo, quiero que oka-san regrese. -Takemi suspiro y asintió con la cabeza. 

-Jajaja esta bien, después de todos somos amigas. -sonrió brillante. -¿pero como vamos a ir? 

-El auto donde va Tsuna no debe estar muy lejos, hacer rato que salio pero su usamos las motos podemos alcanzarla y pararla. -dijo Hayame caminando mas rápido. 

-¿La motos? -pregunto Layla. - Pero esas motos son de los chicos...

-Las tomaremos prestadas. -corto la peli-plata. -después de todo tenemos intención de devolverlas. 

Corrieron hasta el estacionamientos, bajo una manta enorme color crema se encontraban todas las motos. Buscaron las llaves hasta que Ryoko las encontró colgadas. Se pusieron los cascos. 

-Layla tu solo conducirás hasta encontrar a Tsuna, después de eso ella tomara el cargo de esa moto ¿entendido? -dijo Hayame. 

-Esta bien. -dijo poniéndose el casco. -Sigo siendo menos de edad después de todo, ugh. -se quejo. 

-¡Chicas! -llegaron sus prometidos con la respiración agitada, mirándolas como su tuvieran dos cabezas. 

-¡Vamonos! -grito prendiendo y arrancando la moto Hayame. 

Todas siguieron después ignoraron los chicos de sus novios. Tienen que alcanzar a Tsuna, porque sin ella el cielo Vongola no tiene luz y mucho menos es feliz. Recordaron como se veía el rubio estos días, con una sonrisa suave en sus labios y sus ojos tenían un brillo especial. El esta enamorado pero siempre desde que nació sigue las ordenes de su padre, aunque eso lo destroce por dentro.

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Tsuna se miro al espejo de mano, tiene un aspecto fatal. Sus ojos rojos e inchados después de llorar. Al final sucedió, en destino que ella trato de evitar pero esta enamorada, enamorada de un chico que no puede tener.  

El auto se paro de la nada, haciendo que casi se chocara contra el asiento de adelante. 

-¿Chófer? ¿que pasa? -pregunto mirando a través del espejo delantero, lo que vio la sorprendió y horrorizo. 

El chófer tiene un disparo en el pecho, solo están a mitad de viaje para llegar a su casa. Miro a todos lados buscando al culpable pero solo se encontró con que esta totalmente rodeada por hombres y sus armas de fuego. 

Sale del auto con elegancia y fuerza. No tiene miedo, si quieres enfrentarla Tsuna dará la cara. Como le dijo Giotto el día anterior, ella es una mujer fuerte y hermosa. Con determinación hizo que su collar de Donna Sawada brille y se convierta en una sombrilla de dama. Pétalos de sakura comenzaron a volar por todos lados. 

-¿Entonces es ella? La mujer que Kasumi-sama dijo que matemos sin dejar rastro. -dijo unos de los hombres. -¿Por que matarla? podemos jugar toda nuestra vida con ella. -paso su mirada por su cuerpo. 

Mierda ahora simplemente tiene puesto un gran vestido ancho color celeste crema, mangas anchas y largas. Con unos zapatos simples del mismo color. Se cambio en el auto ya que se sentía incomoda con el jeans y la remera. 

-Si, es ella, tenemos ordenes de matarla. -dijo uno, pero sus deseos se veían a través de sus ojos. -¡Fuego! 

Tsuna movió la sombrilla en su hombros, haciendo que la dirección de las balas cambiaras. Por usar su arma por primera vez lo hizo bastante bien pero una bala entro a su pierna izquierda. Su arma como Donna es una sombrilla bastante potente. Con un movimiento de mano la sombrilla se convierte en un abanico color rojo y aves blanca. Parando así una bagas. 

Sabe que no puede seguir así. Tiene que buscar algo con que atacar. Paso su mirada por el anillo del capo Sawada. Le dio un beso de ella salieron llamas del cielo convirtiéndose así en unos guantes de dama blanco y delicados pero con la llama del cielo en ellos.  

El color blanco siempre represento a la familia Sawada, agarro el abanico y lo cubrió con llamas

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El color blanco siempre represento a la familia Sawada, agarro el abanico y lo cubrió con llamas. Giro su cabeza al escuchar el ruido de motos, no tuvo tiempo de seguir mirando. Comenzó una luchas ella sola con mas de 200 hombres. 

Cada movimientos es con elegancia y gracia, desde que joven siempre admiro a su mama por ser tan hermosa y fuerte a la vez. Siempre luchando por su familia y su marido. Como la Donna de la familia Sawada. 

-¡Tsuna!/¡Mama! -escucho el grito de Layla y Hayame. 

Antes de que girara su cabeza se vio rodeada por todas las prometidas de los guardianes. Esa formación protectora, la que cuida a su cielo.  

-¡Sistema C.A.I! -Grito Hayame. 

-Shigure Soen -dijo Takemi, cada una de ellas saco sus armas. 

-¿Que...? ¿Hayame-sama? ¿por que esta aquí? -pregunto Tsuna esquivando balas. 

-Calate y pelea. -dijo Kyomi. 

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Giotto se miraba en el espejo, con ese esmoquin color negro, su pelo arreglado. ¿Por que se tiene que casar hoy? ¿cual es el apuro? ¿que venga y aparezca de la nada Tsuna desciendo que el es suyo? Ya perdió toda esperanza, se convirtió en la marioneta que su padre quería. 

-¿Estas listo Giotto? -pregunto su padre mirándolo, detrás suyo. 

El se dio vuelta y se fue sin siquiera mirarlo. Esta listo, listo para están encadenado al lado de una mujer que no ama. Todavía recuerda, recuerda el aroma, el tacto de su piel con la suya, sus besos, sus lagrimas y sobre todas las cosas esas manos fuertes y hermosa que beso, aprecio y adoro por una noche entera. Recuerda todo de Tsuna. Cada cosa de ella, y duda que la pueda olvidar. 

Pero ahora esa en ese altar, esperando a ser el esposo de una mujer que casi ni conoce y tampoco quiere perder su tiempo en tratar. Apretó su pecho con su mano y le dio una mirada rápida a sus guardianes. Ellos tenían expresiones indescifrables para el.   

Continuara...

Una promesa infantil [Khr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora