Code Lyoko | Más allá de la red.

Capítulo 1/Parte 1: El enemigo de mi enemigo.

Ulrich se daba vuelta tras vuelta en su cama. El calor de verano era insoportable, y para más remate parecía que Kiwi se había orinado cerca de él porque un olor nauseabundo llegaba de vez en cuando a su nariz.

No pudo más y se levantó de la cama para ir a abrir la ventana, necesitaba aire fresco.

—¿Qué ocurre Ulrich? —dijo Odd con la almohada en el rostro—. ¿Un ataque de XANA?

—No, sólo... no puedo dormir.

Odd intentó decir algo más, pero el sonido se deformó en un berrinche sin sentido. Continuó durmiendo.

Era raro ver a Odd con el sueño tan ligero, incluso los últimos días. XANA había estado muy activo hasta el punto en que había lanzado cinco ataques en lo que llevaban de semana, y eso que apenas estaban en día viernes de madrugada, dos de los ataques habían sido a plena noche, producto de ello todo el grupo estaba cansado, incluido Ulrich claro. Pero aun así no podía conciliar el sueño.

Quizás Odd también estaba en alerta, por eso tenía el oído parado y el sueño ligero, sólo para permanecer atento a cualquier indicio de peligro.

El problema con los ataques era que no estaban teniendo sentido, las torres se activaban en Lyoko, pero no había espectros polimorficos atacando a nadie, ni siquiera encontraban malfuncionamientos en la fábrica, y en muchos casos XANA ni siquiera se molestaba en defender la torre activada con sus monstruos.

No era algo que les desagradara, pero los mantenía con los pelos de punta. ¿Qué era lo que tramaba el virus? ¿Qué ganaba con activar torres a tontas y a locas por Lyoko? Cansarlos claro, y confundirlos.

<<Tengo que aprovechar de dormir>> pensó Ulrich.

Observó por la ventana abierta, el ambiente estaba demasiado quieto, el viento no entraba al cuarto, parecía que afuera había del mismo aire pesado que adentro.

Suspiró, se dirigió a la puerta y la abrió. Kiwi salió antes que él, pero Ulrich no le dijo nada, de hecho, le alegraba que el perro le acompañara.

Así como estaba se escabulló fuera de la planta de los chicos y consiguió salir al área de deportes donde se sentó en las graderías a observar a Kiwi merodear por ahí, olfateando todo en silencio.

Se preguntó si Yumi estaría despierta como él. Miró la luna.

No pasaron ni diez minutos cuando sintió a Kiwi ladrar. Ulrich intentó hacerle callar, no quería que Jim lo oyera y saliera de su habitación a: primero reprenderlo por estar fuera de noche y segundo, reprenderlo por encontrarse con un chucho.

—Eh Ulrich —dijo una voz cerca de él. Ulrich buscó la fuente, era Odd—. Tu celular genio, saliste del cuarto sin él.

—Ah, sí, no pensé que lo necesitaría.

Kiwi corrió hacia Odd a lamerle los pies descalzos. Odd rio y se lo quitó de encima silenciosamente.

—Ya, no te vi en la cama y pensé que te había pasado algo. Es XANA, hay que ir a la fábrica.

—Genial —dijo Ulrich—. Un sexto ataque comenzando un viernes.

—Jeremie fue por Aelita, nos toca avisar a Yumi —Odd le arrojó el móvil. Ulrich comenzó a marcar—. Así como vamos ganaré la apuesta.

Ulrich rio fingidamente mientras escuchaba el tono. Sí, había hecho una apuesta con Odd. Él aseguraba que tendrían diez ataques al finalizar el domingo, Ulrich no era tan pesimista. La ganancia para el victorioso era el postre de todo el mes del perdedor.