42_Eras todo

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~narra Luh~

Gona acariciaba con dulzura mi mejilla mientras me veía directamente a los ojos, su otra mano iba bajando por mi abdomen desnudo hasta llegar a mi pantalón, donde se detuvo para dejarme con la espera.

Yo me encontraba perdido en sus ojos, el brillo que tenían me atrapaba, y no es como si yo quisiera liberarme de este trance...

--Te amo, Gona --susurré con una amplia sonrisa.

Me acerqué para besarlo con ternura, sus labios se sienten realmente bien.

Él me sujetó ambas manos y entrelazó sus dedos con los míos.

--Quiero que me hagas el amor --susurré en su oído, causando que él se estremeciera.

--Siempre que quieras --contestó alegre.

Soltó mis manos para poder pasar las suyas por mi nuca, provocándome un leve escalofrío placentero.

--Te amo, osito mío --susurró cuando sus labios formaban una sonrisa.

Lastima que nada de esto sea real, y que sólo se trate de un sueño...

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Me despierto con dolor de cabeza y unas ganas intensas de quedarme en cama todo el día.

Sí... una larga noche donde la pasé soñando con Gona, es lo que me faltaba.

Soñé que estaba conmigo, acariciando mi piel y besando mis labios.
Escuché su voz otra vez. Como la extraño...

Apenas me levanto con toda la pereza del mundo, desvío la mirada a la ventana y veo la leve luz del amanecer.

Todavía es temprano... podría salir a caminar un rato antes de tener que ir al aeropuerto.

Me doy una rápida ducha caliente antes de abrigarme y salir de casa.

Camino sin rumbo, sólo pensando en lo que ha pasado durante este tiempo: todo el proceso desde ese primer día en que vimos a Gona comportarse de manera extraña, hasta el día en que su corazón dejó de latir.

De pronto me doy cuenta que estoy frente al cementerio. ¿Cómo llegué aquí? Creo que mi subconsciente me trajo.

Me encojo de hombros sin realmente importarme el cómo llegué, voy a aprovechar la oportunidad para despedirme de la forma en que debí hacerlo antes.

Entro y exploro el lugar, viendo cada lapida y cada estatua que está por los al rededores, pasan como siete minutos hasta que encuentro la tumba que buscaba.

Su nombre, la fecha de nacimiento y... la fecha de su muerte, más una pequeña frase que su familia le ha puesto. Al leer todo, me causa una punzada en el corazón.

Tomo asiento sobre el césped a un lado de la lapida, viendo con atención cada detalle de las rosas que tiene esta.

--Perdóname, Gona-- es lo primero que sale de mi boca-- Perdón porque a veces no fui el mejor amigo, o por las veces que me burlé de ti, mejor dicho... perdóname por todo.

Inconscientemente mi mano comienza a acariciar la lapida, pasando por cada letra marcada.

--Joder, sé que te voy a extrañar mucho-- digo al agarrar una de las rosas para luego acercarla a mi nariz e inhalar su dulce aroma.

--Perdón por no haberme atrevido antes a decirte que me gustas, es que tenía miedo de... ya sabes... de lo que dijeran. Pero eso es lo que menos importaría ahora si estuvieses aquí -- digo para luego dar un gran suspiro.

Me acuesto boca arriba y miro las nubes, buscándoles alguna forma en especial.

--Esa tiene forma de cock-- rio al ver una un poco peculiar.

Pero me duele no recibir una risa de parte de él.

--Gona... te amo, y siempre lo haré-- digo sin quitar la vista del cielo.

Mis ojos empiezan a humedecerse al pensar en que más puedo decir.

--Eres la persona que me hizo más feliz, con la que me divertía más y con la que me entendía mejor, eras todo para mí.

Siento como una pequeña lágrima cae de mi ojo, pero no me preocupo en limpiarla.

--Eras tan joven, apenas tenías 27 años, esto en muy injusto.

Después de diez minutos tratando de calmarme, me levanto y le doy un delicado beso a la lapida.

--Adiós Gona, gracias por todo, gracias por amarme y dejar que yo te ame-- digo por último.

Voy con lentitud de vuelta a casa, con la mente en blanco durante el camino.

Al llegar, recibo un abrazo de Sara, el cual me sorprende al ser tan inesperado.

--¿Fuiste a verlo, cierto?-- me pregunta sin separarse de mí-- ¿Te sientes bien?

--Creo que sí, no te preocupes-- respondo abrazándola aún más fuerte de lo que ella lo hace.

--¿Nos vamos ya?-- pregunta Exo, con maletas en mano.

Sara y yo nos separamos y ambos damos un profundo suspiro.

--Sí, iré a por mis cosas-- digo cabizbajo, para luego dirigirme a la habitación y recoger todo.

Sara nos lleva en su auto al aeropuerto, donde nos damos una rápida despedida. Después, Exo y yo tomamos nuestros respectivos aviones.

El trayecto es lo bastante largo para quedarme dormido y poder soñar con Gona.

Es una buena forma de recordarlo, escuchar de nuevo su voz y sentir otra vez su tacto.

Al tiempo me despierto con el aviso del avión, informando que éste llegará pronto al aeropuerto de Málaga.

Me doy cuenta que mis manos sudan y tiemblan, y mis ojos están llenos de lágrimas. No evito esto ni al dormir.

Froto mis ojos y bostezo, antes de ponerme el cinturón y así esperar el momento de llegar y encontrarme con Mah.

Oh... mi querida Mah, desde el momento en que le dije lo ocurrido, no se le baja la tristeza, ella también quería mucho a Gona.
Y ahora está esperando a que el avión aterrice para verme otra vez.

Al llegar, recojo mis maletas y comienzo a caminar hacia la salida, donde recibo un gran abrazo de mi novia.

--Me alegra tanto verte de nuevo, te extrañé mucho-- dice con emoción.

--Y yo te extrañé a ti-- digo al darle un beso en la mejilla.

--¿Cómo te sientes con lo de... ya sabes...

--Por el momento no hablemos de eso. ¿Okay?-- trato de mostrarle una sonrisa.

--Bien, tranquilo-- toma mi mano y empieza a jalarme hacia el auto-- Quiero verte feliz, así que necesito que seas positivo con esto. ¿Sí?

Yo asiento con una leve sonrisa, después de todo ella ha sabido alegrarme en los momentos más difíciles.
Espero que pueda hacerlo esta vez.

--Te amo, Luh, y estaré siempre para ti-- dice con una bella mirada que me calma.

No Quiero Perderte ☆GONUH☆ TERMINADAWhere stories live. Discover now