20. Casa Club

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Desde el momento en que se dijeron te amo, supieron que su relación se había vuelto algo serio e importante para ambos. No a cualquiera se le dice aquella pequeña, pero muy significativa frase, que, quizás, dijeron antes, cuando eran mejores amigos, pero el amor de amistad y el amor de pareja es muy distinto, ambos son iguales de valiosos, pero distintos. Por lo mismo, al ver que ya estaban en una relación seria, Sam creyó justo y educado ir a cenar a la casa de Remus, para presentarse como su novia y no como su mejor amiga.

—¡Es algo inútil! —rió nervioso, acostado sobre la cama de la chica.

—¡Es algo educado! ¡Ellos ya lo saben, pero ahora hay que oficializarlo! —aclaró Sam, mientras se cambiaba ropa en el baño—. ¿Qué tal? —ella salió del baño con un ¿vestido? veraniego.

Era uno de esos vestidos que no eran tan ceñidos a su cuerpo, pero ¡Merlín! a ella se le veía espectacularmente bien el endemoniado vestido, que él no pudo evitar soltar un silbido, haciéndola reír. Pero, aun cuando, ella se veía malditamente ardiente, él sintió que esa que estaba ahí, para en frente de él, no era su Sam. ¡Demonios, tenía puesto un vestido! ¡A ella ni siquiera le gustaban los vestidos!

—Luces hermosa, sin duda —sonrió, y se levantó de la cama—, pero... —la examinó un momento a través del espejo.

—¿Pero? —arqueó una ceja, a través del espejo.

—No te siento tú —la abrazó por la cintura y dejó su cabeza en el hombro de la animaga.

Sam cayó en la cuenta de que él estaba en lo correcto. No lucía como ella. ¿Vestido? ¿En serio? ¿Qué sucedía en su mente? Son los padres de Remus, la conocen desde que es una niña. Hope y Lyall Lupin la vieron crecer junto a su hijo. Era una ridiculez que se preocupara tanto por dar una buena impresión al matrimonio. Ellos ya la tienen, cariño. Se dijo a sí misma. Le dijo a Remus que desabrochara su vestido, y con este cayendo por su cuerpo, se devolvió al baño, donde su ropa estaba esparcida por todo el lugar; tomó sus vaqueros de siempre, una blusa y un delgado suéter que le habían regalado sus tíos para una navidad, cuando tenía trece años.

—Mucho mejor —dijo a sí misma.

—Esa es mi chica —sonrió su novio al verla salir del baño nuevamente.

Se besaron cortamente en los labios y salieron de la habitación una vez listos. Sirius y James estaban viendo la televisión, junto a Peter, quien había vuelto días después que Remus.

—Nos vemos luego —se despidió la muchacha—. Charlus, estás a cargo. No beban. Si fuman, que sea afuera. No ensucien, si lo hacen, limpien. Coman, no se queden toda la tarde viendo a esas modelos muggles.

—Sí, mamá Sam —bromearon Potter y Black, Peter y Remus rieron.

—Nada de chicas, sólo Lily y Marlene —los apuntó con su dedo índice—. Nada de fornicar tampoco —miró a Sirius, quien sólo rió—. Vuelvo mañana.

Luego de dejar muy en claro todas las "reglas", y que los chicos les dijeran adiós, ella y Remus entrelazaron con fuerza sus manos, y aparecieron en la casa del chico. Cuando vieron la casa de Remus, ambos se sintieron extraños, y no entendían la razón, Sam siempre había ido a cenar allí; siempre había sido bienvenida. Sin embargo, aquellos detalles, no disminuían el nerviosismo de la pareja.

—¡Muchachos! —saludó Lyall, el padre de Remus.

Era un hombre alto, más que Remus por solo unos centímetros. Su piel era morena —no tanto como la de Sam—, acompañada por unos potentes ojos verdes musgo, y un canoso cabello castaño oscuro. Era muy similar al hombre lobo. Hope, por otro lado, era pequeña y su tez blanca estaba invadida por pequeñas pecas, tenía unos ojos pardos, que le robaban un suspiro a su esposo cada mañana; y su cabello era rubio con un par de pequeñas canas que parecían ser parte de su color natural.

|1| Estaré a tu lado 🐦‍🔥 Remus Lupin ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora