Walk

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10. He took me home;

Di un sorbo a mi bebida y sentí como el burbujeante sabor se deslizaba directo a mi estómago. No era mi sabor preferido pero al menos ya no estaba sediento. Le devolví la soda a Seungcheol y continúe viendo hacia la cancha esperando que comenzará el partido.

La temporada de baloncesto había comenzado en la escuela. Vernon creyó que me interesaría sólo por el hecho de que recién descubrió que no sólo era un ser apático, sino que también yo podía correr.

La idea de venir al gimnasio de la escuela por la noche no me provocaba ninguna fascinación en especial. Había muchas decoraciones sobre el partido y muchos espectadores. Algunos incluso con sus propios carteles y otros usando los colores de nuestro instituto. Vernon había insistido en que le fuera a ver y dijo algo sobre darle porras.

—Pronto va a comenzar, ¿seguro que no quieres algo más?

La voz de Seungcheol me distrajo por un momento. Este era el primer partido en el que Vernon jugaría los cuatro tiempos mientras resistiera el ritmo y eso lo tenía muy emocionado; tanto que nos había pedido que le fuéramos a ver, Seungcheol aceptó y que Geumsuk declinará porque ella no es de deportes me motivo un poco más a venir. Eso y el hecho de que la entrada había sido gratis.

—Sí, ya quiero nada más— respondí perezosamente.

Seungcheol me sonrió y casi por instinto yo también lo hice. Comenzamos a hacer tiempo en lo que el partido comenzaba. Seungcheol preguntó por mi hermana y mi madre como si hace años no supiera noticias de ellas. La verdad es que se notaba la ausencia de Seungcheol en mi casa y quién más le extrañó quizá fue mi hermana, Seowoo. El tema no cambió mucho, yo también quise saber como se encontraban sus padres, al igual que con los míos era demasiado perceptible mi ausencia. Habíamos estado juntos desde secundaria quedándonos en la casa del otro con pretextos tontos sólo para pasar más tiempo juntos. Incluso yo extrañaba eso.

La voz a través del megáfono nos hizo cortar la conversación. El chico que hablaba presentó a la brevedad a ambos equipos que hicieron acto del presencia al centro de la cancha. A lo lejos podía ver a Vernon compartir su emoción junto con algunos miembros del equipo, su cara tenía tallado con fuego la expresión de felicidad. Sonreí al verle de tal forma.

Seungcheol codeó mi brazo y se acercó para decir algo.

—Al parecer no le dejaste una lesión de por vida.

Fruncí el ceño a su comentario y le di un golpe en el vientre sin aplicar demasiada fuerza. Seungcheol comenzó a reír y simplemente se encogió de hombros tratando de contentarme un poco; pero yo dejé de prestarle atención por un momento cuando me concentre en buscar a Jisoo por la basta y ancha cancha. Se encontraba a un costado de Jun, riendo ante los comentarios inaudibles para mí de sus compañeros. Hace cuadro días yo le había lesionado el tobillo, pero la enfermera dijo que simplemente pasaría y la inflamación bajaría rápido; estaba en lo correcto, aunque pude notar que aún llevaba vendaje en su pie derecho.

Durante todo el partido mi mirada fue del jugador que llevaba el balón, a Vernon que seguía de cerca los movimientos, y al final mis ojos se concentraban en Jisoo y la ansiedad de que a mitad del partido terminará lesionado por mi culpa. Repetí ese patrón tantas veces que incluso preferí mirar a las gradas de los espectadores que se encontraban más cerca, aún así terminé volviendo a mi antiguo patrón, rogando porque fuera yo el único que notará eso.  Cuando el partido terminó, todos quiénes habían venido a apoyar el equipo de nuestra escuela festejaron, pues habíamos ganado con una diferencia de ocho puntos.

—Vayamos por Vernon— dijo Seungcheol poniéndose de pie.

Le seguí por inercia y ambos bajamos las gradas juntos, muchos de ellos aún seguían en las bancas jadeando mientras intentaban beber un sorbo de agua antes de ir a las duchas. Me di cuenta de cómo Jisoo me miró. Frunció el ceño y pareció casi como si le disgustara. Fue por una fracción de segundo pero lo noté, tal vez al final se había molestado por tener que jugar con un pie vendado.  Pero, sin embargo algo cambió en él y simplemente sonrió como habitualmente lo hacía después, fue raro.

ROUGEWhere stories live. Discover now