Silly

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13. Just me;

Era inusual no ver a Jisoo alrededor.

Él prácticamente había desaparecido de mi redonda, como un cachorro herido; casi como si quisiera evitarme a toda costa. Las únicas veces que cruzamos palabra era durante el receso cuando Vernon nos acompañaba. Y podía jurar que trataba de que nuestras miradas no se encontraran nunca.

No tenía sentido. Muchas veces antes había sido tan cruel con él, y en cada una de aquellas ocasiones Jisoo simplemente se rió como si fuera una buena broma, algo insignificante. Pero, ahora, las cosas se habían tornado extrañas. Sus ojos parecían tristes cada vez que tenía que mirarme, fingiendo que nada sucedía enfrente de Vernon. Y eso, me parecía detestable. Jisoo se portó raro el resto de la semana, incluso hoy, que era el día en que su clase y la mía se mezclaba para ir a educación física.

Cogí la camisa y me desvestí a la par que Vernon. El vestidor parecía ser un bullicio de voces, todos hablando sobre sus planes para el fin de semana o algún buen chiste que contar, algunos otros simplemente se quejaban de los profesores o hablaban de sus novias.

—Hoy he encontrado otra carta en mi casillero —anunció Vernon, feliz.

— ¿Ah sí?

Asintió con la cabeza de forma muy graciosa y se quitó los pantalones.

—Ahora que ha pasado más de una semana sus cartas son más... ¿cotidianas? Me escribe sobre su día y siempre me desea suerte en la escuela y me recuerda que coma bien, es muy linda.

—Se preocupa por ti —murmuré un poco distraído.

Desde la vez que habíamos encontrado al chico de cabellos rubios husmeando en el casillero de Vernon, no había sabido nada más acerca de la identidad de Julieta. A decir verdad, comenzaba a creer que era el chico que habíamos atrapado. Pero, al mismo tiempo lo dudaba. Es que me era tan difícil imaginar a un chico escribiendo tan bonitas cartas.

—Ella realmente le importa cómo va mi día —declaró Vernon en un tono chillón, mientras se acomodaba los pantaloncillos —. A veces desearía poderle responder sus cartas...

Giré a Vernon después de colocarme la camiseta holgada y arqueé una ceja. Sé que no era mi asunto el hecho de que Vernon mantuviera comunicación con la "chica" anónima; pero sabía perfectamente lo en serio que iba él a por ella. Seguramente, cuando menos me lo esperara comenzaría a hablar sobre salir con ella si es que aún no se había planteado la idea.

— ¿No has pensando que ella quizá no quiere que le respondas?

— ¿Qué?

—Ya sabes, se preocupa por ti y te manda cartas, pero no es como que ella te esté pidiendo que le respondas. Quizá ella sólo quiere enviarte cartas y ya.

No había sonado tan genial como esperaba, y la cara larga que puso Vernon no estaba ayudando en lo absoluto. Últimamente, sólo lograba sentirme como un idiota frente a los demás, arruinándolo todo.

—Escucha, sólo voy a decirte una cosa —dijo e hice una pausa esperando a que Vernon me pusiera atención. Lo hizo —, no la idealices.

Vernon arqueó una ceja, confundido.

Guardé mi ropa en el casillero y lo cerré de un golpe mientras dejaba escapar un pesado suspiro, conteniendo cualquier estupidez que se me pudiera escapar.

—No te hagas una imagen sagrada de ella..., sería malo tanto para ti como para ella. Si de verdad aprecias sus cartas, eso es lo único que cuenta, ¿verdad?

Vernon pareció aún más confundido, pero sonrió con tiernos ojos; como enteniendo el mensaje.

—Bien —susurró, cerrando su casillero —. No me haré ningún tipo de imagen sobre ella.

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