Los 365 Poemas

La historia de los dos

Voy a empezar esta pequeña historia así... Sé que dicen que uno desea que el amor le suceda de una manera tan extraordinaria y que al final nunca es así como uno lo planea... Pero yo les quiero contar detalles de la historia de cómo mi papá se enamoró de mi mamá.

Mi papá ya conocía a mi mamá. De hecho, mi mamá tenía alrededor de quince años cuando conoció a mi papá. Mi papá no fue su primer amor. Mi mamá no fue el primer amor de mi papá tampoco.
Ya pasados varios años, mi papá por fin VIO a mi mamá. Ella, estaba nada menos que limpiando un baño en una asamblea a la que asistían los dos... Y eso impresionó tanto a mi papá, que se dijo "esta mujer esta dispuesta a todo".

Bueno, aquí haciendo un paréntesis, espero que algún día algún hombre me vea con esos ojos, cuando yo esté limpiando el baño o aseando la casa.

Sea como sea, la humildad de esta muy hacendosa señorita le llamó tanto la atención que decidió escribirle... Le escribía, luego le llamaba.. Y mi mamá cuenta la historia que para pedirle que fuera su esposa, se la llevó en carro, y a la par de ella, tímido como era, se lo escribió en un papelito.

Y ella ni corta ni perezosa, le contestó que sí.. Pasaron los meses, y muchísimas cartas y llamadas. Se me olvida decir que mis papás vivían en dos países diferentes, y aún así la distancia nunca marcó el fin, porque cuando el cariño es verdadero... El lugar sólo es un sustantivo.
Se casaron. Tuvieron una boda grande y tres hermosos hijos.

No todo siempre ha resultado fácil, las tormentas han caído con rayos y centellas... Pero nunca ha dejado de existir amor por Dios, ni por los dos.
Ahora que faltan sólo tres años para que cumplan cuarenta años de casados, yo no podía dejar de escribirles y contarles la historia de los dos.

Tal vez la moraleja de esta historia es que, a veces nuestro cuento de hadas no va a ser perfecto, sin problemas o sin agujeros que tapar. Nuestro cuento de hadas es lo que nosotros vayamos a hacer de ello.

Y que para enamorarse de verdad,  sólo se necesita ver a través de los ojos que tenemos en el corazón, donde hacemos la diferencia entre nuestro interior y la apariencia. Donde sabemos que es verdadero, y donde entendemos las virtudes y joyas que son los demás.