CAPITULO DIECIOCHO - FIESTA Y ALCOHOL.

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El antro al que habían asistido era por demás tóxico. El ambiente estaba lleno de humo por los que fumaban, que eran prácticamente todos, y el olor a alcohol se sentía a leguas. 

La música estaba a tope de fuerte, y la gente bailaba y saltaba a su ritmo. Muchas personas estaban en parejas tanto homosexuales como heterosexuales, hasta había tríos de gente claramente bisexual. 

Guillermo veía como todos "bailaban" pegados al cuerpo del otro, notoriamente pasados de copas. Algunos tenían cigarros en la manos o cualquier otra cosa tóxica que se fume. O no. 
Junto con su pareja de amigos, su novio, Rubius y Mangel, pasaban entre la gente para llegar a la barra de bebidas, el lugar donde parecía haber menos gente. Algo ilógico considerando que lo que más hacían ahí era tomar. 

-Tu, tio... ¿Dónde nos has traído?.- Gritó Samuel quien definitivamente odiaba ese tipo de fiesta pasada de mambo. Todos los tíos y tías del lugar estaban mucho más que bebidos y drogados, restregándose frente a todos, cosa que a Samuel le daba verdadero asco. 

-¿Qué dices tío? ¡Si esto está de puta madre!- Le respondió Rubén en un mismo tono, mientras se llevaba a Mangel consigo al medio de la pista. Frank rió por eso, a él no le molestaba para nada ese tipo de fiesta. De hecho pensaba que mientras más alcohol, mejor. Creo que usaba la misma frase para todos... Porque vamos, en todos los aspectos más es mejor. 

-Rubius tiene razón, Samuel. Diviértete y deja de quejarte.- Gritó Frank una vez habían llegado a la barra. Pidió dos vasos de lo más fuerte que tengan y el mesero se lo entregó con gusto, para él y para Alex. Después de eso desaparecieron entre la multitud. 

-Dos cervezas por favor...- Dijo Guillermo amable, haciendo que el barman ría, nadie se mostraba amable con él. Rió, pero agradeció la amabilidad de Guillermo.- Gracias - Dijo el menor una vez le fueron entregados sus vasos. Le extendió uno a Samuel quien se negó rotundamente. Un defecto grave que tenía el mayor era que una vez que empezaba, de seguro no podría parar. 

Por eso no le gustaban esos ámbitos. Una vez que empezara a tomar, seguramente terminaría tirado por ahí o restregándose de igual forma que el resto, cosa que de verdad odiaba. 

-Vamos... No puedes ser tan aguafiestas.- Dijo Guillermo tendiéndole el vaso más cerca del cuerpo de Samuel. El mayor, dudoso, tomó el vaso y disfrutó de un trago de aquella cerveza. Cerró los ojos, pues realmente le encantaba el sabor de ella... Ahí supo que había vuelto a caer y que era un tonto por acceder a tomar. 

(...)

Luego de la primera copa de cerveza, le siguió la segunda, para después la tercera y muchas más.

Samuel bailaba a toda gana mientras el menor lo veía y reía. Su alcohol en sangre se notaba de lejos y es algo que de verdad sorprendió al menor.
Guillermo no conocía esa faceta loca y atrevida de Samuel, siempre lo vió como un chaval tranquilo y concentrado en comportarse decentemente, pero en ese momento estaba fuera de sus casillas. Bailaba en el centro de la pista, moviéndose de manera extremadamente extraña provocando sonoras risas en el menor. Samuel comenzó a tambalearse hasta llegar a Guillermo. 

-Chiqui...- Habló Samuel dejando en el aire el aliento a alcohol más feo que Guillermo pudo oler..-Ven a bailar conmigo, anda.- Terminó de hablar mientras tomaba el vaso que tenía Guillermo en la mano, lo tiraba al suelo y prácticamente lo obligaba a ir al centro de la pista con él. 

El menor reía, pues no tenía idea de como bailar y parecía que Samuel la tenía re clara con ese tema. El mayir habia tomsdo su cintura y como si del resti de ls gente de tratase, comenzó a menearse con su cuerpo. Sus caderas unidad por los fuertes brazos de Samuel, hacian un vaiven que despertaba cierto placer en ellos. Samuel se acercó un poco al menor, pero la música estaba muy fuerte y no podía escuchar los balbuceos del mayor, pero veía como movía los labios. 

~ Estoy... Embarazado!? ~ Wigetta ~ Mpreg ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora