Cinco; el accidente.

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Hicimos la fila para poder entrar a la Abominable Montaña Rusa —sí, le coloqué ese nombre—, y al pasar solo quedaron cinco puestos justamente, a Adam lo sentaron junto a una chica de cabello negro azabache la cual hacía juego con su blanca piel, yo tuve que sentarme con Lu, y los tórtolos se sentaron juntos.

—Oye tú, chica —dijo Lu jalándole un mechón de cabello a la pelinegra descaradamente.

— ¿Qué quieres Lucía? —se volteo ella, con esa voz chillona e irritante que tanto me estresa.

Entre todas las personas del mundo.

¡Tenía que ser Olivia!

Y lo peor de todo.

Está sentada junto a Adam.

—Maldita perra —dijo Lu, agarrando más de su cabello y jalándolo, haciendo que Olivia chillara.

Y empezaron a avanzar los vagones.

Lu rápidamente la soltó y empezó a prestar atención a no morir de un susto en una bajada.

El comienzo fue despacio, subimos poco a poco a una distancia donde las personas empezaron a verse pequeñas.

— ¡Mira!, allá está la casa del terr—

Lu fue interrumpida por la rápida bajada ya que nos movíamos de un lado a otro.

Comer esa hamburguesa no fue buena idea.

El estómago se me comenzó a revolver, y casi vómito, Lu se dio cuenta de esto y sobó mi espalda intentando darme seguridad.

Desvíe mí mirada a Adam, el cual estaba intentando quitarse a Olivia de encima. La pobre gritaba sin parar "¡No quiero morir, soy demasiado joven y hermosa!".

Posteriormente —como siete minutos después—, los vagones se detuvieron en la estación.

Al bajarse muchas personas vomitaron —incluyendo a Olivia y a mí—, mientras que otros exclamaban que fue de lo mejor —Adam y Lu forman parte de esta opción—, y Thiago y Dulce sólo se reían de los que vomitaban.

Comenzamos a caminar hacia la salida, Olivia nos seguía por detrás, mirando atrevidamente a Adam.

Y de un momento a otro, ésta estampó sus labios junto a los de mi novio, el cual la empujó aún desconcertado.

— ¿Qué te pasa estúpida? —Le di una cachetada.

Ella se abalanzó contra mí, pero la tomé por el cabello y la jalé de lado a lado, tirándola contra el suelo.

Adam intentó separarnos, pero las dos le golpeamos por accidente.

Lu de repente me separó de ella, tirándome al lado de Adam.

— ¡Abre cancha pues! —Le gritó Lu molesta.

Ella empezó a golpearse con Olivia, esquivando todos sus golpes y devolviéndole el doble. La agarró por los cabellos arrastrándola por todo el suelo, luego le hizo una llave llamada RKO —la conozco ya que Adam me la enseñó—, y así siguió golpeándola.

Cuando logramos separarlas, Olivia salió con la nariz rota, su ropa toda llena de sucio y sin ganas de vivir; ésta salió corriendo entre llantos y maldiciones.

— ¡Y no vuelvas por aquí, perra! —Exclamó Lu entre risas, acomodándose el cabello, el cual se le despeinó por completo. Todos la miramos sorprendidos, todos menos Adam—, ¿qué?, ¿tengo mocos o qué?

—No, nada —le respondí sonriendo—. Gracias por defenderme.

—Tranquila, para la próxima ya sabes. También puedo asesinar a alguien y enterrarlo por ti —Me guiñó un ojo, y luego se río—. No, tranquila, por ahora no cuento con esos servicios. Por ahora.

Todos comenzaron a reírse, y entramos en el carro del padre de Adam.

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Adam nos dejó a Dulce y a mí en mi casa, luego de saludar a mis padres salimos para despedirnos.

—Gracias por llevarnos a ese parque de diversiones hoy, fue muy divertido ver como Lu destrozaba a Olivia —nos empezamos a reír.

—Te amo Lily —me abrazó cariñosamente, yo escondí mi cabeza en su pecho para ocultar mis mejillas color tomate.

—Eres mi mejor amigo y mi novio, ¿qué más puedo pedir? ¡Soy una chica muy afortunada!

—No, yo soy afortunado de tenerte a ti —rompió el abrazo, tomó delicadamente mi cara entre sus brazos y me robó un pequeño y tierno beso.

— ¡Hey, Adam! —dijo mi padre en la puerta de la casa, mirándonos con cierto recelo, Adam y yo nos empezamos a reír.

—Sí, lo siento, ya me voy —dijo Adam mirándome a los ojos—, que descanses Lily, te adoro.

— ¡Adam vámonos ya! Mamá me matará —gritó Lu desde el carro tocando el claxon.

— ¡Ya voy!

—Ve, que sueñes bonito —dejé un pequeño beso en su mejilla, él me sonrió y corrió a entrar al auto.

— ¡Te amo! —me gritó antes de entrar.

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Lu PDV

— ¡Besé a Dulce, Lu! Fue tan boom y ella es tan boom y me hace sentir tan boom —me empezó a contar Thiago desde el asiento de atrás.

—Upa cachete, al fin te le declaraste primito mío —dije entre risas—, pero Adam es el que más rato lleva, esooo, el niñito Adam está enamorado —empecé a hacerle cosquillas a Adam, éste se reía a carcajadas.

— ¡Para, Lu! —decía entre risas, y de pronto tuvo que parar.

Todo pasó tan rápido.

Otro carro sin luces nos chocó por el lado derecho —justamente dónde yo estoy— haciendo que voláramos una cuadra lejos.

El dueño del carro se dio a la fuga.

Mis oídos pitaban terriblemente alto, no sentía mis piernas, y un líquido recorría por mi cabeza, bajando poco a poco.

Sentí como alguien me arrastró fuera del auto, y empezó a moverme de un lado a otro.

— ¡Lucía, despierta, vamos, despierta! —escuché con dificultad, la persona que me hablaba estaba llorando y muy alterada.

Intenté responder, pero no pude.

Tengo un jodido dolor por todo el cuerpo, no puedo ver bien y mis oídos me están atormentando.

Aún no asimilo lo que acaba de ocurrir.

— ¡Lu, Adam! ¡Despierten! —Siguieron las voces, aún quebrantadas—, debo llamar a mamá.

Cerré mis ojos, quedando dormida por un momento.

//////

Abrí mis ojos por el sonido de las ambulancias, sentí como me levantaron y me llevaron a una camilla.

— ¿A-ada-m? —logré decir con voz casi inaudible, pero no me prestaron atención.

¿Qué estaba pasando?

Hasta que dure.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora