Sigamos jugando

29.9K 471 32
                                    


Nuevo año escolar, nuevas caras, nueva carrera, nueva universidad, así es como comenzaba mi primer día de clases en la Universidad Austral de Chile, había logrado entrar a la carrera de Enfermería, como ansiaba mi familia, digamos que no me emocionaba la idea de estudiar algo relacionado en el área de la salud, por mi parte me hubiera ido de la ciudad a estudiar gastronomía, pero aquí estamos, el viento que soplaba era de un día de verano, los últimos, este año el verano estaba siendo lo bastante caluroso para un verano normal en Valdivia, generalmente nuestro verano se acababa a mitad de febrero, pero es agradable sentir el sol en el rostro.

La universidad a la que asistía se encontraba al otro lado de la ciudad, estaba situada en un extremo de Isla teja, que era como una ciudad aparte de Valdivia donde vivía la gente de alto estatus social.

Camine por la gran calle que conducía a la universidad, está estaba rodeada de arboles, se le conocía como la arboleda de la universidad, me dirigí al departamento de medicina que es donde me tocaba mi primera clase, al entrar al aula había una gran cantidad de estudiantes conversando y poniéndose al día, por lo que veía muchos de ellos ya se conocían, genial, sería la antisocial de la clase.

-¡Katherine!- gritó alguien en medio del bullicio, levante un poco mi cabeza para ver de quien se trataba,al verlo me llene de asombro, era Gustavo, habíamos sido compañeros en la universidad en la que me encontraba anteriormente.

-Gustav- salude abrazándolo y agradeciendo internamente en ver a un rostro conocido- no sabía que entrarías aquí.

-ya sabes querida, pitutos- rodé los ojos sonriendo-¿y tú? Creí que kinesiología era lo tuyo.

-no para mi familia.- bufé

-ven, toma asiento conmigo- tomamos asiento en la segunda fila de asientos- creí que sería el único en no conocer a nadie.

-pensé lo mismo.

-¿lograste convalidar algunos ramos?.

-em... si, biología y fisiología ¿y tú?

- los mismos que tú, pero al parecer no nos salvamos de estos ramos inservibles.

Estuvimos un rato poniéndonos al día cuando un hombre de unos treinta y cinco años entro al aula,provocando que todos quedáramos en silencio.

-tomen asiento- habló aquel hombre y vaya que voz y ¿acento?, cuando todos hicieron lo que pidió habló nuevamente.- mi nombre es Christian Morningstar, seré su profesor de filosofía este primer año de universidad- anunció, espera¿filosofía? ¿en enfermería? Debía ser uno de esos ramos que dan el primer año sin mucha importancia.

-este ramo muy inservible será, pero no me importa con lo guapo que esta el profesor lo repetiría con gusto cada año- susurro Gustavo, provocando que soltara una pequeña risita, y creo que no era la única, casi todas las chicas de la clase estaban babeando por el excéntrico hombre parado en medio del aula,incluyéndome.

La clase siguió sin inconveniente alguno, el Sr. Morningstar explicaba algunas teorías de los antiguos libros y antiguos personajes de la literatura, mientras tomaba apuntes no pude evitar mirarlo más detalladamente, era un hombre alto de un metro ochenta y tantos quizás, cada ciertos minutos pasaba la mano por su cabello que era de un castaño oscuro con algunos notas más claras, era un maldito adonis y con ese acento¿británico? No ayudaba en nada a mi concentración.

-¿señorita puede responder a mi pregunta?- parpadee un par de veces saliendo de mis pensamientos y¡joder!.

-¿disculpe?- respondí.

-la pregunta que acabo de hacerle-respondió él en tono autoritario.

-disculpe profesor, no la escuche-respondí al tiempo que mis mejillas enrojecían.

Probando lo IndebidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora