Clase 1

22.4K 435 30
                                    

Sabía perfectamente que lo que acababa de suceder era completamente indebido, podría perder mi trabajo, pero no tenía problema en eso,desde que llegue a Chile no he tenido problemas con ofertas de trabajo.

Algo había en esa mujer que me atrajo, sabía perfectamente mis gustos en mujeres y ella calzaba con el perfil, pero sus ojos, esos ojos color avellana me desafiaban, sabía que no se dejaría doblegar fácilmente, lo que había pasado hace unos minutos solo había sido calentura, pero la quería para mí, como mi sumisa.

Preparé un poco de café y unas tostadas con huevo, a los pocos minutos la escuche bajar por las escaleras, llevaba su polera puesta y sus jogger.

-ve a cambiarte, eso esta todo sudado- me miro como si estuviera hablando en otro idioma- toma un buzo mío mientras lavo tu ropa.

Ella seguía parada en la puerta, camine hasta quedar frente a ella,levantó su rostro para mirarme, tomé los borde de su polera sacándosela lentamente por la cabeza, mi sorpresa fue grande cuando me di cuenta que no llevaba nada debajo, sus pezones estaban estaban erguidos, me incline y bese cada uno, tomando mi tiempo, de su boca lo único que salia eran pequeños suspiros.

-ve,antes de que te folle aquí en la encimera- sin protestar se dio media vuelta comenzando a caminar hacía la escalera, cuando llego al primer peldaño se volteó a verme.

-creo que se esta olvidando de esto- vi como bajaba sus jogger con extrema lentitud, cuando estuvieron en sus pies los tomo y me los lanzo, dándome una vista espectacular de su cuerpo, llevaba unas bragas de encaje negras, me deleite viendo su cuerpo subiendo por las escaleras, dándome una vista de su trasero bien formado, tome el pantalón de buzo y lo heche en la lavadora.

Cuando bajo llevaba puesta una polera negra que le tapaba lo justo y necesario.

-tus pantalones me quedaban muy grandes- dijo sin restarle importancia al tiempo que se sentaba, tome asiento frente a ella intentando estudiarla- ¿hace cuanto haces esto?- preguntó de la nada, enarque una ceja.

-¿a que te refieres?- inquirí.

-a esto Christian, con cuantas alumnas más te has acostado- sonreí de lado negando con la cabeza.

-con ninguna Katherine, si te elegí a ti como mi....- callé de golpe- si te escogí es porque te ves interesante.

-ja¿esperas que me lo crea?

-no espero nada- lleve una tostada a mis labios- solo deseo tu cuerpo.

-eres mi profesor- dijo levantando la voz- esto no puede suceder, no debió suceder.

-¿te estas arrepintiendo? porque puedo recordarte cuanto lo disfrutaste-nuevamente ese rubor tan característico de ella cubrió su rostro,suspire recostandome en el asiento- ¿que es lo que te da miedo?

-que nos descubran- respondió con total sinceridad, se llevo la taza de café a sus labios sin apartar la vista de mí.

-no lo harán, seremos discretos.

-¿seremos?

-dime que no quieres repetir nuevamente lo que pasó hace unos minutos atrás y te dejaré libre.- ella ladeo su cabeza mordiendo su labio inferior.- pero hay algo que quiero que sepas.

-¿qué cosa?

-yo...deseo que seas mi sumisa Katherine- esperé una respuesta, pero nada,  sus ojos estaban totalmente abiertos mirándome, luego su reacción me dejó perplejo, estaba riéndose a carcajada suelta.

-ok-rió- ¿así estilo látigos y pinzas?- volvió a reír.

-si-mi respuesta debió convencerla por que ceso su risa- entre otras cosas.

Probando lo IndebidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora