Por la tarde Aura, mi madre y yo fuimos de compras por el Portal del Ángel, al lado de las Ramblas de Barcelona. Entramos en diferentes tiendas de ropa tipo H&M, Shana, Zara, Bershka, Blanco... Acabamos rebentadas y fuimos a una cafeteria en las Ramblas, para ser más exactos, en el Starbucks. Me pedí un mediano de chocolate caliente con vainilla. Nos sentamos en un sitio cerca de la ventana y empezamos a hablar.
-¿Qué tal los estudios?- Preguntó Aura curiosa.
-Bueno, allá van...- Respondí con desgana, no me gustaba hablar sobre estudios ya que cuarto de la ESO no me iba muy bien...Mi madre me miró por encima de las gafas y hizo una mueca.
-Así que allá van...¿Dónde? ¿Londres? ¿París?- Dijo sonriendo. Sonreí de nuevo y negué con la cabeza.
-Ojalá...
-¿Y qué tal van los chicos?- Sonreí con ironía.
-Ahora mismo no me fijo en chicos, solo piensan en sexo, chicas, a ver quién tiene el pene más grande y videojuegos.- Me reí por mi mismo comentario y mi madre y Aura rieron al unisono.
-Cierto, cierto es.
Derrepente sentí nauseas y mis ganas de vomitar aumentaban cada vez más. Fuí corriendo al lavabo y vomité por primera vez en 4 años. Era todo muy extraño, fué todo muy deprisa. De encontrarme milagrosamente bien, a encontrarme horriblemente mal. Alguien picó a la puerta, era mi madre.
-Diana, ¿estás bien?
-Sí mamá, solo me duele un poco el estómago, nada más.
Salí del lavabo y me lavé la cara que estaba completamente pálida. Miré mis manos. Las tenía extrañamente pálidas y se podía apreciar el color azul de las venas.
-¿Quieres que vayamos a casa?
-Si no os molesta...
-Para nada, ya sabes que lo más importante es tu salud.
Salimos del lavabo, fuimos dónde estaba Aura sentada y le avisamos de que ya ibamos a casa. Entramos al coche y me dieron una bolsa por si acaso me volvian a dar nauseas. Notaba a Aura más distante de lo normal, no habló en todo el camino, estaba concentrada en conducir y quien sabe si demasiado metida en sus pensamientos. Yo intentaba no pensar en lo que me pasaba con la ayuda de la música, escuchando a One Direction, un grupo que me gustaba bastante y conseguían de verdad distraerme imaginandome que estaba en un gran concierto suyo en primera fila cantando sus canciones, y ellos tocándome la mano como solian hacerlo en sus conciertos.
-Diana, ya hemos llegado.
Estaba tan metida en mi pequeño sueño que no me había enterado de que ya habíamos llegado y mi madre hasta me abrió la puerta del coche. Intenté levantarme, pero mis piernas me temblaban. Me apoyé en mi madre, que ésta me agarró de la cintura para poder llevarme bien. Aura abrió la puerta y me miró con preocupación y... ¿pena?
Mi madre me llevó a mi habitación, me ayudó a ponerme el pijama y me trajo una infusión para ayudarme a dormir.
-Mamá...No hace falta...
-¿Como que no? Quiero que te cures pronto.
Hice un intento de sonreir, pero creo que quedó más en una mueca por culpa del dolor de estómago, y ahora de cabeza y muscular.
-Bueno, me voy, te dejo descansar. Buenas noches cariño, te quiero.
-Buenas noches, y yo a ti.
Me bebí la infusión y me tumbé de una forma que me dolía menos, pero Aura entró en mi habitación.
-¿Qué tal renacuaja?
-Pues intentando mejorarme.
-No lo harás.
-¿Qué?
-Las nauseas no se van de un día a otro.- Sonrió. No creo que me estuviera diciendo la verdad, ya que reconozco mucho cuando alguien dice una verdad o una mentira, pero aún así no le di muchas vueltas al tema.-Bueno, he venido a despedirme, ya me voy a casa, el próximo fin de semana nos volvemos a ver, ¿vale?
-Vale.
-Mejórate. Te quiero.- Me dijo mientras me besaba la frente.
-Gracias, y yo a ti.
Se fué de la habitación y por fin pude irme a dormir mientras escuchaba los ronquidos de mi padre en la otra habitación. Esa noche solo dormí 3 horas, el dolor de mi cuerpo no me dejaba dormir, hasta intenté tomarme un paracetamol pero, por desgracia, no funcionó.
