Querido Ryan {COMPLETA}

Capítulo 37: Te eché de menos

Heyy chicasss, vengo a informarles que estamos a punto de llegar al final de  esta novela. Si no me equivoco deben de quedar 3 o 4 capítulos, intentaré hacerlos más largos para que disfrutéis y sucedan más cosas.

Acabo de mandarles un mensaje a todos los de Hanaya ya que no me dio tiempo de despedirme.

Ethan llamó preocupado al darse cuenta de que en la fiesta me perdió de vista, yo le contesté que estaba perfecta y que no se preocupara.

Ahora me encuentro en mi habitación reflexionando mucho con lo que Katherine me dijo. Yo quiero ayudar a Ryan, y me alegra que este fin de semana le haya cambiado, pero sé que no tengo nada que ver.

Yo y él hemos actuado como siempre, no le veo ningún cambio. Bueno la verdad es que sí, estos meses he podido mantener conversaciones normales con él y sentir como todo volvía a la normalidad, pero luego venia su estado de bipolaridad que lo arruinaba todo.

Así que sí, ha cambiado, ya que antes ni me dirigía la palabra.

Pero si tengo la oportunidad de cambiarlo lo haré, pero no sé cómo.

Durante estos días he pensado en escribirle unas cartas a Ryan, para cuando se dé cuenta de donde va encaminado en la vida las lea y madure de una vez por todas.

Allí escribiré como me he sentido estos años y como me siento ahora mismo, de mis sentimientos hacía él, y en cómo me gustaría que todo volviera a ser como antes.

Será una forma de despedida a su yo malvado y una bienvenida a su antigua forma de ser.

Empecé a escribir como una loca, allí ponía de todo, el odio que me provocaba, el nerviosismo que siento al estar cerca, de querer besarle a cada instante en el que me rodea (sí, al fin y al cabo, le admitiré que me gusta).

También le nombré bastantes momentos que pasamos de pequeños, y de lo divertido que era estar con él, pelearnos y oír sus risas. Estuve escribiendo media hora, en total había escrito unas tres páginas contándole todo.

Mi hermano llama a la puerta y entra.

Escondo rápidamente las cartas y disimulo con un lápiz.

-Hola peque. -Me da un abrazo.

Le sonrío y sigue hablando.

-Ahora me tengo que ir a la universidad, solo venía para decirte que te quiero Kate. -Me vuelve a abrazar. -Sé que no he sido un hermano a seguir, ya que no he pasado el tiempo suficiente contigo, pero quiero que sepas que siempre estaré allí cuando me necesites, ya sabes, cuando quieras me llamas y salgo pintando de la universidad.

-No hace falta Alex, y que sepas que has pasado el suficiente tiempo conmigo, te lo aseguro, has estado como una lapa en tus tiempos de la E.S.O y bachillerato. -Nos reímos los dos y se estira en mi cama, yo sigo su mismo recorrido, pero me tiro encima suyo, y como una nena se queja.

-Vale lo admito, pero siento que desde que me fui ya no me cuentas nada Kate. Sé que te pasa algo y me duele mucho que no confíes en mi para explicármelo. -Se pone de repente serio y triste a la vez.

¿Tanto se notaba que me pasaba algo? ¿Desde cuándo lo empezó a notar? Aunque pensándolo bien, no era difícil adivinar que algo me pasaba. Sufrir bulling no es algo fácil de tapar.

Pero no pienso decirle nada a Alex, aún, no estoy preparada para explicárselo a alguien de mi familia, porque no quiero que estén en peligro. Hago todo esto por ellos.

-Nada, solo que tengo una crisis con Ed, nada más. -Miento intentando no darle importancia, pero viendo su mirada sabía que no me estaba creyendo ni un pelo.