THE WINTER COURT | LAS CUATRO CORTES ❅ 1 |

| ❅ | Capítulo 1.

Pateé una vieja rama de árbol que había en mi camino. Las faldas del vestido se habían vuelto algo incómodas para poder pasear entre aquellas capas de nieve, que empapaban los bajos y traían consigo una desagradable sensación pegajosa. A mi lado trotaba Nyeel, mi mejor amiga y confidente en la Corte de Invierno.

Años después de la muerte de nuestro padre, Sinéad había madurado de golpe y había comenzado a viajar a las otras cortes como mensajero para mantener nuestras relaciones diplomáticas; junto a un nutrido séquito, viaja de corte en corte, pasando largos períodos fuera de casa. Nuestra madre, por el contrario, se encargaba de dirigir el reino ella sola hasta que decidiera que Sinéad estaba listo para poder acceder a él.

Nyeel se aclaró la garganta y me sonrojé al comprender que me había estado hablando sin que yo hubiera oído ni una sola de sus palabras.

Al menos tuve la decencia de parecer avergonzada de haberme visto al descubierto; mi amiga sonreía de manera traviesa, al saber que tenía la cabeza en otra parte.

—Lo siento —me disculpé, colocándome un mechón de cabello tras la oreja—. ¿Qué decías?

—Tu hermano llega hoy, ¿verdad? —repitió Nyeel con paciencia.

No era ningún secreto para mí que mi amiga suspiraba en silencio por mi hermano mayor. A pesar de que aún no había reunido el valor necesario para decírmelo, yo misma me había dado cuenta por la forma en la que su mirada seguía a mi hermano siempre que nos encontrábamos en la misma habitación que él; sin embargo, se trataba de un amor bastante sufrido: Sinéad estaba prometido con una de las princesas de la Corte de Otoño. La noche que murió mi padre en extrañas circunstancias, iba a ser la noche en que se anunciaría el compromiso; debido al trágico suceso, ambas cortes decidieron posponer la noticia hasta que hubiéramos pasado nuestro duelo por la pérdida de nuestro monarca.

Asentí ante las palabras de mi amiga. Sinéad había estado mucho tiempo en la Corte de Otoño, seguramente ejerciendo su papel de diplomático y para ver a su prometida. Los monarcas solamente habían sido bendecidos con dos hijas, por lo que la menor de las dos se había convertido en la prometida de Sinéad; se rumoreaba que la primogénita tendría que casarse con su primo, Morgan, Caballero de Otoño, para poder solucionar el pequeño problema en el tema de sucesión.

—Se quedará con nosotros hasta que partamos hacia la Corte de Verano —añadí.

Nyeel me miró con envidia.

Antiguamente, el País de las Hadas se vio sumido en una cruenta guerra entre todas las cortes. Primavera y Verano se aliaron, formando así la Corte Seelie, mientras que Otoño e Invierno hicieron lo mismo, creando la Corte Unseelie; la clara distinción de ambos bandos fue crucial cuando llegó el tiempo de paz. Verano e Invierno aún mantenían parte de esa rivalidad, aunque sospechaba que el motivo nada tenía que ver con la antigua guerra.

Para celebrar la llegada de la paz entre todas las cortes, se creó el Torneo de las Cuatro Cortes, donde cada edición era acogida en una corte distinta; además, en esa celebración se añadía el hecho de que el Códice de las Estaciones, un antiquísimo libro que recogía toda nuestra historia, pasaba del antiguo anfitrión al nuevo. En el mundo humano este importante hecho se dejaba ver con el cambio de las estaciones.

La anterior edición del Torneo había tenido lugar en la Corte de Primavera, siendo la próxima la Corte de Verano. Por eso mismo teníamos que marcharnos hacia allí para poder participar con nuestro elegido. Con nuestro campeón.

—Es tan emocionante. —Suspiró mi amiga—. Nunca antes he tenido el placer de ver ningún Torneo...

Sonreí al comprender qué estaba ocultándose en aquel lamento de Nyeel.