Hoy tuve una pesadilla.
Soñé con aquél día, donde sinceramente, odié a Min Yoongi.
Ese día estaba en la habitación que en ese entonces compartía con Hoseok hyung. Él había salido a una junta con el coreógrafo.
Yo estaba leyendo el libro en el que se basaría nuestro nuevo álbum, "Demian".
Escuché la puerta de la habitación cerrarse con fuerza y unas manos que me sostenían del cabello con fuerza.
En ese momento rogué "Por favor, que no sea él. Cualquiera menos él" recuerdo decir que no quería decepcionarme más de Yoongi.
—¿Desde cuando eres tan zorra, Park Jimin? —Lamentablemente, gruñó enojado el que era "mi pareja".
—Y-yoongi m-me lastimas. —Le dije, con lágrimas amenazando salir de mis ojitos.
—¡Me importa una mierda! Es lo que las zorras como tú se merecen. —Gritó enfurecido, y para mi mala suerte no había nadie en casa ese día.
—N-no sé de qué hablas, l-lo juro —Me di cuenta que lágrimas bajaban por mis mejillas, dejándome el sabor salado en mis labios.
—No te atrevas a llorar. ¡Ya te daré yo una razón para llorar! —Me revoleó por los pelos hasta quedar tirado en la cama. —Maldita zorra. —Gruñó mientras sacaba el cinto de su pantalón y bajó mis pantalones.
Casi inmediatamente, comenzó a repartir golpes por todas mis piernas y trasero, dejando marcas bastante notorias. Mis gritos no se hicieron esperar.
—¡Y-yoongi! ¡P-para, por favor! —Lloriqueé, y como pude, me hice bolita en mi lugar, tomando con mis bracitos, recibiendo golpes también en éstos.
Parece ser, que en ese momento, Yoongi tomó conciencia, ya que dejó de golpearme un rato después.
Lo miré con temor y pude ver cómo las lágrimas caían de sus hermosos ojos. Su labio temblaba, y se jalaba el cabello con desesperación.
—Jiminnie... —Susurró con la voz rota antes de salir corriendo de la habitación, encerrándose en la suya.
¿Y saben qué fue lo peor?
Que no me importó el ardor que sentía por todo mi cuerpo, simplemente entré a su habitación y me acerqué a donde estaba él acurrucado, dejando que todas las lágrimas caigan.
Acaricié su cabeza suavemente y sentí como sus brazos se envolvían en mi cintura.
—Jiminnie... Perdóname. —Susurró.
Y en ese momento lo odie tanto. No comprendía sus cambios de humor, porqué se comportaba así conmigo.
Pero aún así, yo seguí a su lado, acariciando su cabello, su rostro, hasta que se quedó dormido.
Min Yoongi, eres tan perfecto para mí. ¿Qué te pasó, bebé? ¿Por qué eres así conmigo?
Espero que cuando ya no esté, recuerdes que te amo, sobre todas las cosas.
