5: ¿Eres mía, ángel?
Harry se inclinó hacia mí, con una mirada acusadora. Ladeé la cabeza, como si nada.
— Hannah —Advirtió en tono suave, como si hablara con su perrita Pink. Que por cierto, odiaba a todos, y yo no era la excepción.
Una vez, hace como dos meses, meó sobre mis zapatos. Tuve que tirarlos a la basura porque el olor no salía.
— ¿Qué? —Le pregunté, alzando mis hombros. Harry se relamio los labios.
—¿Dónde los ocultaste?
Yo no respondí, y volví la vista a la pantalla.
—Yo no he hecho nada—Respondí secamente —Ahora déjame ver Las chicas superpoderosas tranquila.
—Tú odias esa serie animada—Exclamó con cierta exasperación.
—No es verdad... Yo siempre quisé ser Bellota.
—Ajá, claro.
—Es verdad.
—Si no me los devuelves, juro que yo...
—¿Tú que, eh? —Levanté una ceja, irónica —¿Que haras? ¿Darme con un látigo?
—Tal vez —Murmuró.
Rode los ojos, soltando un bostezo.
—No intimidas ni a una mosca, Harry.
—Pero podría si quisiera.
—Ese es el problema. Tú no quieres.
—Exactamente— Admitió él, aclarando su garganta. —Ahora, por favor, devuelve lo que has escondido.
—Ya te dije que yo no...
— No, ni siquiera tienes que intentarlo, te conozco.
— Es mentira —Susurré, y Harry alzó una ceja, riéndose en su interior. —No sabes que soy...
— ¿Eres?
— ¡Un vampiro! —Salté sobre él, dándole un mordisco en el cuello suavemente. Harry rió entrecortadamente, seperándose de mí.
—O una demente—Dijo, mirándome con falso miedo. —No eres una persona normal —Se acercó a mí, depositando un beso en mis labios.
—Oh, Patch—Suspiré.
—Oh, Nora—Susurró con simpatía.
—Oh, Travis.
—Oh, bueno ¿No era yo el único chico en tu vida? —Yo no contesté, y él se echó a reír. —Ya... va enserio, quiero mis anteojos de vuelta.
—Yo no los tengo, nerd —Me burlé, empujando su hombro.
—Hannah.
—Harry.
—Hannah.
—Harry.
—Vamos, esto se esta volviendo molesto.
—Vale —Me levanté del sofá con pereza, y de mi mochila, que se encontraba tirado a un lado, quité los anteojos. —Aquí tienes —Bufé. Harry alzó una ceja, aturdido.
—¿Lo escondiste ahí? —Preguntó incredulo —He estado buscándolos por todas partes...
—No buscas bien.
Harry rodo los ojos, y se colocó los lentes.
—Que tierno te ves —Me burlé, apretando sus mejillas con simpatía —Tus ojos son mas grandes con los anteojos... Me recuerdas a una mosca.
