*Pov's:AndreaM.
Mi nombre es:
Andrea Martinez tengo 17 años y mi vida no es fácil pues todo no dura para siempre, tenía una familia, amigos y un novio pero todo cambio tan de repente.
*Pov's:MaxiM.
Mi nombre es maximiliano mendez tengo 19 años y soy...
Yo era muy feliz, tenia a mi mejor amiga, a mi familia unida y a un novio que me amaba; o bueno, eso pensé hasta que una noche sali muy conteta a casa de mi mejor amiga alexa, al llegar toque 9 veces y nadie salio. Me preocupe, por que alexa siempre salia al segundo toque y sin querer la puerta se abrió, pues pensé en no entrar pero en la planta de arriba se escuchaban gritos, me preocupé y subí las escaleras. Al llegar al dormitorio de ella, abro la puerta de un empujón y me encuentro con una imagen muí desagradable y a la vez dolorosa. Mi "mejor amiga" y mi novio, en su cama; desnudos, ella encima de èl.
-!Andrea...! - exclama alexa
-maldita zorra- le respondo entre dientes
Me doy cuenta que estoy apretando los músculos pero no puedo relajarlos. Veo a marcos darle un empujón a alexa, que cae a su lado y se cubre con las sabanas para luego levantarse. Marcos se pone unos bóxer y se levanta junto a alexa, y los dos se acercan a mi.
-amor no es lo que parece - empieza a decir marcos
-andrea, amiga lo lamento - agrega alexa
-JA! !¿no es lo que parece?!- les grito a los dos - !¿Amor?! ¡A MI NO ME LLAMES ASI!-le grito a marcos - ¡SABEN QUE VAYANSE A LA PUTA MIERDA! - las lágrimas resbalan por mis mejillas, y con mi mano me limpio rápidamente antes que lo noten y me doy media vuelta y salgo corriendo de la casa.
Después de 12 minutos de haber salido de allí, las fuertes gotas de lluvia empiezan a caer. Al ver que esta lloviendo me acerco a una casa y me siento en los escalones, escondo mi cabeza entre las piernas mientras lloro y pienso que fui una tonta al enamorarme y mas en confiar en mi "mejor amiga". Las gotas se hacen mas fuertes y ya estaba empapada; temblando a causa del frío, me abrazo a mi misma. Pero de repente siento que las gostas ya no caen en mi, al levantar mi rostro hacia arriba para ver mejor que pasa me encuentro con un hombre muí apuesto, alto, cabello negro, moreno, sus ojos oscuros como un profundo abismo, tenia un brillo escalofriante. Pero a pesar de eso lo seguia mirando, la verdad es que era muy apuesto con unos fuertes brazos...
-Se nota que haces mucho ejercicio- susurré para mis adentros, pero al parecer me escuchó por que en seguida respondió.
-En la universidad juego fútbol y me toca entrenar- respondió aquel chico- pero bueno, ¿niña que haces aqui toda mojada?- me preguntó y yo nerviosa y temblando del frío balbucie.
-No-qu-iero llegar a -mmm-i cas-a - le respondí arrastrando las palabras ya que sentía mis labios muy pesados- pe-ro ya-aaa me voy - agregué.
-Yo te llevo - me respondió y yo muy insegura acepte, pues tenía que llegar a casa antes que pescase un gran resfriado - vamos, mi auto no esta muy lejos de aqui - él me carga en sus brazos, hundo mi cabeza y con mis brazos rodeo su cuello.
5 minutos después ya nos encontrábamos en su auto
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Mientras él conduce; yo me recuesto a la ventana y casi quedándome dormida, escucho un sonido muy raro.. Un despertador, pero yo no tengo uno, abro rápidamente los ojos y miro a todos lados.
-esta no es mi habitación- digo en un susurro, miro mi ropa en una silla y tímidamente y lentamente alzo las cobijas y veo que estoy utilizando una camiseta que no es mía y muy ancha y de repente, recuerdo lo de anoche, aquel chico que me encontró en la lluvia.
-no puede ser - digo casi gritando - ¿que hago en su casa?- Me pregunto a mi misma.
Escucho ruidos abajo, así que decido bajar sin percarteme que solo tengo puesto unas bragas y una camisa que me llega hasta la cintura.
Al llegar a la que supongo que es la sala, miro a todos lados y me doy cuenta que es una casa muy hermosa, los muebles son de cuero negro, al frente una TV muy grande, mis pensamientos son interrumpidos cuando escucho aquella voz.
- ya despertastes- me dice el dueño de aquella voz - no quería despertarte, te veías muy cansada y pues como no sabia donde vivías te traje aquí - en ese momento me volteo y me encuentro, aquellos ojos marrones; profundos con ese brillo, él cual ya no es intimidante.
