Capítulo 41.

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Despierto con un molesto dolor de cabeza, sé que la razón de mi síntoma es que no probé un bocado anoche, mamá estaba preocupada por mi mala cara y yo solo la tranquilicé diciendo que no había tenido un buen día. Toda mi familia se dio cuenta de que no me encontraba bien y lastimosamente, todos relacionaron mi mal humor con Bart, el abuelo estuvo preguntándome si tenía luz verde para sacar a Mimi, la escopeta.

Bart había estado llenándome el teléfono de mensajes de texto y llamadas, no quise responderle y no lo hice, sabía que no actuaría de buena manera así que pienso que tomé una buena decisión. De igual manera, iba a encontrármelo hoy, tenía que ir con urgencia a ver al doctor Hayashi para saber si Mimi había quedado embarazada.

Me encuentro terminando de colocarle la pechera a Mimi, ella se mueve inquieta—como siempre—, haciendo que se me dificulte ponérsela, ella la odiaba, pero Mimi sabía que cuando yo sacaba la pechera era momento de salir, ama salir de casa a pasear. Luego de colocárselo le doy un pequeño beso en su cabecita y grito hacia la cocina informándole a mi mamá hacia donde voy.

Las calles se encuentran repletas de personas como todo inicio de semana, aun en cuando la población estudiantil tenía esta semana libre y no los encontrabas corriendo detrás de un transporte escolar. Mimi hace sus necesidades y me cercioro de contar cuantas veces lo hace, no quería que dejara un regalito en el consultorio al igual que hizo en el cuarto de Daisy. Unos minutos después, me encuentro al frente de la puerta de entrada, puedo observar a través del cristal que Bart está con Pelusa detrás del escritorio de madera, acaricia al hurón blanco con mucha ternura y le regala besos en su pequeña cabecita. Suspiro y entro, una campana anuncia mi llegada y Bart voltea hacia mi dirección, sus ojos chocan con los míos, fuerzo una sonrisa mientras me acerco.

—Hola, Bart.

—Hola, Amy.

Un silencio incómodo se forma entre nosotros y decido romperlo al aclararme la garganta.

— ¿El doctor Hayashi está aquí?

—No ha llegado, pero puedes esperar un poco, estoy seguro que no tardará.

—Bien—Tomo asiento en la pequeña salita y acomodo a Mimi a un lado, trata de bajarse del asiento así que la coloco en mi regazo afirmando mi agarre, tomo una revista de mascotas para echarle una ojeada, no quiero hablar con Bart.

—Amy...

— ¿Si?—susurro mientras centro mi mirada en la revista.

—La revista está al revés—Ups, debí prestar más atención.

Con las mejillas encendidas, acomodo la revista y finjo que nada pasó.

—Amy...

— ¿Ahora qué Bart?

—Lo siento.

Él se encuentra al frente de mí, lo sé porque siento su presencia, levanto la mirada encontrándome con esos ojitos de borrego atropellado.

— ¿Qué sientes?

—Siento ser un idiota.

— ¿Por qué dices que eres un idiota?

—Porque yo no quiero que seas mi compañera de besos, quiero que seas algo más.

— ¿Algo más?—digo casi sin voz.

—Quiero que seas mi chica intocable.

—Quiero que seas mi chica intocable

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¡AWW YA ME MUERO!

¿Lo perdonan o lo siguen odiando ah? A mi todavía no me convence...

No escribiré mucho porque ando full de tareas :S Solo diré que sigan a Intocablesxcollege en instagram para adelantos y muchas otras cosas :)

Saludos y nos leemos el miércoles.

Saludos y nos leemos el miércoles

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¿Y si casamos a nuestros hurones? | Los Intocables #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora