II

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Se miró una última vez en el espejo y giró sobre sus talones como si de una princesa se tratase. Los jeans blancos con rotos en las rodillas de ajustaban a la perfección a sus largas y delgadas piernas, y hacían ver a su trasero mas redondito. La camisa de botones color azul pastel y sus zapatillas deportivas de adidas. No solía vestir así pero sabía que a donde iba no era como las fiestas a las que sus padres lo llevaban donde todo el mundo vestía con elegantes trajes.

Su pelo, que previamente alisó con las tenazas, estaba peinado hacia un lado y no le sentaba nada mal. También llevaba algo de maquillaje muy natural y una colonia bastante suave y agradable. Sonrió al espejo, tomó su chaqueta de cuero marrón y salió de su habitación dispuesto a ir donde Zayn lo esperaba.

— Vaya, Liam. Estás despampanante. —Zayn sonrió ampliamente mientras observaba al castaño parado en frente suyo. Estaba precioso y sabía que en la fiesta no pasaría desapercibido y que él tendría que encargarse de apartar a los babosos y babosas que desean encamarse con Liam.

— Gracias, Zaynie. Tú también estás guapísimo. —Liam ladeó una sonrisa y sus mejillas de colorearon de un sutil tono rosado.

Zayn iba realmente sexy con sus jeans negros y una camiseta de una banda de rock. También llevaba puesta una cazadora de cuero negra con cadenas que cuelgan de ella y unas botas estilo militar del mismo color. Cualquier cosa le sentaba bien, pero su estilo de chico malo enamoraba a Liam.

— ¿Vamos? —Liam asintió y los dos salieron fuera de la mansión hacía la camioneta de Zayn. Una vez dentro, Liam se colocó el cinturón de seguridad y el moreno no tardó en prender el motor y comenzar a conducir por las solitarias calles de su barrio.

— ¿Me presentarás a tus amigos, Zayn? —Liam lo miró un segundo antes de volver la vista a la ventana.

— Claro. Seguro que te llevas bien con todos. —ladeó una sonrisa pero sin estar muy seguro de lo que acababa de decir.

Sus amigos no eran como Liam. No eran ricos y mucho menos pijos. Salían de fiesta cada fin de semana, fumaban porros de marihuana e incluso esnifaban cocaína y otras drogas duras. En resumen, eran malas influencias y no estaba seguro de si podrían aceptar a Liam o si incluso alguno de ellos intentara abusar de la dulce inocencia del castaño.

Estacionó el coche en frente de una casa que estaba a rebosar de personas borrachas y algunas en proceso. La música se escuchaba desde el vehículo y la mandíbula de Liam estaba casi tocando el suelo del auto. Zayn sonrió levemente y salió del coche con la intención de abrirle la puerta a Liam, pero este se adelantó y salió al tiempo que él.

— Liam, no te despegues de mi en ningún momento, ¿vale? —el castaño asintió no muy seguro. Se pegó como una lapa al costado de Zayn una vez pasaron entre el tumulto de gente y mordió su labio inferior con fuerza sintiendo los roces que la gente le proporcionaba al pasar. Las estruendosa música se escuchaba cada vez más fuerte. Cuando entraron dentro, Liam sintió que sus oídos se desgarrarían y el asqueroso olor de dentro le daba ganas de vomitar. ¿Qué le veían de divertido a esto?

Zayn lo llevó donde un grupo de personas reían, fumaban y bebían sentados en unos viejos sofás. Todo el mundo pasó a mirarlos, especialmente a Liam, quien se pegó mas a Zayn sintiéndose intimidado por todas aquellas personas. Pero lo que más nervioso le puso fue una intensa mirada color miel, proveniente de un chico que estaba sentado en uno de los sillones. Su cabello era de un color marrón oscuro, su piel estaba ligeramente bronceada y unas lindas pecas adornaban sus mejillas. Liam lo miraba ligeramente boquiabierto y el chico estaba igual que Liam o casi más atontado.

— Chicos, el es Liam. —Zayn dio un empujoncito al castaño para que todos pudieran verlo y que él los saludara. Pero en vez de decir nada, sus mejillas se colorearon de un intenso rojo.

Barbie girl »ziam Where stories live. Discover now