Adultez

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Liv ya no era la niña incomoda que Loki había conocido, la juventud de su cara se desvanecía con la edad. A estas alturas, ella se acercaba a la adultez y sus planes de vida habían sido establecidos por sus padres adoptivos. Después de haber conocido a Loki, él la había llevado a conocer a su madre, Frigga. Ella sugirió encontrarle un hogar a Liv luego de enterarse lo de sus padres. Ahora, años después, Liv estaba en su habitación, sus piernas pegadas a su pecho mientras sollozaba suavemente. Ella no quería ser enviada a casarse con alguien a quien no amaba, ella quería luchar. ¿Por qué no podían sus padres ver eso? Liv era buena en ello y lo disfrutaba. Liv gruño, tirando un objeto aleatorio contra la pared de su habitación.

—Deberías ser más cuidadosa —una voz suave a su derecha, observo. Las comisuras de los labios de Liv se levantaron en una sonrisa por cuenta propia, su cuerpo volviéndose para encarar al apuesto joven príncipe.

—Loki —lo saludo.

—¿Nada de 'príncipe'? —Inquirió él, de manera juguetona—. Estoy decepcionado —Liv rio, lanzándose a sí misma hacia sus brazos.

—Te he extrañado —susurro ella contra el abrigo pesado de Loki. Ella pudo sentir su corazón palpitando bajo su pecho. Las olas de felicidad rodaban sobre él.

—Solo han sido seis meses —afirmo él. Liv se echó hacia atrás y le frunció el ceño.

—Los seis peores meses de mi vida —murmuro ella, sus ojos se conectaron con los de él cuándo Loki poso su mano en su la mejilla de Liv de manera suave.

—¿De verdad extrañaste tanto a tu mejor amigo? —Cuestiono con un brillo en sus ojos. Liv le saco la lengua y lo llevó hacia su cama para sentarlo.

—¡Tengo un nuevo libro midgardiano! —Exclamo ella con felicidad, mostrándole la edición encuadernada en cuero de Hamlet.

—¿Te gustaría empezar o puedo hacerlo yo? —Pregunto Loki de manera astuta, sus manos alcanzando el libro. Liv rio.

—Puedes hacerlo —Liv se posicionó a si misma de manera en que estuvo en su regazo, su cabeza descansando en el pecho de Loki. Su suave voz y palpitar estable, prontamente la tuvieron a la deriva, sus últimos pensamientos del impresionante príncipe que había puesto su mundo de cabeza.

Nunca fue mi intención | Loki LaufeysonWhere stories live. Discover now