Nunca fue mi intención | Loki Laufeyson

Soy tuya

—Huye conmigo —él miro a Liv, sus ojos verdes brillaban. La mano de Liv sobaba de arriba abajo el pecho desnudo de Loki, sus piernas enredadas más allá. Ambos se encontraban en una paz dichosa después de haber dormido juntos, sus cuerpos desnudos envueltos el uno con el otro.

—No podemos huir —respondió ella con tristeza, su mano moviéndose para sostener la de él con gentileza.

—No puedes casarte con otro —suplico él, lagrimas manando de sus ojos—, tu eres mía —bramo él, poniendo el cuerpo de Liv sobre el suyo de manera tosca. Liv acaricio la mejilla de Loki con suavidad.

—Soy tuya —susurro Liv contra los labios de Loki, moviéndose para un casto beso.

—Te necesito —Loki admitió. Liv lo observo por un momento, considerando las posibilidades.

—¿A dónde iríamos? —Pregunto Liv de manera callada y una gran sonrisa floreció en el rostro de Loki.

—A cualquier sitio, a todas partes —dijo emocionado. Liv le sonrió a su entusiasmo. Sinceramente, ella sabía que no había ningún lugar al que ir. Pero valía la pena imaginarlo por un rato.

—Podríamos estar juntos sin escondernos —añadió Liv y la sonrisa de esta se volvió más anhelante.

—Declararía mi amor desde la cima de las montañas —la mano de Loki acaricio la cadera desnuda de ella, su mirada adorándola—. Podríamos casarnos —su voz era casi nerviosa.

—Eso desearía, mi amor —susurro Liv, inclinando su frente hacia la de él.

—No puedo soportar verte con otro —Loki rogó. Liv lo silencio, dejando suaves besos en su cuello.

—Lo resolveremos —murmuro a ella contra su piel—. Siempre lo hacemos.