rojo carmesí

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Tras salir de su trabajo, Lana se dirige a la parada de autobús para regresar a casa, pero en el camino escucha un chillido en un callejón, ¿Que pasará después?

Tras salir de su trabajo, Lana se dirige a la parada de autobús para regresar a casa, pero en el camino escucha un chillido en un callejón, ¿Que pasará después?

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-Bye.

-Adiós, Chloe -me despido de mi compañera con la mano y doy media vuelta.

Ha sido un día muy agotador. La cafetería no había estado así de llena desde hace días. Es sumamente inusual.

Mientras camino una corriente de viento hace que gran parte de mi cabello se me venga a la cara. Es una de las razones por la cual odio los vientos de otoño, es tan irritable.
Observo las silenciosas y oscuras calles mientras distraídamente me arregló la maraña de cabello. Otra cosa inusual: normalmente no están así de solas. Casi siempre hay más gente saliendo de su trabajo, taxistas, prostitutas e incluso familias.

Cruzó al otro extremo de la calle para llegar a mi parada de la esquina. Mientras deambulo un chillido llega a mis oídos y hace que me detenga de golpe. Dirijo mi mirada a un callejón de donde creo que provino el grito ahogado de una dama.
Torpemente saco de mi mochila mi celular y un gas pimienta. En mi teléfono tengo todo listo para llamar a emergencias por si las cosas no van bien.

Vacilo y me decido, pero vuelvo a vacilar. No creo que sea una buena decisión o una buena idea entrar a ese lugar, pero ¿si hay alguien corriendo peligro? y ¿si puedo ayudarlo? y ¿si incluso llegará a salvarle la vida? Tomo aire, enciendo la linterna del móvil y por fin me decido por entrar.

Es mucho más profundo, incluso me atrevería a decir que tiene varias vías de acceso por lo que me cuesta saber a donde debo ir para encontrar a la mujer.

Quizás sea un pareja, pienso. Quizás están haciendo sus cosas.

Dudo. No estoy segura de lo que estoy haciendo y por un momento pienso en volver a la calle.
Mis sentidos se ponen alerta al escuchar un grito desgarrador.

No creo que alguien que está teniendo sexo haga que su pareja grite de esa forma.

Nuevamente la osadía me invade y sigo adelante. Aumentó el ritmo de mi paso y antes de llegar a una esquina apagó la linterna y trato que mis pasos sean lo más silenciosos que pueda. Asomó brevemente la cabeza y mi ojos se abren de horror.

Un hombre esta dandome la espalda, y en sus brazos esta un mujer con ojos desorbitados y una expresión de auténtico terror en su rostro ya sin vida. Tratando de no gritar mientras pienso en algo tranquilizador. Casi de inmediato me doy cuenta que la mujer ya no cuenta con sus brazos. Separo mi mirada y vuelvo a mi sitio. Cierro los ojos y me recargo en la pared tratando de olvidar eso.

Luego de un suspiro vuelvo a abrir los ojos.

Mi respiración se detiene por un segundo.

Él está a un par de metros de mi. Su macabra sonrisa contrasta con la oscuridad que lo rodea. Su ojos rojos como la sangre, aquella que tiene salpicada por su rostro, camisa y manos hace que me estremezca violentamente.

Historias que escribe mi gato a medianoche Where stories live. Discover now