Desperté molesto por un ruido constante. No sabía dónde me hallaba ni qué hacía allí. Estaba completamente absorbido por el molesto ruido y el miedo me bloqueaba. A tientas, y más por instinto que por otra cosa, busqué y accioné la lamparita que había cerca de mí, pero inútilmente. No se hizo la luz. Seguía rodeado de la penetrante oscuridad. Empecé temblar, mientras me empapaba un sudor frío.
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El meleficio de la Inexperiencia
FantasyEste lo escribí a raíz de un ejercicio de clase, en segundo de bachillerato (lo tengo fechado de Abril del 2002), en la clase de Historia de la Literatura. El ejercicio consistía en que, dado el primer párrafo de la historia (la primera parte), inve...