Lucharé por tu amor (Parte dos)

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Pov. Makoto

Eran aproximadamente las ocho de la noche. Las luces de la ciudad de Tokio se veían verdaderamente magníficas como siempre. Esa es la ventaja de tener un departamento en un séptimo piso. Después de trabajar arduamente de lunes a jueves, los viernes y fines de semana me bastaban para tranquilizarme y disfrutar de mi nuevo hogar.

Había salido de la Universidad hace algunas horas. Es viernes, asi que me dediqué por completo a limpiar mi departamento, debido a que Haru podría llegar en cualquier momento y reprenderme por el desorden. Está bien, no es mi culpa del todo, los universitarios tenemos poco tiempo para asear nuestra casa. Últimamente Haru me ha visitado bastante. Eso me alegra profundamente. De verdad, me gusta pasar tiempo con Haru. La última vez que vino a visitarme (hace tres días) se quedó a dormir, Él me parece tan frágil, tan lindo cuando duerme...

De pronto, el timbre sonó. Me asuste un poco, derribando mi colección de cd's de música. Maldije por lo bajo. ¿Quién podría ser? No estaba acostumbrado a recibir visitas que no fueran las de Haru. Además, nadie de mis amigos me visitaba sin avisarme antes, exceptuando a mi mejor amigo, claro. Me dirigí hacia la puerta un poco apresurado.

Abrí la puerta con un poco de duda. Y justo cuando la abrí, apareció delante de mí un esbelto cuerpo: Ahí, en el marco de la puerta, estaba apoyado Rin Matsuoka. Seguía casi igual a como lo recordaba: Con sus cabellos rojos alborotados, ahora un poco más largos, su blanca y afilada dentadura formaba una sonrisa que a mí me pareció divertida. Vestía con una playera de tirantes junto con unos pantalones deportivos un poco ceñidos a su cuerpo y sus zapatillas deportivas. Pero lo que más me llamó la atención fueron sus ojos: llenos de determinación, con un brillo muy extraño en ellos.

-Ah, eres tú Rin- Dije aliviado, De pronto una duda asaltó mis pensamientos- ¿cómo te enteraste de mi dirección?- Pregunte bruscamente.

-Ah Makoto, si, a mí también me alegra verte de nuevo después tanto tiempo- Me dijo de una manera sarcástica. Me sonrojé por la vergüenza. Era cierto, no lo había visto en años y ¿así le respondo?

-Perdona Rin, sólo que me he llevado una sorpresa. Pasa por favor- Cerré la puerta y lo invité a sentarse en el sillón de la salita de estar.

-Makoto, que lindo departamento, Quisiera comprar uno así ahora que regresé a Tokio.

-Gracias Rin, ¿quieres alguna bebida?

-¿tienes cerveza? No me preocupa, sé soportar el alcohol bastante bien.- Sonrió de lado, levantando una ceja.

-Sí, de hecho, iré por ellas.- No sabía que Rin también bebía, se supone que como nadador olímpico debía cuidar su alimentación y evitar a toda costa las bebidas alcohólicas. Pero al parecer eso no le importa.

Cogí las cervezas del refrigerador y regresé a la sala de estar. Rin estaba cruzado de piernas, me miraba un poco extraño, Comencé a sentirme nervioso.

- Y cuéntame, que has hecho durante mi ausencia- Rin tomo una cerveza y la abrió, bebiendo su contenido demasiado rápido para mi gusto.

Comenzamos a charlar acerca de nuestras respectivas vidas. Me contó sobre Australia. Sobre su carrera. Al parecer le está yendo bien. A mí sólo me falta un año para concluir la Universidad y graduarme como entrenador profesional.

El ambiente era muy agradable, ese nerviosismo había desaparecido, me gustaba pasar tiempo con Rin, pero sucedió algo inesperado.

-Lo sé Makoto... Oye, quisiera preguntarte algo- Dijo Rin con cierto interés, se levantó de su lugar y se acercó a mí, como un tigre que acecha a su presa.

No te perderé, MakotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora