un querubín envuelto

138 13 14
                                    

Continuamos caminando Sarah y yo hacia mi casa. Ya era bastante noche, faltaba media hora para las doce de la mañana y aún no podía creer que las madres de mis amigas las dejaran quedarse un poco más -pero eso me alegraba, porque se notaba que me tienen confianza y que con migo ninguna de ellas correrá peligro alguno-. Me sentía tan emocionada, cuando a lo lejos se alcanzaba a escuchar los gritos de mis amigas, y Sarah hiso que apresuráramos el paso. Llegamos por fin y abrí la puerta y de nuevo...

- ¡Sorpresa! -gritaron todas-. ¡que lo abra, que lo abra! –también aplaudían.

Había encontrado una enorme caja envuelta con papel azul metálico con un enorme moño plateado. Era tan enorme, que hasta podía jurar que yo podía entrar ahí dentro.

- ¡Wow, chicas! ¡es enorme! –dije asombrada.

- ¡ya ábrelo que nos dejas con la emoción! -se reía Mónica tímidamente.

- ¡enciende la cámara valentina! –dijo Angélica.

- oh si, ¡esperen! –valentina la saca y comienza a grabar-. Bueno... este regalo es de parte de todas nosotras...

- ¡que no fue fácil conseguirlo! –interrumpió Penélope.

- ¡Shss! –todas gritaron.

- y esperamos de corazón que te encante tanto como a nosotras. Y... después me lo prestas eh –agregó Valentina.

- todo lo que provenga de ustedes siempre me encantara. Y bueno... con su permiso, ¡empezare a abrirlo!

Cuidadosamente rasgaba el papel y retire el moño. Arranqué las cintas pegadas y abrí las dos cejas superiores de la caja. Había bastante papel, de todos los colores y encima había estrellas de papel con notas escritas en ellas, proviniendo de cada una de mis amigas. Las leía una por una en voz alta.

- oh, niñas... que bellas palabras.

- ¡sigue viendo lo demás mensa! –dijo bastante ansiosa Angélica.

Con expresión confundida seguía buscando entre la caja, arrojé hacia arriba todos los papeles de colores. Hasta que, había encontrado mi regalo... era nada más y nada menos, que la figura original del Principito en versión peluche, en tamaño real. Cada detalle era idéntico a su animación, estaba realmente fascinada por lo que mis ojos no podían creer. Lo saqué cuidadosamente de la caja, sin aún poder decir una sola palabra.

 Lo saqué cuidadosamente de la caja, sin aún poder decir una sola palabra

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

-          ¡aaaawwww! –dijeron todas conmovidas

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

- ¡aaaawwww! –dijeron todas conmovidas.

- ya tienes a tu príncipe –sonreía Mónica.

- pero me lo vas a prestar eh annie, jeje. -aún seguía grabando valentina.

- ¡nombre! El es mucho mejor que mi hermano –con voz carraspeada dijo Sarah.

- pero... ¿si te gusto annie? –Angélica esperaba mi respuesta.

Yo seguía sosteniéndolo, mientras me perdía en mis propios pensamientos, hasta que reaccioné.

- Oh, ¿qué? Ah, si... pero, ¿Cómo pudieron encontrarlo? Aún estoy sin creerlo, siento que no lo merezco... solo mírenlo chicas. ¡es tan bello! -con un tono humilde.

- tú te mereces eso y ¡mucho más annie! Acéptalo –corrigió Valentina.

- Pero chicas... esto ya va más allá de mis expectativas.

- no fue nada –muy satisfecha lo dijo Mónica-. Y deja de preguntar.

- aaww, ¡no te muevas annie! Que quiero sacarte una foto así tal y como estas con el principito, ¡se ven tan adorables! -saca su celular Angélica y toma una foto-. Aaww ¡salen súper blanquitos!

- más tarde ¿me la podrías pasar angélica? –le susurró Valentina.

- Enserio chicas, son las mejores del mundo -agaché mi cabeza para verlo una vez más y comencé a llorar.

- ¡HM! Recién nuevo y ya lo estas manchando –bromeando quejarse dijo Penélope.

Todas se conmueven y deciden abrasarme, mientras me decían palabras de aliento y de autoestima. Recibiendo un tierno beso de cada una de ellas.

- solo promete annie, que lo cuidarás mucho. Porque yo se que el hará lo mismo por ti –mientras Mónica tenía una mirada enigmática.

- nah, ignórala. Mira mucho la televisión –bromeaba Sarah.

- ¡oye!

- si, no te preocupes. Lo cuidare mucho.

- por cierto annie, ya me tengo que ir. Mamá nos dará raí a todas –se despedía Sarah.

Pasaron unos minutos cuando llegó su madre y todas muy amablemente se despidieron de mí, prometiendo acudir al día de mi fiesta. Partieron y entré a casa con mi regalo, subí las escaleras y entre a mi habitación. Mientras cargaba a el principito, buscaba un lugar adecuado para dejarlo, no había ningún lugar, excepto mi lugar favorito... ¡mi ventana!

Lo acomodé y lo senté, tocando suavemente su mentón para que viera hacia arriba, hacia las estrellas. Podría jurar que parecía de película, tan apacible, tan real. Justo tocaron las doce de la mañana y aún no tenia sueño, así que me senté a un lado suyo para observar las estrellas también. Recordando cada momento de este maravilloso y perfecto día, me sentía tan feliz. Observé la estrella junto a la luna diciendo en voz baja: -"gracias estrella del atardecer"-. Y volteé hacia mi principito. Me perdía en sus detalles tan perfectos, y en su cálida mirada, quedándome finalmente dormida, recargada hacia el otro extremo de mi ventana.


El Ángel de mi ventanaWhere stories live. Discover now