Dejemos las excusas

Capitulo 22

Capítulo 22

Y ahí en medio del salón, unos segundos después, llegó el beso que deseaba desde el minuto que le vi en el aeropuerto, con su pelo alborotado y su sonrisa traviesa. Que caprichosa la vida. Y qué bonita...
Susurré su nombre en su oreja mientras le guiaba hasta mi habitación y él besaba mi cuello con ganas. Dejé que hiciera lo que quisiera, estaba rendida a su forma de acariciar mi espalda mientras me quitaba la ropa. Me giró y se sentó en mi cama, hice lo mismo pero encima de sus piernas. Sonreí al volver a notar sus labios junto a los míos, y moví mi cadera encima de él. Pasé mis labios a su cuello y suspiró. Lo empujé para que su espalda cayera en la cama, esperaba que me pusiera encima de él pero me reí y bajé mis manos a sus pantalones, se los quité con cuidado, con calma, no tenía prisa y quería observar cada detalle de su piel. Los acabé quitando y volví a subirme encima de él. Besé su torso mientras sus manos se colaban debajo de mi falda. La quitó sin que yo pusiera ninguna resistencia. Necesitaba sentirlo aún más cerca. Como si nuestros cuerpos se fundieran en uno. Y tan solo nos quedaba una prenda, que segundos después, entre besos, caricias, algún que otro grito, desapareció. Le miré a los ojos mientras entraba en mí. Los cerré cuando sentí la segunda embestida. Me besó en la tercera. Y grité cuando apretó fuerte mis caderas contra las suyas, llevando sus manos a mis glúteos. Un solo movimiento más y gritamos nuestros nombres después de besarnos. Mi cuerpo no había sentido nunca aquello, ese cosquilleo, esas ganas de más, ese sentimiento de no querer que terminase, pero lo hicimos, exhaustos mientras detrás de la ventana caían las gotas de los árboles.

-¿Crees en el destino?

Subí la cabeza que tenía apoyada en su pecho, para mirarle, le sonreí.

-Antes no lo hacía... (Le besé rápido en los labios) Ahora estoy empezando a creer en él. (Sonrió)
-¿Qué pasará si Vanesa se va? (Dejó de sonreír, y de mirarme también) ¿Tu... te iras también?

Cogí su cara e hice que volviera a mirarme, le sonreí y se sonrojó. Qué mono. No sé si mi hermana se irá de Génova, lo que tengo claro es que hará lo mejor para ella, y ahora mismo su prioridad es estar con Malú, no sé qué es lo que harán solo quiero que estén bien y que nadie más se interponga entre ellas, ni aquí ni en Madrid.

-Manuel... no dependo de ella. Soy libre para quedarme o irme, me gusta Génova, me gustas tú, (sonrió), y Vanesa estará siempre...
-A mi... a mí me gustaría que te quedaras. (Sonreí)
-¿Y tú pequeña? ¿Le gustaría?
-Estará encantada.

Le volví a besar, y mientras el frío de fuera seguía calando en las calles, nosotros éramos fuego en aquellas cuatro paredes.

Narra Vanesa

-Me encanta dormir contigo... (Sonreí)
-Eres un coala, ¿lo sabias? (Me reí)
-Que graciosa eres Vanesa... (Se separó un poco pero se lo impedí girándome en la cama y cogiendo su cintura desnuda)
-Me encanta que lo seas, boba. (Se sonrojó, y bajó su cabeza, algo le preocupaba)
-¿Te has pensado lo que te pregunté?

Sabía de qué hablaba, dejé de sonreír, subí su cabeza para que volviera a mirarme, tenía que tener mucha delicadeza con aquello, pero cuando antes lo habláramos mucho mejor.

-Malú... no quiero volver a Madrid.
-¿Es por Alex? (Asentí) Te entiendo...
-Por él, por tus padres... (Le sorprendió y me reí) ¿Cómo voy a presentarme ahora como tu novia? (Sonrió y se sonrojó)
-Me ha sorprendido que me presentarás así delante de Manuel.
-¿Te ha molestado? (Me miró)
-No. Para nada. (Sonrió) Pero... como no lo hemos hablado... yo...
-Ya...

Subí un poco mi espalda para colocarla en el cabecero de la cama, Malú se movió también. Nos quedamos mirando, ella ahora sentada en la cama, delante de mí.

-Malú, te quiero. Y es lo único claro que tengo ahora mismo. No sé qué voy hacer aquí, no sé ni siquiera cuanto tiempo voy a quedarme. Sólo sé que me gustaría empezar de nuevo contigo, tengo ganas de volver a vivir. (Sonrió) Y contigo... contigo me siento más viva que nunca...

Se levantó riendo, ¿lo estaba haciendo por mis palabras? No entendía nada. Observé su cuerpo desnudo mientras cogía el móvil de su bolso y hacia una llamada. Me miró, y le contestaron.

-¡Hola! ¡Sí! Perdona por las horas.  Estoy muy bien... (Le contestó Malú a quien estuviese detrás de su teléfono) Oye... ¿Qué te parece si expandimos la empresa? (La miré mientras me levantaba de la cama y me acercaba a ella) Aja... (Me miró) Creo que Italia sería una buena opción... (Sonreí y rodee con mis brazos su cintura) Perfecto. (Sonrió) Nos vemos en unos días.

Colgó el teléfono y lo volvió a dejar en la silla de aquella habitación, seguidamente rodeó sus brazos en mi cuello.

-Estás loca... (Sonrió)
-Yo también quiero estar contigo, (se puso sería para decir aquello) y si, me siento más feliz que nunca. Por eso, y porque... te quiero... (Sonreímos) Vamos hacer que esto funcione. Me da igual mi hermano, lo que piensen mis padres. Quiero estar contigo. Empecemos a vivir. Juntas.

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Qué bonito todo, no?
Quizás, demasiado😜
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