Two.

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Llevaba la friolera de veintinueve semanas de embarazo. Más de doscientos días en los que, desde el minuto en el que lo conté, todo el mundo se dedicó a contarme lo maravilloso que era dar vida a otra persona, lo que nos iba a cambiar la vida a Marc y a mí, en los que la prensa había estado algo más pesada de lo habitual. Nos habían adelantado que nos quedaríamos sin sueño durante los primeros meses, sin intimidad durante los primeros años, sin orden en la casa desde que el niño aprendiese a andar... Pero, a pesar de todos los inconvenientes, de todos los tips para ser la madre perfecta, de todos los miedos que se pasaban a diario por mi cabeza gracias a ciertos comentarios la más de inoportunos para una madre primeriza... Nadie supo explicarme lo que se siente cada vez que puedes ver a tu hijo a través de aquel monitor. Y si nadie supo explicármelo no fue precisamente por falta de intención, sino porque es una sensación tan grande que no existe calificativo alguno para describirlo.

Cuando sentí aquel gel frío sobre mi vientre, ni siquiera me molesté en quejarme como en consultas anteriores. Miré al monitor desde un principio, loca por ver a mi pequeño un mes más, por ver cómo había cambiado, si había crecido, si tenía una postura distinta a la de las otras ecografías. Necesitaba noticias sobre él.

- Mide cuarenta y cinco centímetros, en esta etapa del embarazo suelen medir entre treinta y ocho y cuarenta, así que el pequeño Marc no será tan pequeño.

- Al final va a ser verdad que se parecerá a Álex...

- ¡Se parecerá a su padre!

Mi ginecóloga sonrió al escuchar nuestra conversación, probablemente estaba cansada de escuchar discusiones así a diario.

- Ya estás en el último trimestre de embarazo, Nevaeh, lo más importante de estos meses es la preparación para el parto, debes empezar a ir a las clases y comenzar a plantearte también ciertas cosas como la epidural.

- Quiero un parto natural.

Tanto Marc como ella me miraron en completo silencio con bastante asombro por la seguridad con la que había hablado. Había sido breve pero tajante. Tras varios segundos, fue ella la encargada de hablar.

- Teniendo en cuenta que eres madre primeriza la epidural es una gran ayuda que deberías plantearte, Nevaeh...

- He tenido siete meses para pensar y ya lo he hecho, no quiero epidural ni ningún tipo de ayuda, quiero un parto natural con todas las letras.

Conociendo a mi ídolo [SEGUNDA TEMPORADA] |EDITANDO|Where stories live. Discover now