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Seth y Embry habían sido asignados a cubrir la parte norte del bosque tras los avistamientos de un vampiro un tanto escurridizo.

Jake los había escogido a propósito, por supuesto,

puesto que su pequeño e inocente encuentro con Ophelia se había vuelto todo un chisme entre ambas manadas.

Y como era de esperarse, Embry no le dirigía la palabra desde aquel día.

Ophelia tampoco había regresado a la reserva los días posteriores al suceso,

y el simple hecho de que ella estuviese pasando un mal rato por su culpa lo carcomía por dentro.

¿Por qué era tan difícil verla con Embry si él la hacía feliz?

"Porque eres un maldito entrometido." Pensó Embry, moviendo el hocico hacia Seth.

Seth gruñó, mostrando los colmillos.

"¡Te hablé acerca de ello!" Exclamó. "¡Creí que lo comprendías!"

"No te prohibí hablarle, pero hermano, estabas encima de mi novia y ella tenía cara de espanto, ¿cómo demonios querías que reaccionara?"

"Ella no tenía..."

"Shh" lo interrumpió Embry. Si Seth estuviese en su forma humana, seguramente hubiese rodado los ojos. Que conveniente que cortara esa frase. "¿Escuchas eso?"

Un aullido resonó a lo lejos, poniendo a ambos lobos alerta.

Lo siguiente, sucedió como un ventarrón que lleva hojas durante el otoño;

veloz, limpio y complemente inevitable.

De un momento a otro, una cabellera rubia de asomó de entre los árboles, saltando en su dirección.

Pero al menos el vampiro parecía estar desorientado, puesto que no atacó directamente a ninguno de ellos ni intentó huir.

Seth se lanzó hacia él sin pensarlo,

con los pensamiento hechos un mar en plena tempestad y las emociones como barco hundiéndose en dicha masa de agua.

El vampiro empezó a defenderse, lanzándolo lejos y atacando a Embry en su lugar.

Seth se levantó y corrió una vez más, pero en el proceso, sin saber cómo, Embry terminó entre su lobuno cuerpo y el de la peligrosa criatura.

Hubo un crujido que le caló a Seth hasta los mismos huesos, y el vampiro pareció desaparecer dejando una extraña sensación de náuseas.

Un aullido más fue emitido,

anunciando que un lobo había caído.

Laredo; Seth ClearwaterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora