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Después de ordenar una pizza familiar, nos quedamos en silencio.

Jungkook me veía de vez en cuando con una pequeña sonrisa, y yo por mi parte no podía quitarle la mirada de encima. Este niño es perfecto.

— Hyung... — Lo miré interrogante. — ¿Por qué me miras tanto?

— Porque eres hermoso. — Solté y justo en ese momento quise tirarme de los cabellos, ¿que carajos había dicho?

Jungkook se sonrojó violentamente a la vez que miraba a otro lado y se mordía el labio, cosa que me pareció adorable, pero a la vez me hizo darme cuenta de que quizá le incomodé.

Taehyung, eres un tocapelotas.

— ¿Y de que hablabas con Jimin? — Pregunté intentando que la situación fuese normal.

Pero Jungkook se sonrojó aún más ante la mención de Park.

¡¿Que mierda le estaría diciendo ese bastardo a mi conejo?! Juro que cuando lo vea...

— N-nada, oh la pizza. — En ese momento dejaron nuestra orden, la camarera me sonrió coqueta y yo le sonreí divertido.

Escuche un chasquido de lengua y logré ver que Jungkook me miró serio un segundo y luego con cara de conejo con la rabia a la camarera.

Ay si, como si él no hubiese coqueteado con Shrek... digo, Jimin.

Comimos en silencio, el no quitó su ceño fruncido después de lo de la camarera.

Y tengo que decirlo, Jungkook se comió más de la mitad de la pizza antes que yo, y tuve que reírme mientras él se reía avergonzado.

Me pregunté a donde se le iría toda esa comida, imagino que al trasero porque lo tiene muy bueno.

En cambio, yo me como un pedazo de lechuga y se me sale la panza de camionero.

De camino a casa pude hacer que todo estuviera bien, ya bromeabamos, como siempre, pero en un momento dado, viendo su rostro sonriente, y con ese característico brillo en sus ojos, quise besarlo.

Tuve que apartarme un poco de él para no hacer alguna idiotez, solo tomé refresco, no alcohol, joder, yo puedo controlarme.

Al abrir la puerta del apartamento me encontré con...

Suga bailando reggeton.

Jimin vestido de zorro.

Namjoon con dos botellas.

Jin con su corona.

Hobi prendiendo y apagando la luz.

Es que se nos jodió la bola esa de luces.

— ¡Llegaron! ¡Tae! ¡Toma un poco! — Nam me entregó un gran vaso con un liquido ámbar en el, para después echarle algo de color azul. Me guiñó un ojo y luego miró a Jungkook. — Lo siento, Kook, aún estas pequeño.

Jungkook frunció el ceño y me miró. — ¿Te beberás eso, hyung?

No me gusta el alcohol, aparte de que soy un poco intolerante a el.

Pero sólo será un poco, por esta vez, a fin de cuentas, supongo que estaban celebrando los dos premios que ganamos el jueves.

Nada podría pasar, ¿verdad?

[...]

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