[Ashley Brooke]
Sus pupilas miraban al incesante infinito, vacías, como si nunca hubiesen llegado a mirar nada. Mis sollozos silenciosos llenaban la habitación de una desolación inaguantable. Intenté parar de llorar, pero era inútil. Agarré su mano en un vano intento por devolver a la vida un alma que ya no estaba allí. Gemí, mirando al techo. Tenía las manos y el cuerpo lleno de sangre y era la primera vez desde que era cirujana que me repudiaba. Me apoyé en su pecho, desconsolada.
- Lo siento, Mark... - Lloré. Después; silencio.
El policía me miraba sin saber qué decir ni qué hacer, sentí su miedo abrazar el mío y fundirse en una insaciable nube de confusión y pena. Me pregunté entonces por qué había vuelto, en qué momento pensé que volver sería una buena idea. Como si volver a algo solucionase lo inevitable.
Parecía que el hospital se había congelado en el tiempo. No sé cuánto tiempo estuvimos allí los dos, pero me pareció que había pasado un siglo entero. Luché contra mis ganas de rendirme y quedarme allí hasta que alguien fuese a rescatarnos. Me sequé las lágrimas y me levanté.
- Tenemos que salir de aquí. - Dije, tropezando mis palabras unas con otras por el llanto. El policía no dijo nada, sólo se levantó, se sacudió un poco el uniforme y asintió. Justo antes de salir de la habitación me paré en seco y me di la vuelta, mirando el cuerpo sin vida de Mark Sloan. Recordé su risa y la alegría de sus ojos, la manera en que Derek le amaba y en que siempre me había cuidado. La vida es injusta. Volví a arrodillarme ante él, le cerré los párpados y le besé la mejilla. - Por favor, Mark, donde quiera que estés, cuida a Derek. - Gemí de dolor.
Detrás de mí, el policía me tendió su mano, ensangrentada también y dudé. Eso era lo único que quedaba ya de Mark. Mis ojos se inundaron y sollocé un segundo antes de cogerle la mano también. Salimos de la habitación en absoluto silencio, cargando con el recuerdo de lo que acabábamos de vivir. Por unos segundos, odié a aquel hombre por haberme encontrado y haberme llevado a ver a Mark Sloan morir y, durante otros segundos, me odié a mí, por haber llegado demasiado tarde.
Los pasillos del hospital irradiaban oleadas de pánico y estoy segura que nuestras caras también. Los dos íbamos agarrados tan fuertemente que me empezó a doler la mano, pero no articulé palabra. Todas las puertas estaban cerradas, los pasillos desiertos, las camillas abandonadas y, de vez en cuando, nos topábamos con algún que otro rastrojo de sangre que nos la helaba a nosotros.
Llegamos a la sala de urgencias. Otra vez. Todo parecía seguir igual, pero ya nada era lo mismo. Le señalé la ventana abierta al policía y yo aguardé bajo ella unos segundos.
- Tú primero, vamos. - Me dijo. Le miré seriamente.
- No, salta tú. Necesito unos segundos.- Negó con la cabeza y una triste sonrisa asomó por mi boca. - ¿Sabes?, cuando salte esa ventana, todo lo que creía conocer de este hospital habrá muerto. - Comencé a llorar. - Sólo necesito unos segundos para aceptar que desaparecerá.
Dudó unos instantes, asintió a regañadientes y después comenzó a subir por la ventana. Miré aquella sala desolada. Visualicé a Mark atravesándola, sus cabellos blancos iluminando la sala y su sonrisa escuchándose por encima del ruido. Recordé a Addison, sus labios chocando contra los míos, sus manos pintando mi piel con sus caricias y los ojos tristes con los que me miró la última vez que la vi. Pensé en Derek, en su cuerpo protegiendo el mío, en su vida fundiéndose con la mía y en el hecho de que tal vez tampoco le volvería a ver. Cerré los ojos. Ya no había paz. Nada estaba bien. Me había dado de golpe contra un muro que la vida me estaba ocultando. Me estaba ahogando.
De mis ojos brotaron un par de lágrimas que acariciaron mis mejillas cuando sonó un estruendo que retumbó por toda la habitación. En un acto reflejo, me agaché y terminé de rodillas en el suelo. El policía, en su torpe intento de salir por la ventana, se sobresaltó tanto que cayó a la calle, cerrando tras de sí la ventana sin querer. Me quedé anonadada. Salté corriendo e intenté abrir la ventana sin éxito. El policía, tras ella, pedía perdón y me pedía que esperase allí, que volvería con ayuda para sacarme cuanto antes.
Otro disparo ensordeció la habitación.
Y, entonces, pasó. Le escuché. Escuché la voz de Derek gritando a lo lejos. Miré en la dirección en la que procedía y luego miré hacia el policía, que leyó mi cara y supo lo que iba a hacer. Me suplicó con la mirada que no lo hiciese.
- Lo siento. - Le dije con los labios. - Ya nadie está a salvo. - Susurré.
Salí corriendo de la sala de urgencias. No tenía ni idea de hacia dónde ir, sólo quería encontrar a Derek. Corrí por casi todos los pasillos del hospital, abriendo puertas y cerrándolas. No tuve cuidado, no tuve miedo, sentí que si no le encontraba a tiempo, ya no tendría nada que perder.
Me paré a descansar unos segundos frente a la puerta de la pasarela que atravesaba el gran ventanal del hospital. Justo en el pasillo frente al que descansaba el cuerpo de Mark. Apoyé la espalda en la pared y me dejé caer sin aliento. Cerré los ojos y me concentré en mi respiración. Respira. Expira. Derek estará bien. Expira. Lo sé. Respira. Exp-.
- Tranquilo, nadie más tiene que salir herido. - Dijo una voz.
Abrí los ojos de golpe y me levanté. Corrí a través del pasillo hasta llegar a la puerta que daba a la pasarela y la crucé sin pensármelo dos veces. Me paré en seco. Derek se giró para mirarme y sus ojos se inundaron de terror. Aquel hombre estaba apuntando directamente a Derek. Derek, sin embargo, se había vuelto completamente hacia mí y me sostenía la mirada.
- Estás aquí. - Susurré, llorando. Derek me dedicó una media sonrisa tranquilizadora.
- Aquí estoy. - Susurró. - No pensaba irme a ningún lado sin ti.
- En ese caso, podéis iros los dos juntos al infierno. - Gritó aquél hombre, apuntándonos. Derek se giró hacia él y protegió mi cuerpo con el suyo. - A ver, decidme, ¿quién de los dos quiere morir primero? - Preguntó, soltando una carcajada.
Un silencio aterrador se interpuso entre todos nosotros. El hospital se volvió fantasmal. Agarré a Derek de la mano y me adelanté un paso.
Sonreí.
- Tú. - Sentencié y un disparo le atravesó el corazón.
Cerré los ojos, dejando escapar todo mi miedo en un suspiro. El policía con el que traté de escapar, apareció detrás del cuerpo sin vida de aquel hombre, acompañado con otro puñado de agentes de seguridad. Vi cómo Derek lloraba. Me miró y se fundió en un abrazo conmigo. Ambos lloramos desconsolados. El miedo fue abandonando poco a poco nuestros cuerpos. Derek me presionaba contra él con fuerza y yo sólo sentía como todas las piezas de mi vida encajaban completamente. Me aparté unos centímetros y juntamos nuestras frentes, mientras nos mirábamos fijamente a los ojos.
- Pensaba que iba a perderte. - Susurré.
- Nunca te haría algo así.
Sonrió.
Y me besó en aquel desolado hospital.
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Siento mucho haber tardado tanto en actualizar, últimamente apenas tengo tiempo para hacerlo. Siento mucho la espera, ojalá os guste. Dejad vuestros comentarios y favoritos si os ha gustado.
Un abrazo.
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FANFIC ANATOMÍA DE GREY- HEART'S ANATOMY.
FanfictionBasada en la serie de Shonda Rhimes. Ashley Brooke es una cirujana que llega al Seattle Grace tras ser trasladada desde Manhattan. Derek, Meredith, Cristina y el resto de los cirujanos del Seattle Grace acompañarán a esta nueva cirujana en una hist...