Prólogo.

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Puede que para Lev Haiba el amor aún fuera algo desconocido, y que sus palabras al mencionar aquél sentimiento con quince años aún no fueran conocedoras de la inmensa magnitud que ello conllevaba.

Yaku Morisuke sí sabía qué era el amor, lo conocía tan bien que el simple pensarlo le dolía; y fue por ello que al escuchar las palabras del medio ruso de casi dos metros, sus ganas de golpearle fueran tan grandes como el mismo cosmos.

Sing A Sad Song. (LevYaku)Where stories live. Discover now