Capítulo VII: Soledad

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Hola lectores, un nuevo capitulo y deseo les guste. Saludos


Han pasado ya muchos años desde que la vi. Recuerdo con dolor el día que mi madre me llamo para confirmar lo que Itachi me dijo ese día: Se casaran. Eran las palabras que se repetían una y otra vez en mi mente cuando salieron de la boca de mi dulce Mikoto. No fui a su boda; Naruto me llamo cientos de veces para saber porque no estaba en el día más importante de mi hermano, sabia lo mucho que nos queríamos y no alcanzaba a comprender porque lo había cambiado por el trabajo, pero no se lo mencione pues ya podía ver al rubio tomando un avión a Estados Unidos y trayéndome a golpes para arreglar la situación con ellos, jamás lo entendería porque él era feliz con Hinata, nunca tuvo dificultades para estar a su lado y en cambio yo había tenido una odisea que aún no había terminado; aun la amaba. Incluso no asistí a su boda con la Hyuga de la cual nuevamente me reclamo por no estar presente, quería que fuese su padrino y una vez más no hubo respuesta, sabría que ella estaría presente en ese lugar, Naruto se había convertido en un hermano para ella y era lógico que su presencia sería obligatoria. Aunque me intrigaba por qué ella no le menciono nuestra situación al rubio, al parecer pensaba lo mismo que yo y no quería escenas hechas por su amigo y causarle problemas a Itachi.

Solo recibía cartas acompañadas en ocasiones por fotografías que enviaba mamá de la familia, que cada vez que las veía un gran sufrimiento me invadía, siempre estaban ellos. Primero llego la foto de su boda, ella, mi dulce tormento hermosa con su vestido blanco acompañada de mi hermano, se veían muy felices, en verdad desprendían amor y eso me hacía sentir patético yo aún no la olvidaba, ni siquiera fue mía en ningún aspecto y solo vivía recordando nuestro apasionante beso. Una parte de mí deseo que se separaran, que ella me buscara pero nunca sucedió, al contrario seguí recibiendo noticia de ellos.

-Sasuke soy Itachi, grandes noticias serás tío!!!! Aun no lo puedo creer, tienes que venir al nacimiento y conocer a la nueva Uchiha, bueno aún no sé qué será pero algo me dice que es niña, nuestra madre opina lo mismo ella más que nadie quiere una nieta, llámame.

Y efectivamente lo fue, era muy hermosa, de Sakura había heredado prácticamente todo aunque esta vez con el cabello oscuro y al observar la fotografía, tenía esos hermosos ojos jade que me recordaban el día que me cautivaron cuando conocí a su madre.

Sakura realmente había cambiado, era más bella que antes, su maternidad la había hecho florecer más, sin embargo yo no era el causante de ese brillo que desprendía y una parte de mi quería estar allí, poder verla, escucharla; pero no podía regresar simplemente porque la amaba y sabía que su sola presencia me volvería loco por tenerla en mis brazos. Ella era de Itachi, le dio una hija, la prueba más grande resultado de ese amor que se tenían uno por el otro.

Esa tarde salí a un bar de la ciudad a intentar olvidarla por una noche nuevamente, siempre busque sacarla de mi corazón y pensamientos, lamentablemente el resultado fue el mismo, seguía arraigada y con más fuerza que antes.

A la mañana siguiente amanecí en la habitación de una chica, ni siquiera recordaba su nombre, solo veía que era peli roja y usaba lentes, pero no me sorprendía pues era la rutina que tomaba cada vez que quería olvidar a mi cerezo. Siempre fueron lindas pero ninguna me hacía olvidarla, en ocasiones me preguntaban quién era Sakura, pues durante la noche de desenfreno las llamaba así, solo las ignoraba yéndome de allí sin volver a verlas de nuevo.

Al llegar a casa buscaba esa única fotografía que guarde de Sakura, donde ella abrazaba a su primogénita y salía una gran sonrisa y brillo especial en sus ojos, realmente era hermosa en esta nueva faceta suya y la pequeña me hacía sentir un amor fraternal, dos seres que deseaba tener a mi lado que tristemente no serían la familia que anhelaba.

Mi dulce tormento: Flor de cerezoWhere stories live. Discover now